Veinte minutos más tarde,
Lali dio un suspiro de alivio cuando Peter volvió junto con
un estallido de viento y nieve.
Sonrió brillantemente
y fingió que su beso
nunca ocurrió. Peter lo acepto.
—Estaba comenzando a ponerme nerviosa. Te fuiste durante mucho
tiempo. Pensé que podría ir a buscarte. —O que fue rescatado y
la
dejó atrás. Descartó esa
idea. Peter nunca haría eso.
—Estaba bien.
No necesitas preocuparte. —Se quitó
las botas y entonces se sacó los guantes y el abrigo, evitando el contacto visual.
—Tal vez, pero en una mala ventisca en realidad las personas caminarían justo por sus casas y ni siquiera sabrían que la perdieron.
Podrías haberte congelado hasta
morir, —dijo ella.
Peter colgó el abrigo en
una silla.
—Eso es porque Pa ató una cuerda en
la puerta delantera del cobertizo. —contuvo una
sonrisa.
Ella le miró bizco.
—¿Leíste La Pequeña Casa
de
la Pradera?
Se calentó en
el
fuego. —Mi madre solía leérnoslo como niños. —Sonrió—. Apuesto a que no esperabas que conociese a
Laura Ingalls Wilder.
—No.
Me sorprendiste con eso.
Ahora, te tengo
una sorpresa. —Se unió
a él en hogar,
contenta de estar con él después del extraño
momento en el granero. Uso una almohadilla
caliente y vertió el agua caliente en el hervidor en una agrietada taza
de
Green Bay Packer
y en otra taza anunciando anzuelos para pescar. Mezcló el contenido y le tendió una taza
de Packer.
Él lo miro
con
incredulidad.
—¿Es
eso chocolate caliente?
—Sip.
Olió
la bebida llena de vapor.
—¿Dónde lo has encontrado? —Estaba a punto de dar un sorbo y
entonces se detuvo—. ¿No hay heces de ratones en ella,
ni estas
intentando vengarte de mí, verdad?
Se
rió.
—No.
resulta que la nevera estaba
llena de comida.
Al parecer, ahí es donde escondes las cosas que no quieres que los bichos encuentren.
Tendremos un gran festín esta noche.
Peter se
sentó cerca del fuego y
dio
un sorbo.
—O,
esto está genial.
—Cerró
los ojos
y saboreó el sabor. Su
satisfecha
expresión recordó a Lali como se sintió cuando la beso.
—Lo único mejor sería un trago de schnapps2. ¿Encontraste algo
de eso? —Preguntó él.
—Schnapps no, pero encontré tres botellas de vino.
—De ninguna manera. Eso es increíble. Parece que vamos a tener
una fiesta.
Lali
se relajó, sabiendo que estaban superando la pelea anterior.
Después de una comida de gelatina en galletas saladas y más
chocolate caliente, se sentaron en la
alfombra tejida en frente de la mesa
de café y jugaron al Scrabble. Peter levantó una palabra tras otra, pero las únicas palabras que llegaban a Lali no las podía usar: amor, abrazos, besos, labios.
Nicolaso toda su concentración dar con las palabras que no la harían parecer una acosadora enamoradiza.
Peter interrumpió sus pensamientos.
—¿Qué dices? ¿Deberíamos abrir una botella de vino?
—Lo
siento. Sé que está llevándome una eternidad. —Miró sus letras y todo lo que vio fue C
A C H A S.
—Tomate tu tiempo. Solo pensé que sería una buena forma de pasar
la tarde. Aun tendremos otra
botella de vino para la
cena.
—Claro. Probaré algo. —Su experiencia bebiendo consistía
principalmente en cerveza o vodkas aderezados mezclados
con
zumo en las fiestas de la universidad. Solo había probado unos pocos sorbos de vino en la
boda de su primo.
Peter trajo una botella de vino
abierta junto
con
dos copas de beber
disparejas.
—Deben mantener el cristal delicado en otro lugar. —Situó las copas
en la mesa de café y echo un poco de líquido rojo en
cada copa.
Lali
levantó la copa, girándola como una aficionada de vinos y la
olisqueó.
—Es de buena cosecha.
—Aquí dice que es
llamado Satín Rojo, embotellado —giró la botella
buscando una fecha— de este año.
—Este fue un muy bien año… no, —añadió ella, pensando en el divorcio de sus padres, la discreción y las nuevas actividades de Navidades de su madre. Ahora Lali era el producto de un hogar
destrozado.
Peter levantó la copa.
—Un
brindis por un año menos que estelar.
Ella chasqueó la copa con la de él.
—Beberé por
eso. —Dio un sorbo tentativo, feliz
por descubrir el
suave vino y fácil en
los brotes de sabor. Peter tomo un sorbo y se sentó frente a ella.
Le observó pasarse
una mano por el pelo y
suspiró.
—Sé
por qué mi año se jodió, pero ¿qué estaba mal con
el tuyo?
—Bueno, —dijo él—. Es una larga
historia.
—Estamos seguros de que no vamos a ir
a ninguna parte pronto. —El
fuego lanzó luz sobre las sombras de su rostro sin afeitar. Ella resistió la urgencia de extender la mano y
tocar
la
áspera barba de varios días.
Él se enfadó.
—¿Es la universidad? —Preguntó ella.
—No. La universidad es genial. Me encanta la universidad, Madison y salir de Ashland. La universidad es la mejor decisión que siempre tome.
—Dio otro trago y situó la copa abajo—. Aw, diablos. Es un gran apiño
de
mierda. —Se inclinó hacia
adelante con la
cabeza entre
las manos.
Lali
no podía imaginar lo que podría ir
tan mal en su
vida. Su compañera de habitación dijo que estaba prometido.
No
menciono nada sobre problemas familiares y obviamente no era la universidad.
—No
tienes que hablar de ello si no quieres.
Él
se pasó las manos por la cara.
—No. está bien. Tal vez si se lo cuento a alguien, será más fácil para
que lo afronte. Sabes sobre Paula.
—Tu prometida. —Ella
asintió.
Él
rodó los ojos.
—¿No
es tu prometida?
—No. Lo es. Al menos por
el
momento.
—Oh. —La verdad la atrajo—. Ya no quieres estar
prometido.
La esperanza floreció en su interior.
Él sonrió.
—Exacto.
—Y planeas romper con
ella. Él asintió.
—¿En
Navidad? Asintió de nuevo.
Lali
sintió vergüenza.
—Ouch. —Pero por dentro sintió un brinco de alegría. Del tipo como si la Navidad
llegase pronto. Se tocó la boca, pensando en el beso de
antes. Ahora no
parecía tan malo.
—Lo
sé. Está
mal. —Peter tamborileó los dedos sobre la mesa de café.
—Entonces, ¿tienes que romperlo ahora? Quiero decir, no podrías
esperar hasta…
—¿Año Nuevo? ¿Por qué eso tampoco la
heriría? ¿O justo antes de volver
a la
universidad? —Sacudió la cabeza—. No importa lo que haga, estoy jodido. Me quitaré como diez veces la estupidez. —
Comenzó a rebotar la
pierna.
El pobre chico era un desastre. Tenía
que estar de acuerdo, su
elección
del momento oportuno no podía
ser peor. A menos…
—¿Su
cumpleaños
no es en Navidad, verdad? Eso sería rotundamente cruel.
—No. Ese es el por qué no rompí en
Acción de Gracias.
—Wow. Has estado pensando en esto
durante un tiempo. —Dio
un largo trago de vino.
—Mucho, cada
segundo desde que me dijo que perdió el bebe.
Ouch más más
ResponderEliminarEstá información de querer dejar a Paula cambia las cosas ahora Lali ya no pensará igual,otroo
ResponderEliminarEstá genial esta novela me encanta
ResponderEliminarmaass <3
ResponderEliminarAhora yo quiero saber si Paula perdió al bebé,o decidió deshacerse d él ,y x este motivo Peter la quiere dejar.
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