Cuando por fin las entrevistas acabaron y pudo
salir de aquella sala su primo salió a su encuentro y, asiéndola del brazo, se
la llevó hasta una limusina blanca. Mike se había marchado minutos antes y le
había recordado a Gasti que tenía que llevar a Lali a la fiesta posterior.
Agotada, se sentó en la limusina y cuando su
primo cerró la puerta, esta desdibujó la sonrisa de los labios y se dirigió a
él con gesto descompuesto.
—Dame una aspirina. La cabeza me va a estallar.
—Ay my baby! Pero, si tienes los ojos por los
suelos. Toma my love —murmuró sacando de su enorme bolsón un bote con el
medicamento—. Cómo me gustaría llevarte a casa y meterte en la camita tras
hacerte drink un vaso de milk, pero...
—Lo sé Gasti, no te preocupes —sonrió al ver su
gesto de preocupación.
Cinco minutos después y cuando la limusina
circulaba por las calles, Lali miró a su primo y dijo con mejor voz:
—Dame un cigarrillo por favor. Lo necesito con
urgencia.
—Toma my love, te lo mereces —le contestó
alargándole su pitillera de oro. Una pitillera que su padre, el gran Carlos Riera
le regaló años atrás y que estaba grabada con el nombre de Mariana Riera E.
Todo ha salido, ¡perfectl Tú, divinísima. Glamurosa. Impactante. Beautiful. Y
Mike... mmmm ese galanazo neoyorquino con caray body de canalla estupendo. Oh,
my god... la escena de la película en la que ambos os tiráis al mar desde el
yate... ¡Qué abdominales! ¡Qué oblicuos los de ese pretty man!
Lali puso los ojos en blanco. Su primo y su
particular manera de hablar. Si había alguien que hablaba espanglish como
nadie, ese era Gasti. Mezclaba el español con palabras en inglés continuamente,
volviéndola loca. Sin querer escucharle más cogió un cigarrillo de su pitillera
y lo encendió, mientras Gasti continuaba con su habitual chorreo de palabras.
—Por cierto, la prensa está rendidita a vuestros
pies. ¡Lo habéis conseguido! ¡Qué marvellousl —Ella sonrió—, Y una vez
conquistado el american market, en breve despegaremos para Europe. ¡Europe!
—gritó su primo—. Primera parada; Berlín, después; Londres, París y.
finalmente, Spain. Oh!... Spain! Con esos spanish tan remachos, tan toreros y
tan hombretones romo Antonio Banderas.
¡I love them! No veo el momento de conocer a un
latino de esos y que me vuelva crazy… Agotada por la prensa, las obligaciones y
el estrés del preestreno la joven fumaba mientras miraba por la ventana de la
limusina. Adoraba a Gasti, pero a veces su parloteo era agotador. Y esa era una
de las veces. Mientras él hablaba sobre españoles y músculos, Lali aspiró de su
cigarrillo y pensó en su futura conquista cinematográfica, España.
Parece k quiera llegar a España para algo muuuuy particular....
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