Durante años, Eugenia había intentado
emparejarle con todas y cada una de sus amigas solteras. Algo que a él le
resultaba gracioso, así que la dejaba hacer. Eugenia era de las pocas mujeres
en el mundo que no le aburría. Era divertida e ingeniosa, a pesar de su
continua intención de buscarle esposa. Una vez se secó su corto pelo, se sentó
junto a un sonriente Nicolas quien le dijo:
—Quiere que vayamos al cine a ver el estreno de
Brigada 42.
Al oír aquel título Peter se tensó. Justo esa
película. Lo último que le apetecía era ver a la actriz que salía en ella. Pero
Nicolas sin darle tiempo a hablar continuó:
—Vale. Sé lo que piensas sobre esa película,
pero le han dicho a mi Chinita que está muy bien y ya sabes lo mucho que le
gusta a mi mujercita el imbécil de Mike Grisman y la actriz... Mariana. Y si
encima sale Vin Diesel aunque sea haciendo de malo ¡ya ni te cuento!
—Paso —cortó aquel—. No me apetece ver esa
película.
Nicolas le entendió pero no se dio por vencido y
volvió al ataque.
—No me puedes decir que no, nenaza o Eugenia me dará la noche. Por favor, di que
sí.
—Lo siento pero no, churri —se mofó aquel—. Dile
lo que quieras a Eugenia pero he dicho que no —respondió poniéndose los
pantalones de camuflaje.
—No me jodas, tío —protestó Nicolas—. Es nuestra
noche libre y es tu cumpl...
—He dicho que no. ¿Qué parte de tu minúsculo
cerebro no procesa bien?
Nicolas sonrió y en un tono divertido insistió.
—Será una cena cortita y te prometo que cuando
acabe la película no dejaré que Eugenia diga eso de «Peter... acompaña a Paula
a su casa».
—¡¿Paula?! Hablas de...
—Sí —cortó aquel sonriendo. Sabía que aquella
mujer le atraía—. La que trabaja en el Parador.
—Definitivamente no.
—Venga tío. Sé que Paula te gusta... no digas
que no.
—No, no me gusta. Pero reconozco que nos lo
pasamos muy bien en la cama.
—Entonces ¿a qué esperas para decir que sí,
mamonazo? Ya sabes que ella no busca en ti nada serio. Solo busca lo mismo que
tú, sexo. Diversión. Morbete.
Aquel comentario le hizo sonreír. La verdad era
que gracias a la mujer de su amigo, tenía una buena vida sexual. Por ello, y
consciente de que no le vendría mal un poco de sexo con aquella explosiva mujer
respondió:
—De acuerdo. Pero que te quede claro que es la
última vez acepto las encerronas de tu mujercita, aunque sean con la tigresa de
su amiga Paula, ¿entendido? —Alto y claro —asintió Nicolas consciente de la
cantidad de veces que había oído aquello. Y sin darle tiempo a retractarse
—dijo— : He quedado con ellas en la
puerta del cine a las siete. Cenaremos algo, luego veremos la película y
después puedes celebrar tu cumpleaños con Paulaaaaaaaaaa ¿De acuerdo?
Clavando su mirada en él mientras se abrochaba
sus botas militares, finalmente asintió.
—Que sí pesado. Iremos a ver esa dichosa
película. Pero dile a tu Chinita que deje de organizarme la vida o al final le
miré que enfadarme.
Nicolas suspiró aliviado y agarrándole del
cuello con el brazo dijo atrayendo a su amigo hacia él:
—Bien hecho, colega. Peter sonrió.
Aunque no le apeteciese parte del plan, el sexo
con Paula sería divertido.