viernes, 15 de agosto de 2014

Capítulo 45

#SIEMPRELALITER

El resto de la noche Lali les demostró a Peter y a todos que, además de ser una muchacha guapa, era cariñosa y sabía escuchar.
Estuvo pendiente de todos y todos fueron encantadores con ella. Almudena, la embarazadísimhermana de Peter, comentó que al día siguiente tenía que ir a Guadalajar a  compra cosas   para  el  bebé,  y  Lali rápidamentele preguntó si  podía acompañarla. Encantada por aquel ofrecimiento Almudena asintió y quedaron para el día siguiente.

Sen pasaba  la noche  Lali  se dio cuenta  que aquella  familia  nada tenía que vecon la descripción que Peter le había dado en el coche, y cuando se lo susurró a él, este no pudo por menos que sonreír.

¿Por  qué me mentiste  sobrtu familia?  Son geniales  y totalmente  diferentes  a lo que me describiste dijo mirando a Lolo, el marido de Irene, que no había abierto la boca.

Lo sé rio él, Pero quería que lo descubrieras por ti misma.

Cuando Lali vio que Almudena se levantaba y empezaba a llevar platos a la cocina, la imitó. Quería ayudar.

Almudena al verla entrar en la cocina con varios vasos rápidamente dijo:

¿Podrías meterlos en el lavavajillas? Así nos ahorramos trabajo.

Ahora mismo.

Al ver la buena disposición de la amiga de su hermano esta sonrió.

Por cierto ¿qué quieres comprar mañana en Guadalajara? le preguntó curiosa.

Necesito  encontrar  una tienda de música rio al decirlo. Tu hermano necesita conocer algo más que el ruidoso heavy metal.

Tras soltar una carcajada Almudena añadió:

Hombre... me alegra oírte decir eso, porque hija, cada vez que voy a su casa o monto en su coche, me vuelve loca con esa música. ¡Qué horror! Para su cumpleaños le regalé el último CD de Sergio Dalma ¿le conoces?

No. ¿Es música heavy también? preguntó con sinceridad.

No, por Dios rio Almudena. Es un cantante español que me encanta y que a él le gustaba hace años, ¿no le conoces? Sacó a la venta un nuevo CD que es un recopilatorio de música italiana y es estupendo. Se lo regalé para poder escuchar algo decente cuando voy a su casa. Dile que te lo ponga, verás que bien suena.

Ajá. Tomo nota. Se lo diré.

Durante un buen rato charlaron y cacharrearon en la cocina, hasta que de pronto Lali la escuchó resoplar.

¿Qué ocurre? preguntó alarmada.

Almudena apoyada en la mesa, con una mano sobre su tripa, murmuró tras beber un vaso de agua:

Tranquila. Es solo una patadita del búho.

¡¿Búho?!

Al escucharla Almudena sonrió y aclaró.

Así lo llamo de momento. Hoy mi búho está guerrero.

¿De cuánto estás?

De ocho meses y seis días. Salgo de cuentas el 6 de enero. Y sonriendo murmuró: Él o ella será mi regalo de reyes.

Maravilloso regalo, ¿no crees?

Almudena acarició su abultado vientre con dulzura.

Sí aunque ¿tú has visto como estoy? Soy un verdadero hipopótamo. Ambas sonrieron. Realmente Almudena estaba tremenda.

He  engordado  quince  kilos  con el  embarazo  y temo  no  volver  ser  quien fui  tras  esta experiencia.

Tranquila, ya verás cómo sí. Mi amiga Jenny tuvo gemelos y eso mismo pensaba ella. Sin embargo ahora esta aún más guapa que antes de tenerlos.

Eso espero. O no me mirará ni un solo hombre nunca más.

¿Estás llevando tu sola el embarazo?

Sí. A veces es mejor estar sola que mal acompañada. Ambas sonrieron y Lali, enternecida, se aproximó a ella.

Creo que eres muy valiente,  y estoy segura de que tu búho sabrá recompensártelo  con su cariño.

Eso espero murmuró Almudena encogiéndosde hombros. Yo solo quiero que aunque tengamos poquito, sea verdadero. Prefiero eso a tener mucho y falso. Y eso es lo que hubiéramos tenido mi búho y yo si hubiera continuado con su padre.

Aquel  comentario  hizo que a Lali  se le pusiera  la carnde gallina.  Eso era lo que ella siempre había pensado. Prefería la humildad y el cariño de su abuela, a la pomposidad y falsedad de vida que su padre quería para ella.

Por cierto, no sabes el sexo del búho ¿verdad?

No. No quiero saberlo. Quiero que sea sorpresa. Lo que realmente me importa saber es que está bien y que todo sigue su curso. El sexo para mí es lo de menos.

Uiss...  pues  yo no podría  vivir  con esa incógnita.  Salguna  vez me quedarembarazada necesitaría saber si es niño o niña inmediatamente.

La puerta de la cocina se abrió y entró Irene con más platos sucios.

¿Os podéis creer que hoy he estrenado esta faldita tan mona y mi maridni se ha dado cuenta¡¡¡Hombres!!!

Lali y Almudena observaron la faldita mona. Aquello que llamaba mona, era la cosa más horrible que habían visto en su vida. De tablas y azulona.

A ver, Irene, no te enfades dijo Almudena sentándose en una silla. Pero es normal que no te diga nada. Es horrible. Vamos, ni una monja se la pondría.

Irene, sorprendida, miró a su hermana y gró.

¿Cómo puedes decir eso? La compré el otro día en modas Encarni y me dijo que era de la última colección.

Lali prefirió no decir nada. Si aquella horrible falda era de ultima colección, no quería ni pensar qué sería de colee

Me parece a mí que Encarni, tiene un morro que se lo pisa y os vende lo que le da la gana se mofó Almudena, ¿Cómo puede decir que esto es moderno y actual? Pero por Dios, Irene, que os engaña como a chinas.

Pues yo la veo mona y tiene un paño muy agradable al tacto respondió Irene tondose la falda ¿Tú qué piensas Lali?

Al escuchar su nombre esta se tensó. No quería quedar como una maleducada ante nadie y menos aún ante la hermana de Peter, así que hizo acopio de diplomacia:

No es mi estilo.

Almudena soltó una risotada y dijo para atraer la mirada de su hermana:

Vamos  a ver, Irene, sobre mí no vamos  a hablar  porquen estos momentos  soy como el meco de Michelin, y la antítesis del glamurazo, pero ¿qué te parece el estilo que lleva Lali?
¿Te gustan su vestido y sus botas?

Tras escanearla con la mirada de arriba abajo respondió:

Sí. Me encantan.

¿Y por qué tú no te compras algo así en vez de faldas, zapatos y camisas de monja? Y esto ya sin hablar de tus bragas que son peores que las que llevo yo de cuello vuelto aquello hizo reír a Lali. Leches Irene... no me extraña que Lolo no te mire, es que me llevas últimamente  unas pintas terribles. Y no me mires con esa cara de perro pachón, porque esto mismo te lo dijimos Eva y yo la última vez que dijiste que habías ido a la peluquería y Lolo ni te miró.

Yo no necesito ir tan arreglada como ella y...

Irene. ¿Realmente crees que voy muy arreglada? preguntó sorprendida Lali al mirar su vestido y sus botas de tacón negras de caña alta.

Pues sí. Si te pones esto para venir a cenar a casa de mi padre... ¡qué no te pondrás para ir a una boda!

Aquellhizo sonreír  a Lali. Si viera los modelazos  que ella soa ponerspara acudir  a fiestas ¡se quedaría sin palabras!

Pero vamos a ver, alma de ntaro protestó Almudena, Lali lleva un vestidito actual con unas botas modernas. Caritas, porque se ven buenas, pero vamos, actuales. Eso no quiere decir que vaya de boda. Eso simplemente quiere decir que se preocupa por ponerse algo que le quede bien. Algo con lo que se siente a gusto. Algo con lo que gustar. ¿No has pensado nunca comprarte nada parecido?

Pues no. ¿Para qué quiero yo algo así?

Pues para que Lolo se fije en ti y tú no protestes de que te compras algo y él no se da ni cuenta. Parsentirte actual. Parsentirte femenina, joder, Irene, la  próxima vez que  quieras comprarte algo dímelo y voy contigo de compras. Pero no a modas Encarni. Cogemos el coche y nos vamos a la tienda de mi amiga Alicia, a Guadalajara o a Madrid.

Vale... vale... sonrió.

Hermanita, tienes cuerpazo, el problema es que no sabes adornarle. Ojalá tuviera yo tu altura y tus tetorras, pero no, yo soy más bajita y porque estoy embarazada, porque si no estaría más lisa que la tabla de planchar y lo sabes aquello las hizo reír. Estoy segura que si te pusieras el vestido y las botas de Lali, a Lolo se le caería la babilla y no te quitaría el ojo de encima. Lo sé, y tú lo sabes ¿verdad?

Colorada como un tomate, Irene finalmente asintió.

Si quieres te lo presto y... dijo Lali.

No... no por Dios susurró colorada.

Anda,  venga,  dame  un abrazo   pidió Almudena y ntenfades  con lgorda  de  tu hermana porque te diga las cosas como las piensa. Para eso estamos las hermanas ¿no?

Se abrazaron delante de Lali, que al ver aquello sintió una punzada en su corazón. Siempre había querido tener una hermana, aunque ese cariño lo había suplido con el amor de su primo Gasti. Pero le gustó ver aquella complicidad.

Más relajadas y sonrientes las tres regresaron al salón donde Lali se sentó de nuevo junto a Peter, que al verla salir de la rocina junto a sus hermanas no pudo evitar sonreír.

Nicolás, al ver a su amigo tan encantado con ella, les observaba ron disimulo ¿Realmente Mariana Espósito, la estrella de Hollywood estaba allí? ¿En Sienza? ¿En el salón del padre de Peter y nadie lo sabía? Intentó preguntar en un par de ocasiones sobre aquello a su amigo, pero este se negó con la mirada. Eso confirmó sus sospechas. Mariana Espósito estaba allí.

Peter y Lali conversaban junto a la chimenea hasta que el abuelo les interrumpió.

Gorrioncillo ¿Puedo hablar contigo?

Abuelo, se llama Lali corrigió Peter.

El hombre hizo un aspaviento con la mano y sin hacerle caso dijo cogiendo a la joven del brazo.

Ven... quiero comentarte algo.

Lali se dejó guiar ante la cara de guasa de Peter. Salieron del salón y el abuelo cogió el bolso de Lali que estaba en el mueblecito de la entrada y la llevó hasta el patio trasero de la casa. Una vez allí le entregó el bolso.

¿Fumas verdad?

Sí.

Goyo sonrió y, con un gesto de satisfacción, susurró:

¿Me darías un cigarrito?

Lali abrió rápidamente su bolso y sacó la pitillera. El abuelo, al verla, se la quitó de las manos y tras acariciarla con cuidado, se la metió en la boca y la mordió. La muchacha se quedó muda.

¿Es de oro puro?

Sí.

El hombre devolviéndole la pitillera hizo un gesto de aprobación.

Bendito sea Dios, hija qué lujo. ¿Sabes? Mi bisabuelo, que en paz descanse, recuerdo que tenía un bastón cuyo agarre era una bola dorada. No creo que fuera oro, pero así lo creía yo de crío. Por cierto, gorrioncillo, lo bien que te tiene que ir la vida para tener una pitillera de oro puro en tu bolso.

Es un regalo sonrió sacando dos cigarrillos que rápidamente encendieron.

Tras un par de caladas ambos se miraron y sonrieron. Solo les faltó gritar ¡viva la nicotina! Después, el abuelo, cogiéndola de la mano la llevó hasta un balancín que había bajo un techado.

Mí Petercito es un buen mozo. Es algo cabezón en ocasionespero es un muchachformal, valiente y trabajador. Nunca nos ha dado ningún disgusto a excepción de cuando nos dijo a lo que se quería dedicar. Ese trabajo suyo es peligroso pero ya nos hemos acostumbrado a él. Lali al escucharle asintió y él prosiguió: Siempre ha sido un muchachillo muy acurrucoso y....

¿Acurrucoso? ¿Qué es eso? preguntó extrañada.

Acurrucoso es como decir cariñoso. Mi Petercito siempre ha sido un niño muy cariñoso. Mira gorrioncillo, nosotros no somos ricos como para tener pitilleras de oro como tú, pero a pesar de la crisis que hay, no nos podemos quejar. Aún no ha llegado el día que no tengamos para echar al puchero un par de patatas y zanahorias. Tenemos una pequeña granja en las afueras de Sienza. Allí criamos pollos de corral, marranos y tenemos algunas vacas. Por lo tanto, me complace decirte que aquí nunca te faltará comida. Y volviendo  a mi Petercito, es un buen partido. Piénsatelo.  No hay muchos mozos tan lustrosos y valientes como él. Y no es amor de abuelo.

Goyo, tu nieto y yo solo somos amigos y...

Amigos...  amigos.  La  juventud  de  hoy  edía  estáis  como  empanaos  cortó  el  abuelo haciéndola  reír.  Queréis  ser  tan modernos  que  retrasáis  el  tener  una  familia  y saber  vivir.
¿Cuántos años tienes, gorrioncillo?

Treinta respondió con tranquilidad.

Que se te pasa el arroz prenda.

¡¿Cómo?! preguntó sorprendida.

¡Bendito sea Dios! Pero si ya deberías de tener muchachos y marido. Eso la hizo reír más fuerte y fue a responder cuando el anciano dijo:

A tu edad mi Luisa y yo ya teníamos a nuestra Rosita con diez anos. ¿Tú no quieres casarte¿No quieres tener una familia?

Aquello era algo que desde hacía tiempo no se planteaba. Tras su fallida relación de cuatro años con Adarn Stillon, decidió disfrutar de lo que la vida le ofreciera. Ella tenía muy claras dos cosas. La primera que no quería tener una familia desestructurada como la que ella tuvo. Y la segunda que prefería estar sola que mal acompañada.

Pues la verdad es que....

¿Tampoco quieres descendencia? interrumpió sin dejarle contestar.

A ver Goyo... los niños necesitan mucha atención y yo apenas tengo tiempo. Además, para tener un bebé primero hay que encontrar un padre y...

¿Y mi Petercito qué te parece? ¿Te gusta lo buen mozo que es? Creo que os saldrían unos chiquillos muy morenitos  guapos.

Lali sonrió, dio una calada a su cigarrillo y respondió:

Peter me parece una estupenda persona, pero entre él y yo nunca habrá nada más que una buena amistad. Nuestros mundos son demasiados diferentes como para que entre nosotros exista algo. Se lo aseguro, abuelo Goyo.
Al escuchar aquello el anciano dio un bastonazo en el suelo que hizo que Lali se asustara.

Mi  Luisa  yo  tampoco  teníamos  nada  que  ver.  Ella  era  la  hija  de  un  ganadero  yo simplemente el que cuidaba las vacas. Pero cuando nos miramos y sentimos que las mariposillas revoloteaban en nuestro interior supimos que estábamohechos el uno para el otro. ¿No sientes maripositas cuando miras a Petercito?

En ese momento  se abrió  la puerta  del  patio  y apareció  PeterRápidamente  Goyo  apagó  el cigarro contra el suelo y puso la colilla en la mano a Lali

Cierra el po gorrioncillo y cúbreme.

Dicho y hecho. Ella cerró el po y suspiro al percibir que, por lo menos lo había apagado. Peter, que se había percatado de todo, acerndose hacia ellos preguntó:

... ¿Qué hacéis?

El  hombre  calándose  lboina  con estilo  respondió  mientras  apoyaba  sus  dos  manos  en el bastón:

Naaaa hermoso. Aquí de charleta con el gorrioncillo. dijo guiñándole un ojo a Lali.

¿Estabas fumando abuelo? Ya sabes lo que dijo el doctor, nada de fumar. Levantándose con una agilidad increíble, Goyo se aproximó a su nieto.

Maldita sea PeterCito, pues claro que no fumaba. ¡Copón bendito! Solo oa el humo del cigarro de ella. ¿También está mal que haga eso? ¿Acaso ya no puedo ni oler el humo del tabaco?

Boquiabierta  por aquellLali  se levantó  del balancín dispuesta  a regañar  al anciano  por haberla embaucado  en aquella mentira, cuando este mirándolcon ojos melosones  y suplicantes preguntó:

¿Verdad gorrioncillo que yo no fumaba?

Aquellos  ojos grisáceos  y la dulzura que reflejaban la derritieron,  e incapaz de delatarle se rindió. Volvió su mirada hacia Peter que la observaba fijamente con gesto divertido y respondió:

No Peter, tu abuelo solo oa el humo de mi cigarro.

Sin dejarle decir nada más, este fue a quitarle el cigarro a ella pero ésta, retirándose, replicó alto y claro:

Él no fuma, pero yo sí. Y no se te ocurra quitármelo, ni apagármelo o te las verás conmig¿entendido?

Goyo al ver como su nieto se detenía ante lo que aquella decía, movió la cabeza y antes de desaparecer por la puerta de la cocina murmuró:

Mal vamos Petercito si ya dejas que la moza te hable así, hermoso.

Ya a solas se echaron a reír. La escena había sido de lo más cómica. Peter cogió un bote que había en un lateral del jardín y se lo tendió.

Anda, abre la mano y tira la colilla del cigarro del abuelo. He visto como te la ha dado para que la escondieras.

Abriendo el po dejó caer el cigarro aplastado y ambos volvieron a reír.
Peter y Lali permanecieron en el patio de la casa durante un buen rato. Hacía frío, pero ambos necesitaban estar solos sin que nadie los mirara continuamente.

Tu abuelo es todo un personaje. Peter sonrió y asintió.
Sí. Reconozco que así es. Su fortaleza y la positividad con la que mira la vida es lo que más nos ayudó cuando murió mi madre. Si no hubiera sido por él...

¿Te puedo preguntar de qué murió tu madre?

Cáncer.

Sentir la tristeza de su respuesta, hizo que ella levantara su mano y la posara sobre la de él.

Lo siento, Peter.

Él asintió y suspiró. La quietud del lugar y el sentirse solos hizo que él acercara su boca a la de ella para besarlaDurante  unos instantes  ambos  disfrutaron de aquel  acercamiento  hasta que un golpe en la espalda de él los devolvió a la realidad.

Ostras, Tito, lo siento se disculpó Javi al ver a quien había dado un balonazo. Convencido de que lo sentía por la mirada del crío, Peter, sonrió y respondió con paciencia:
Javi... Javi... ¿Cuántas veces te hemos dicho que no juegues con la pelota dentro de casa?

Esto es el patio, no un sitio para besarse se defendió el crío. Aquí el yayo Manuel me deja jugar. ¿Te deja el yayo a ti besuquear a las chicas?

La puerta del patio volvió a abrirse y Nicolás apareció con una cerveza en la mano. Al ver como su amigo miraba a su sobrino le dijo al crío para relajar el ambiente:

Monstruito, tu madre quiere que entres.

El niño vio una buena oportunidad para escapar. Sabía por la mirada de su tito que lo que había dicho no estaba bien, pero ya no había marcha atrás, Una vez quedaron los tres adultos solos en el patio, Nicolás dio un buen trago a su cerveza y acerndose a aquellos dos susurró:

A ver tortolitos ¿me puede alguno contar que está pasando?

Al ver que ninguno respondía, acerndose más a ellos murmuró mirando a la joven:

Sé quién eres y...

Y te vas a callar sentenció Peter.

Joder macho, que ella es...

Cierra el pico ya cortó aquel con determinación. Solo faltaba que alguno de los que estaban en el interior de la casa le escuchara.

Nicolás sonrió.

¿Qué estás haciendo? le preguntó preocupado.

Incapaz de continuar un segundo más callada, Lali se interpuso entre ellos.

Él no está haciendo nada, en todo caso soy yo. Le reconocí hace unos días en el hotel Ritz y solo vine para confirmar que era él y...

¿Le reconociste? preguntó sorprendido Nicolás.

¿Cómo se podía reconocer a alguien vestido como iban en el operativo del hotel Ritz?

Sí... intuí que era él por algo que dijo. Y oye, ahora que le tengo más cerca, a ti también reconozco. Tú estuviste en Las Vegas ¿verdad? Al ver que aquel dejaba de respirar ella sonrió y dijo. Oh, sí... pero si tú te acost...

No sigas por favor cortó en esta ocasión Nicolás, quien tras comprobar que no había nadie más a su alrededor, susurró. Mi Bonita no sabe nada de lo que pasó allí. Si se entera...

¡Vaya! asintió Lali. Todos tenemos secretos ¿verdad Nicolás? Aquel asintió comprensivo.
¿Qué le parece si yo guardo tu secreto y tú el mío?

Incrédulo por aquel chantaje miró a su amigo y este, en tono de guasa, murmuró:

Creo que es un buen trato. Eso sí... eliges tú. Divertido, Nicolás dio un trago de su cerveza.
Esta chica además de guapa ¡es lista!

Gracias.

Y una buena negociadora sonrió Peter.

Aprovechando el momento Nicolás se sentó junto a ellos y susurró emocionado:

M.E. ¡Aquí! dijo mirándola alucinado ¿Puedo tocarte para saber que eres real?

Depende de lo que quieras tocar se mofó ella, pero al ver cómo la miraba extendió su brazo y dijo Toca... toca.

Sin perder un segundo Nicolás le tocó el brazo como el que toca una reliquia y mirándola susurró bajito para no ser escuchado:

¡La leche! Estoy tocando a Mariana Espósito.

Y como verás soy de carne y hueso, igual que tú. Y por favor, llámame Lali.

Peter,  cada  vez más  sorprendido  por  su naturalidad,  estaba  disfrutando  de  llindo  con el interrogatorio de su amigo.

¿Pero tú no tenías los ojos marrones y eras rubia?

Lentillas y peluca indicó Peter divertido.

Joder... si mi Bonita se entera que eres tú ¡le da algo! gesticuló Nicolás. Eres su actriz favorita. Le encantan todas tus peculas.

¿En serio? sonrió ella.

Te lo aseguro apostilló Peter consciente de lo mucho que Eugenia siempre hablaba de Mariana, para su pesar.

Eugenia no se pierde ni una sola pecula tuya. Es más en cuanto la sacan en DVD se las compra y las colecciona. ¿Sabes cuál es su preferida?

¿Cuál? preguntó quitándose las gafas.

Esa llamada El destino de un amor. La que hiciste con un tal Butler y...

Oh, sí con Gery, es un cielo. Todas mis amigas se mueren por rodar con él es un encanto suspiro ella al recordarle.

Aquel suspiro no pasó desapercibido a Peter pero no dijo nada.

¿Me firmarás un autógrafo para Eugenia antes de irte?

Los que tú quieras, Nicolás. Es más, ojalá aln día podamos  salir a cenar todos juntos y disfrutemos de una larga charla. Me encantaría decirle a tu mujer quién soy, pero me temo que...

Ni se te ocurra le interrumpió. Primero porque le daría un patatús y segundo porque sería imposible mantenerla callada. Joder, Mariana ¡que eres lo más para ella!

Los tres se carcajearon,  y cuando Peter fue a decir algo, Almudena  abrió la puerta del patio increpándoles:

Chicos, no es por nada pero ¿por qué no regresáis al salón con todos?

No hizo falta decir más. Los tres entraron y durante horas rieron con los chistes que contaban una animada Eva y el abuelo Goyo.

1 comentario:

  1. Me encanta la nove esta super buenaaaaa subii mas !!! By : Ana Karina

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