jueves, 2 de enero de 2014

Capítulo 43

¿Adoptaría ese tono frío cuando hablase con ella? ¿Iría a decirle que su periodo de abstinencia ya había terminado y que esperaba poder disfrutar de su cuerpo cada vez que quisiera?
«No es un bárbaro».
No, pero era fuerte, decidido y, cuando quería, era muy difícil resistirse a él.
Cuando John Greaves salió del despacho, Lali lo miró brevemente y luego siguió con su trabajo. Pero con esa breve mirada, vio su cara pálida y su boca seria. Obviamente la reunión no había ido bien.
Peter hizo un par de llamadas antes de llamarla a su despacho. Se preparó para lo peor.
En vez de la ira que esperaba, él simplemente se levantó y la abrazó, hundiendo la cara en su pelo y quedándose así durante un rato antes de soltarla.
—Quería asegurarme de que no tienes ningún problema esta mañana, pero no hay tiempo. Tengo que irme, Lali. El asunto de Campbell es urgente, y confío en ti para que te ocupes de todo mientras yo estoy fuera.
—¿Qué quieres que haga? ¿Qué ocurre con John Greaves?
—Está despedido. Hay pocas cosas que no soporto en esta vida, pero la mentira encabeza la lista. Es inexcusable. Greaves sustituyó algunos de los componentes de la obra de Campbell por materiales inferiores —dijo, y su voz siguió inflexible mientras enumeraba los errores de Greaves—. Luego se guardó para sí la diferencia de los costes. Cuentas con corredores de apuestas, al parecer. Me había mentido a la cara en innumerables ocasiones. Y el hombre se lamenta de que lo hayamos pillado, pero no muestra verdadero remordimiento.
Cada palabra que pronunciaba se clavaba como una uña en el corazón de Lali, porque era como si estuviera describiendo su propio comportamiento hacia él. Abrió la boca, pero no supo qué decir.
—Lo único que me podría tranquilizar ahora —prosiguió Peter—, es no tener que verlo más.
—Lo siento, Peter.
—Normalmente se me da mejor controlar mi furia —dijo él—. Pero hablar contigo es tan fácil que me olvido de todo.
—Peter, tengo que decirte que…
—Éstas son las cosas que quiero que hagas —dijo él al mismo tiempo, y entonces se detuvo—. ¿Tienes algún problema?
—No —dijo ella negando con la cabeza. Era demasiado tarde para confesar. Menos mal que la había detenido antes de que fuera demasiado lejos—. No, no tengo ningún problema, excepto que quiero ayudarte a solucionar lo de Campbell. Dime lo que tengo que hacer mientras estés fuera.
Le dio una lista que la mantendría ocupada durante días.
—No te llamaré —dijo él tras darle un beso—. Los dos estaremos ocupados y será mejor que yo me concentre en solucionar las cosas y regresar, pero me llevaré el recuerdo de haber hecho el amor contigo. Espero que tú también.
Ella cerró los ojos y presionó la cara contra su pecho, sobrecogida porque su corazón estuviera tan lleno y a la vez tan destrozado.
—Nunca lo olvidaré.
Peter se quedó quieto durante un momento y finalmente la soltó y miró su reloj.
—Tengo que irme.
—Sí —dijo Lali tras tomar aliento—. Buena suerte. Haré lo que pueda con lo que me has dado.
—Lali, cuando vuelva…
—Instalaremos un jacuzzi en el balcón —dijo ella tratando de sonreír, pero jamás se había sentido tan vulnerable—. Y nos ocuparemos de las flores de tu jardín. Seguiremos adelante con nuestro matrimonio de cuento de hadas.
¿Por qué había dicho eso?
—Sí, lo haremos —dijo él tras dudar un instante. Metió unos documentos en su maletín y dejó la oficina sin mirar atrás.
El teléfono sonó minutos después de que se hubiera marchado. Pensando aún en su marido, Lali descolgó.
—Aquí Lali.
—Tienes una llamada por la línea uno —dijo la voz de la recepcionista.
Ojalá no fuera algún vendedor telefónico otra vez. Las recepcionistas ya habían sido informadas de que tenían que filtrar las llamadas correctamente.
—Oficina del señor Lanzani —dijo ella tras apretar el botón—. Lali al habla.
—Qué agradable es escuchar tu dulce voz.
Haynes. A Lali se le pusieron los pelos de punta.
—¿Qué quieres? ¿Cómo has conseguido este número? ¿Por qué me llamas?
El antiguo jefe de Euge se rio, y dijo:

—Las cosas han cambiado. Ahora estás casada con Lanzani. No es como si no pudieras pagarme, así que he decidido que lo harás. Este viernes. A la misma hora. En el mismo sitio. El mismo procedimiento.

2 comentarios:

  1. naaa jodeme eso ultimo paso casi parecido a lo que me imagine antes de leer el cap wow naaa....:O

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. es decir que pitt estaba presente cuando ella recibia la llamada del chantajista ex jefe de euge

      Eliminar