¿Adoptaría ese tono frío
cuando hablase con ella? ¿Iría a decirle que su periodo de abstinencia ya había
terminado y que esperaba poder disfrutar de su cuerpo cada vez que quisiera?
«No es un bárbaro».
No, pero era fuerte,
decidido y, cuando quería, era muy difícil resistirse a él.
Cuando John Greaves
salió del despacho, Lali lo miró brevemente y luego siguió con su trabajo. Pero
con esa breve mirada, vio su cara pálida y su boca seria. Obviamente la reunión
no había ido bien.
Peter hizo un par de
llamadas antes de llamarla a su despacho. Se preparó para lo peor.
En vez de la ira que
esperaba, él simplemente se levantó y la abrazó, hundiendo la cara en su pelo y
quedándose así durante un rato antes de soltarla.
—Quería asegurarme de
que no tienes ningún problema esta mañana, pero no hay tiempo. Tengo que irme, Lali.
El asunto de Campbell es urgente, y confío en ti para que te ocupes de todo
mientras yo estoy fuera.
—¿Qué quieres que haga?
¿Qué ocurre con John Greaves?
—Está despedido. Hay
pocas cosas que no soporto en esta vida, pero la mentira encabeza la lista. Es
inexcusable. Greaves sustituyó algunos de los componentes de la obra de Campbell
por materiales inferiores —dijo, y su voz siguió inflexible mientras enumeraba
los errores de Greaves—. Luego se guardó para sí la diferencia de los costes.
Cuentas con corredores de apuestas, al parecer. Me había mentido a la cara en
innumerables ocasiones. Y el hombre se lamenta de que lo hayamos pillado, pero
no muestra verdadero remordimiento.
Cada palabra que
pronunciaba se clavaba como una uña en el corazón de Lali, porque era como si
estuviera describiendo su propio comportamiento hacia él. Abrió la boca, pero
no supo qué decir.
—Lo único que me podría
tranquilizar ahora —prosiguió Peter—, es no tener que verlo más.
—Lo siento, Peter.
—Normalmente se me da
mejor controlar mi furia —dijo él—. Pero hablar contigo es tan fácil que me
olvido de todo.
—Peter, tengo que
decirte que…
—Éstas son las cosas que
quiero que hagas —dijo él al mismo tiempo, y entonces se detuvo—. ¿Tienes algún
problema?
—No —dijo ella negando
con la cabeza. Era demasiado tarde para confesar. Menos mal que la había
detenido antes de que fuera demasiado lejos—. No, no tengo ningún problema,
excepto que quiero ayudarte a solucionar lo de Campbell. Dime lo que tengo que
hacer mientras estés fuera.
Le dio una lista que la
mantendría ocupada durante días.
—No te llamaré —dijo él
tras darle un beso—. Los dos estaremos ocupados y será mejor que yo me
concentre en solucionar las cosas y regresar, pero me llevaré el recuerdo de
haber hecho el amor contigo. Espero que tú también.
Ella cerró los ojos y
presionó la cara contra su pecho, sobrecogida porque su corazón estuviera tan
lleno y a la vez tan destrozado.
—Nunca lo olvidaré.
Peter se quedó quieto
durante un momento y finalmente la soltó y miró su reloj.
—Tengo que irme.
—Sí —dijo Lali tras tomar
aliento—. Buena suerte. Haré lo que pueda con lo que me has dado.
—Lali, cuando vuelva…
—Instalaremos un jacuzzi
en el balcón —dijo ella tratando de sonreír, pero jamás se había sentido tan
vulnerable—. Y nos ocuparemos de las flores de tu jardín. Seguiremos adelante
con nuestro matrimonio de cuento de hadas.
¿Por qué había dicho
eso?
—Sí, lo haremos —dijo él
tras dudar un instante. Metió unos documentos en su maletín y dejó la oficina
sin mirar atrás.
El teléfono sonó minutos
después de que se hubiera marchado. Pensando aún en su marido, Lali descolgó.
—Aquí Lali.
—Tienes una llamada por
la línea uno —dijo la voz de la recepcionista.
Ojalá no fuera algún
vendedor telefónico otra vez. Las recepcionistas ya habían sido informadas de
que tenían que filtrar las llamadas correctamente.
—Oficina del señor Lanzani
—dijo ella tras apretar el botón—. Lali al habla.
—Qué agradable es
escuchar tu dulce voz.
Haynes. A Lali se le
pusieron los pelos de punta.
—¿Qué quieres? ¿Cómo has
conseguido este número? ¿Por qué me llamas?
El antiguo jefe de Euge
se rio, y dijo:
—Las cosas han cambiado.
Ahora estás casada con Lanzani. No es como si no pudieras pagarme, así que he
decidido que lo harás. Este viernes. A la misma hora. En el mismo sitio. El
mismo procedimiento.
naaa jodeme eso ultimo paso casi parecido a lo que me imagine antes de leer el cap wow naaa....:O
ResponderEliminares decir que pitt estaba presente cuando ella recibia la llamada del chantajista ex jefe de euge
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