Como en una nube rosa de algodón, Lali entró en
el
parador. Aquel hombre, su exmarido, le atraía mucho.
Demasiado.
Peter era diferente a los
galanes
con los que solía
tratar en Estados Unidos.
Le
gustaba su sinceridad al hablar y, en
especial, que no
le hiciera la pelota sistemáticamente. Como una tonta, sonrió al saludar a Menchu que estaba en la recepción. Esta, al verla, salió del mostrador y caminando hacia ella preguntó preocupada:
—¿Todo bien?
—Sí ¡perfecto!
Al verla tan sonriente Menchu asintió y acercándose a ella le cuchicheó en confianza:
—Peter es uno de los solteros de oro del pueblo.
—¿En serio? —preguntó Lali interesada.
—Oh, sí. Es guapo y caballeroso, y sé que más de una lagarta siliconada, como esa —señaló a Paula que pasaba junto a un cliente—, está deseando cazarle, aunque él se resiste. Según su hermana Eva, que es amiga mía, Peter es un auténtico rompecorazones.
Aquel comentario
hizo que Lali frunciera el ceño. Él no era nada suyo pero no le gustó
escuchar acuello. Desechando las absurdas ideas que se estaban fraguando en su mente, sin quitarse las gafas, murmuró tras observar a la tal Paula, una mujer que nada tenía que ver con ella:
—Tú lo has dicho, Menchu. Peter es un hombre muy interesante —y con una sonrisa añadió—: Ahora que lo pienso, yo añadiría también el término sexy ¿no crees?
Menchu poniéndose colorada como un tomate asintió.
—Si... ya lo creo.
Al ver del color que se le estaba poniendo la cara, la actriz prosiguió.
—Vaya... vaya, veo que a ti también te gusta. La joven con el bochorno en la cara susurró.
—Le conozco de toda la vida. Soy amiga de su hermana y siempre me ha parecido un chico increíble,
y cuando
digo increíble
no lo
digo
solo por
lo guapo
que
es,
sino también por su personalidad y...
—Sí, tiene una personalidad arrolladora —suspiró aquella.
La joven recepcionista sorprendida por el
efecto que Peter había causado en la
actriz de Hollywood preguntó:
—¿Puedo hacerte una pregunta?
—Claro, Menchu.
—¿Sabe él quién eres en realidad?
Durante unos segundos Lali lo pensó ¿qué decir ante aquella pregunta? Le molestaba mentir a la joven pero, dispuesta a no revelar ya más de lo que había revelado, respondió:
—No, no lo sabe. Y, por favor, debe continuar siendo un secreto. ¿De acuerdo?
—Por supuesto, pero creo que se va a enfadar mucho cuando se entere. Él...
—Tranquila, Menchu. No te preocupes de eso por ahora. Cuando él se entere con seguridad yo ya no estaré aquí —e intentando cambiar de tema preguntó—: ¿Sabes si está Gasti en su habitación
—No está.
—¿Cómo que no está? —preguntó sorprendida.
—Según me comentó Paula, se marchó hace un par de horas —regresando hacia el mostrador dijo cogiendo un sobre cerrado—. Te dejó una nota.
Extrañada por aquello Lali cogió el sobre y tras abrirlo leyó.
Hola princess…he
salido a conocer la zona en plan Indiana Jones. Ya te contare. Por cierto…no se a que hora regresaré.
Se buena en mi ausencia. I love you. Gasti
Sospechando que su
primo se había vuelto loco definitivamente, Lali fue a decir algo cuando sonó su móvil. Había recibido un mensaje. Rápidamente lo sacó del bolsillo trasero de su vaquero y al leerlo sonrió como una tonta.
¿Cenamos hoy juntos? Será algo informal ¿Te recojo a las nueve? Peter
Menchu, intrigada por aquella sonrisa bobalicona, se aproximó a Lali, cuando esta le enseñó el texto del mensaje. La joven recepcionista se quedó ensimismada.
—Oh... ¡qué romántico!
—Sí —suspiró como una quinceañera.
Soltando un suspiro de frustración Menchu preguntó:
—¿Por qué no me pasan a mi estas cosas? ¿Por qué?
Lali con una sonrisa en los labios llena de felicidad no supo qué contestar. ¡Peter, la estaba invitando! y eso le pareció increíble. Finalmente, tras reír con Menchu sobre lo que aquella cena podía depararle tecleó en el móvil:
Ok
Gracias por subir dos capítulos en un sólo día 😄 Eres increíble
ResponderEliminar