martes, 14 de enero de 2014

Capítulo 56

Ella levantó la mirada entonces y dijo:
—No se trata de un problema relacionado con los sistemas de seguridad que hay que solucionar para llegar a una situación adecuada. No puedo arreglar esto, Peter. Lo he liado todo, y ya no hay nada que pueda hacer excepto decir que lo siento y pedirte que me perdones, si es que puedes.
—No sé qué deseo más. Llevarte a la habitación y hacerte el amor lentamente o darte azotes en el culo hasta que entres en razón.
—¿Qué quieres decir? —preguntó ella, sintiendo cómo el corazón se le aceleraba al mirarlo a los ojos—. ¿Por qué ibas a querer hacer el amor después de todo lo que he confesado?
—Te lo repito, Lali. Te quiero. Quiero que hoy sea un comienzo, no un final. Si hay algo que perdonar, considéralo perdonado.
Aquellas palabras fueron lo que más deseaba oír. ¿Era posible? ¿Realmente podía amarla después de todo lo que había ocurrido?
—He sido muy injusta contigo.
—Yo también he sido injusto contigo pidiéndote que te casaras conmigo sin amor. ¿Te casarás conmigo de verdad? ¿Vivirás conmigo y me querrás como yo te quiero?
—Peter, sí. Si lo dices de verdad. No hay nada en el mundo que desee más que pasar el resto de mi vida contigo.
—Entonces acércate —dijo él con voz profunda y los ojos brillantes por la emoción—. Quiero abrazar a mi mujer y a mi hijo.
—Y yo… nosotros queremos que nos abraces —ella se echó en sus brazos—. No te merezco. No me merezco esto. Pero voy a tomarlo de todas formas. Te quiero demasiado como para marcharme, a no ser que me digas que lo haga.
—Eso nunca ocurrirá. Y no quiero volverte a escuchar decir que no me mereces. Los dos nos hemos utilizado mutuamente, de maneras diferentes. Ahora el pasado es el pasado, y está olvidado. De ahora en adelante nos centraremos en el presente y en el futuro —concluyó, y la besó.
Lali recibió su ansia con igual deseo y se rindió ante el amor que sentía por ese hombre que le había robado el corazón.
Cuando Peter levantó la cabeza, la miró con ternura y su corazón volvió a derretirse una vez más. Levantó una mano temblorosa para tocar su cara, para disfrutar de su tacto y de la textura de su piel.
—Quiero hacer el amor contigo —dijo él tras darle un beso en la palma.
—Entonces vamos a la cama.
Lo tomó de la mano y lo llevó hacia el dormitorio. Se dio cuenta de que ya era el dormitorio de los dos, por el resto de sus vidas en común. La idea trajo consigo una gran emoción, y con ella una intensa necesidad de amarlo de todas las maneras posibles.
En la puerta del dormitorio Peter se detuvo.
—Esto es egoísta por mi parte. Acabas de salir del hospital, y hay un bebé del que ocuparse.

—El bebé está a salvo, y seguro que está de acuerdo con lo que sus padres están a punto de hacer —dijo ella llevándole las manos a su corazón—. En cuanto al resto, puede que no esté al cien por cien, pero espero que seas tierno conmigo. Y estoy casi segura de que me moriré si no vuelves a hacerme tuya ahora mismo.


Tengo visitas diarias, no se si les gusta mis adaptaciones, ya queda un capítulo mas y termina, no tengo idea si he de subir otra.

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