lunes, 15 de junio de 2015

Capítulo 23

La temperatura en el cuarto se hizo glacial y no era porque el fuego se hubiera apagado en la madrugada. Lali se cruzó de brazos y se mord el labio. No había hecho nada malo. Está bien, no era verdad. Se había enamorado de Peter cuando él oficialmente aun pertenecía a esta pequeña mocosa malvada.

¡¿Qué?!  Solo  estodiciendo no  creo  que  estuvieras precisamente sufriendo. No puedo creer que yo no haya dormido por ti, mientras que todo el tiempo te revolcabas con esta Paula le hizo una seña despectiva a Lali, persona. Ni siquiera sé que viste en ella.

¡Paula, suficiente! Peter le gritó y ella se calló, pero siguió mirando a Lali. Peter frunc el ceño y ne con la cabeza.

Lali evitó la mirada de Paula y miró a su alrededor en la cabaña, sus ojos se detuvieron en Peter y después en su hermano.

Bueno chicos, ¿queréis quedaros aquí todo el día o queréis ir a casa? —preguntó Pablo.

—Salgamos de aquí dijo Peter, con la primer nota de optimismo desde que Paula camino dentro de la cabaña.

Sí, entre más pronto mejor murmuró Lali.

Paula se dejó caer en una silla cerca de Peter y v cada movimiento de Lali. Peter negó con la cabeza.

Paula, ¿por qué no esperas en la camioneta?

—No, me queda aquí. —Le dio una mirada helada y regresó los ojos hacia Lali.

Estoy seguro de que a Lali le gustaría vestirse sin ti.

—Pero tú te vas a quedar. No confío en ella murmuró lo suficientemente alto para que Lali pudiera escuchar.

¡Por amor de Dios, Paula, espera en la maldita camioneta! Actúas como una niña de dos años la tomo del brazo y la levantó.

Pablo dio un paso adelante.

—Vamos Paula. Esperemos en la camioneta, donde se está caliente. Tengo la radio para avisar que los encontramos.

Paula pisot con sus botas de diseñador fuera de la cabaña, cerrando la puerta detrás de ella.

¡Vaya, es todo un caso! dijo Lali. Para una chica que engañó a su  novio  para  que  le  propusiera  matrimonio,  continuaba  actuando como si éste le perteneciera. Si lo que había dicho Peter era verdad, él había estado tratando de romper el compromiso, ella no lo dejaría ir.

Te lo dije. Peter se frotó las manos sobre la cara.

—¿Necesitais ayuda? Si no,  esta en la camioneta dijo Pablo, con su mano en la puerta.

—¿Puedes dejarle un mensaje a mi madre?

Es por lo que estoy llamando por radio. El servicio de teléfono aquí es en el mejor de los casos irregular. Tu madre reporto tu desaparición anteanoche y dijo que estabas viajando con alguien llamado Peter. Los policías pusieron el reporte juntos, mis padres y tu madre han estado en contacto. Saben que estamos buscándoos.

—Gracias. Realmente lo  aprecio. —Al menos, eso era un punto de luz en medio de este lio.

—No hay problema. —Pablo le sonrió con calidez, lo cual era un agradable cambio después de Paula, la pequeña, arrogante e irritante.

Pablo los dejó solos en la fría cabaña. Lali suspiró con alivio. Qué manera de despertar. Anhelaba un par de analgésicos y un galón de agua.

Feliz Navidad Peter hizo una mueca. Ella le dio una sonrisa forzada.

Feliz Navidad. —Se met al baño y terminó de cambiarse. Cuando Salió, Peter se había puesto sus jeans y se había puesto de nuevo su sudadera. Estaba doblando la cama dentro del sofá.

Déjame ayudarte. —Acomodó los cojines y dobló las cobijas.

—Sé que las cosas están hechas un lio con Paula y todo, pero realmente  disfruté  pasar  tiempo  contigo.  —Peter  se  veía  tan  serio mientras doblaba mal una sábana.

—Yo también. Lo único en lo que podía pensar era en las horas que había pasado en sus brazos, besándose en frente de la chimenea.

—Siento mucho que Paula sea tan…

—¿Perra? —sugirió. A pesar de la pequeña actuación de Paula, era claro que no le importaba nadie más que ella misma. Se río.

Sí, es correcto. No tiene derecho a hablarte de esa forma.

—No hay problema, ella no es nada para mí. Me alegro que vayas a arreglar tu situación y no te cases con ella. Serias muy infeliz. Lali oró para que todavía planeara romper con ella.

Esquivé una bala con ella. Eso es seguro.

—¿Cuándo vas hacerlo? ¿Romper?

Tan pronto como sea posible. No en mi casa, con mi familia. Necesito que sea en su casa, donde sus padres estén para recoger sus pedazos. Tiende a ser muy dramática.

¡Caramba, no lo noté!

Recogieron los trastes y las botellas vacías.

Me siento terrible dejando tanto desorden. Desearía que pudiéramos hacer algo con la ventana rota y todas las cosas que nos comimos.

—No te preocupes. Mi padre llama a los policías para saber de quién es este lugar. Probablemente esta aquí mañana instalando una nueva ventana.

—¿Qué pasara con tu camioneta? Lo había olvidado. Espero que esté bien.

—Si continua ahí, tend que remolcarla. Espero que no haya sufrido mucho daño.

He  tenido  bastante  por  Navidad.  Y  pensalo  enfadada  que estaba  por  tener  que  ir  al  norte.  Si  no  lo  hubiera  hecho.  Nunca  te hubiera conocido.

Me alegro que lo hicieras.

Recogieron sus bolsas, la vela estaba bien guardada en su mochila. Era la única prueba que tenía Lali del tiempo pasado con Peter. Él no habídicho  nadde  verse  de  nuevo.  Tenía  su  equipaje  sobre  el hombro y puesta una sonrisa en la cara.

Bueno, creo que es todo.

Sí, supongo que tenemos todo. —Se veía pensativo. Sabes, tal vez después

Una fuerte bocina de camioneta se escuchó.

Su corazón cayó. Quería que terminara lo que iba a decir, pero él no lo hizo.

Creo que Pablo está listo.

—No. Esa era Paula.

—Ah.

—Supongo que es mejor irnos.

Tomó la bolsa que le quedaba. En la puerta, Peter se detuvo con la mano en el pomo. Parecía que iba a decir algo, pero se escucotro bocinazo. Abrió la puerta.

Lali pa a centímetros de él, mas consiente de él que antes, de su esencia, el ángulo de su quijada y su pelo despeinado.

Cruzó el  umbral, luego miró hacia atrás  una última vez.  Cuando pensara en Navidad, siempre recordaría su tiempo aquí.

Lali se dio la vuelta y entro en la fría realidad de un nuevo día.

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