¿Mamá
está en lo correcto? ¿Van a volver a estar juntos? Eugenia dice algo, y ambos
se giran y me miran. Ella me observa por un segundo, luego se gira de vuelta a Peter
y dice algo.
¿Qué
significa eso? Desearía poder leer labios. Luego él arrastra una mano por sus
rizos y se centra en las tejas del techo. Eugenia se limpia una lágrima de la
cara, se gira y camina hacia la puerta. Sus ojos están todos hinchados y
rojos.
Peter
la sigue hacia el pasillo, frunciendo el ceño.
A
pesar de que dijo que le alegraba, tal vez Eugenia realmente está molesta
porque Mery salió con Peter ayer, rompiendo así la regla primordial de las
porristas. Pablo una vez me contó, que si un chico sale con una porrista, el
resto de las porristas nunca, jamás saldrían con él porque es lealtad de
equipo. Si, Pablo no lo entendía tampoco. No es como si alguien se fuera a
casar. Pero en cuanto a Peter, la regla no se aplica: las chicas la ignoran y
tontean de todas formas.
Demasiado
drama para mí.
Hablando
de tontear. Federico está sentado tan cerca de mí que puedo olerlo. La esencia
a jabón y detergente sube hasta mi nariz.
Federico
se inclina y susurra en mi oído:
—No
sé si agradecerte u odiarte por mandarme a casa con Peter ayer.
—Oh
diablos —digo—. ¿Qué hizo?
Él
llena su boca con papas fritas, pero sigue hablando. —Primero nos lleva a esa
cafetería. Esas amigas de él, Paula y Mery, estaban encima de nosotros. Lo que
no es necesariamente algo malo, pero Paula pareciera no tener algo entre sus
orejas.
Suelto
una risotada y la leche chocolatada sale por mi nariz. Sí, lo sé, soy la
criatura más “sensual” en el planeta. Federico me sonríe abiertamente.
—Continúa
—digo, limpiando mis mocos de chocolate.
—Así
que nos quedamos en la cafetería por un par de horas, hablando sobre
absolutamente nada. Y
me refiero a nada. Oh
sí, no había
ningún estudio tampoco. Peter y
Mery se besuquearon por, como, una hora.
Comienzo
a hacer sonar mis nudillos mientras Federico continúa. —Luego nos vamos a su
camioneta, y pienso, genial, finalmente me puedo ir a casa. Mi abuelo
probablemente está enfermándose de la preocupación por mí. Pero no, Peter
no me lleva a casa.
Nos lleva muy lejos fuera del
pueblo a su campo.
Es básicamente un charco de barro gigante.
Sonrío
abiertamente. — ¿Peter te llevó a hacer carreras en barro?
—Síp.
Así que estamos en el campo y Peter maneja su camioneta alrededor en círculos
como a 130 kilómetros por hora. Pienso que voy a morir. Todos están gritando.
Baja la ventana y el lodo vuela por todas partes, por todo el interior de la
camioneta. Estoy cubierto en barro. Finalmente detiene la camioneta y todos
caemos dentro del charco de barro gigante. —Baja la mirada a su hamburguesa, la
recoge, y le da un mordisco. Con comida en su boca, él dice—: Muy pronto soy la
única persona que todavía tiene la ropa puesta. Y entonces Paula… —Federico de
pronto toma papas fritas y se las come, su cara poniéndose rosada.
Estoy
demasiado celosa, pero aun así estoy riendo histéricamente. Sólo Peter le haría
eso al chico nuevo en su primer día en un nuevo colegio.
—Piensas
que es gracioso, ¿no? —dice Federico, sonriendo—. No llegué a casa hasta
después de la
medianoche. Aparecí cubierto
en lodo y
ahora estoy en problemas.
—Demonios,
sí, es gracioso.
—Y
esa chica Paula ha estado todo el día acechándome.
Echo
un vistazo a la mesa de las porristas, donde Rocío continúa mirando a Pablo y
la esclava pelirroja
de las papas
fritas. Encuentro a
Paula, quien está observándonos. Saluda a Federico y le
sopla un beso. Estoy tentada a atrapar el beso y estrujarlo con mi mano,
tirarlo al suelo y pisotearlo.
En
su lugar, sorbo de mi leche chocolatada y digo:
—Apesta
ser tú, amigo.
Me
golpea con su codo. —Yo creo que tú lo planeaste todo.
—No
lo hice.
—Si
lo hiciste.
—No
lo hice. — ¿Qué es esto? ¿Tercer grado?
—Compénsamelo.
—Me mira fijamente a los ojos.
Respira,
Lali, respira. —No hice nada malo, así que no te voy a compensar nada.
—
¿Qué harás luego de la escuela hoy?
Pablo
y yo vamos a salir a comer después de la escuela. Podría invitar a Federico a
comer con nosotros. Quiero, pero yo sólo, no puedo; si él viene, no podré
relajarme y necesito, malditamente, relajarme antes del juego de mañana en la
noche.
Pablo
y Nicolás finalmente vienen a sentarse en nuestra mesa. En el minuto en que la
espalda de Pablo se gira y me está enfrentando, veo a Rocío ponerse de pie y
avanzar hacia la pelirroja de primer año. No necesito leer labios para saber lo
que Rocío está diciendo. Estoy casi segura de que sólo llamó a la chica puta.
La pelirroja de primer
año se levanta
y lleva su
bandeja a la
ventanilla de lavaplatos, luego
sale rápidamente de la cafetería mientras las lágrimas llenan sus ojos.
Federico
se inclina hacia mí. — ¿Viste eso?
—Sip.
—
¿Supongo que es una perra?
—Síp.
Iré a asegurarme de que esa chica de primer año esté bien una vez que
termine de comer.
—Tengo que mantener
mi energía alta
para el juego mañana.
Él
mete más papas fritas en su boca. —Sabes, no hay criatura más peligrosa en la
Tierra que la “chica adolescente”.
—
¡Oye! Yo soy una chica. —Lo golpeo en el brazo.
—Ay…
—dice, frotando su bíceps, pero luego sonríe—. ¿Y sobre esta tarde?
—Lo
siento, tengo planes.
—Oh,
bien…
— ¿Y
quién es la pelirroja? —le pregunto a Pablo.
—Ni
idea —dice, encogiéndose de hombros—. Bonita, sin embargo, ¿no crees? No sé qué
me posee cuando tomo algunas de las papas fritas de Federico y digo:
—Oye,
Federico, ¿adivina quién soy? —Y me inclino a través de la mesa hacia Nicolás y
comienzo a intentar alimentarlo.
Pablo
y Federico ríen.
—Asqueroso
—dice Nicolás, empujando mi mano—. Sabes que odio la comida de la escuela,
Espósito.
—
¿De qué estás hablando? —Pregunto, sentándome de vuelta en mi silla—. Estas son
las mejores frituras en el pueblo.
—De
acuerdo —dice Federico. Sonriendo, abre su boca, como queriendo que le dé una
papa frita. Así que meto una en su boca.
Oh
Dios mío.
¿Acabo
de darle a Federico una papa frita? Probablemente debería tomarme la
temperatura.
Uuuuh las porristas deben estar odiándola.
ResponderEliminaraaaaaaa peter le encantaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
ResponderEliminarMaass me encanta
ResponderEliminar