viernes, 5 de junio de 2015

Capítulo 13

Trabajaron lado a lado preparando la cena. En breve, una sartén cubierta descansaba al borde del fuego. El aroma de la carne asada pronto llenó el aire. El estómago de Peter gruñó. Lali añad algunas amargas rebanadas de pan pastoso envueltas en papel de aluminio y las  situó en los bordes  de las llamas donde se  calentarían,  pero  no arderían. Unos pocos minutos después se acurrucaron ante el fuego, cada uno con un humeante bol de estofado y pan caliente.


—No es la mitad de malo. —Lali metió el pan en el estofado y dio un mordisco sin derramar una gota.

A exterio el   viendo  aullaba,  recordando   Peter   cómo  de afortunados fueron al encontrar la cabaña.

Estar hambriento definitivamente ayuda al sabor.

Otra ráfaga golpeó contra las ventanas. El frío aire se filtró, previniendo a la cabaña de mantener el calor a excepción del área cerca de la chimenea.

Escucha ese viento. Estoy contenta de que ya no estuviéramos ahí fuera.  —Lali  miró  fuera  dla  ventana,  fascinada  pola  nieve turbulenta pasar. A propósito, gracias por mantenernos a salvo aquí dentro. No puedo imaginar estar atascada en la tormenta. Descansó sus coloreados ojos caramelos en él.

—No tienes que agradecérmelo. Casi te dio hipotermia. Si hubiese bajado la velocidad o parado cuando tuvimos la oportunidad, esto nunca habría ocurrido.

Peter enterró otra cucharada de estofado en la boca para evitar admitir que había asustado a lo peor de sí mismo. Hubo momentos en los que no estaba seguro de si la había metido dentro y calentado lo bastante rápido. Sabía cómo de peligroso era estar fuera en los elementos. No  tenía  derecho  a  sentirse  protector  de  Lali,  perno podía evitar más el sentirse atraído por ella.

En  realidad  es  muy  divertido.  Quiero  decir,  ahora  que   que ambos estamos bien dijo Lali—. Además, si no puedo tener mi tradicional cena familiar de Navidad en casa en Madison, esta es una alternativa  mucho mejor  que  a la  que  iba  a  ir.  Sólo me siento  mal porque no llegaras a casa para ver a tu familia y a tu prometida. Eso tiene que ser una lástima. Realmente deber ser difícil estar lejos de ella.

No tanto como piensas.

—No, está bien. ¿Quieres algo de agua? dijo él para cambiar de tema.

Claro. Ella le pa el vaso y él lo llenó. Trasladaron el agua derretida de la olla, y después añadieron más nieve a la olla, así que siempre tendrían más agua.

Lali puso el estofado a un lado y buscó su bolso.

—Lo único por lo que me siento mal es por mi madre. Debe estar volviéndose loca. Revisó el teléfono—. Sin señal. —Lo dejó caer en la mochila.

—Lo sé. Es un momento horrible para desaparecer, justo antes de Navidad. ¿Alguien más al que necesites contactar?

—No, en realidad no. Mi padre está ocupado con su nueva amante.

—¿No hay un novio al que necesites llamar? Intentó decirlo como si fuera una idea tardía y no una pregunta directa que había estado teniendo ganas de preguntar.

Ella cogió el bol.

—Ni de cerca. Peter se iluminó.

—¿En serio? Había pensado que una chica como tú tendría a todo tipo de chicos alrededor.

La frente de Lali se arrugó.

—¿A qué te refieres con una chica como yo?

—Ya sabes divertida, extrovertida, y guapa. —Lali se sonrojó, y él sonrió al ver cómo de dulce y despistada se parecía sobre sí misma.

—No   qué  Kool-Aid1    has  estado  bebiendo,  pero  no  voy  a quejarme. —Dio otro mordisco.

Entonces, ¿Por qué no tienes un novio? Mo el pan en el bol.

—Primero de todo, no estoy buscando un novio. En realidad quiero hacerlo bien en la universidad y tener un novio sería una distracción. Además, imagino que si se supone que ocurriese, ocurrirá. —Estiró sus largas piernas—. Y segundo, la mayoría de los chicos en la universidad son idiotas. —Lo miró con una sonrisa impasiva.

—¿Oh, en serio?

Eso no es verdad. Hay muchos chicos agradables, pero los únicos mayormente lo que quieren hacer es salir, conseguir cargar, y acostarse con alguna chica al azar. Así no soy yo. Hubo un chico en clase que realmente me gusto.  Pensé  que  yo  a  él  también, pero  entonces  se acostó con mi compañera de cuarto.

Lali se merecía algo mejor que esos estúpidos de primer año.

—Ouch. Eso apesta. Me temo que eso es el primer año para ti. Todos entra en   l universida y  quieren   hacer   todo  lo  que   nunca consiguieron en casa. Yo pa la mayor parte de mi primer semestre borracho.

—Ah, eres un chico fiestero.

Él leyó la decisión en su rostro.

—Ya no. —Se rió—. Pagué mis cuotas en grandes ocasiones. Después de casi suspender dos de las clases, decidí limpiar mi acto o ser enviado a casa, lo cual era la última cosa que quería.

Debes haber sido popular con las chicas. Ella rozó su bol limpio y lo puso a un lado.

—No, no lo era. —Se rió—. Fui el perfecto novio de Paula. Me dediqué desde cada jueves a domingo, pero nunca la engañé. Jamás.
Debes amarla tanto para querer casarte así de joven.

En realidad él no quería hablar sobre su desafortunada relación. Las cosas habían estado acabadas durante mucho tiempo, pero Paula no le dejaría marchar.

Esa es una historia completamente distinta por la que no quiero ir est noche Paula   había  cambiado Mucho Manipulaba   a  las personas para conseguir lo que quería en la vida. Él no podía estar con una chica así.

—Oh. Está bien dijo ella, sonando reprendida, y él se sint un poco mal. Ella no sabía sobre sus problemas con Paula.

Aún necesitaba averiguar cómo conseguir que Paula entendiera que ellos, bajo ninguna circunstancia, se casarían.

Lali  bostezó y se  cubrió la  bocaEl  largdía  finalmente  había acabado con ella.

—Lo siento. El fuego debe estar volviéndome soñolienta.

Eso o el  hecho de que  tuvieses  una experiencia cercana a la muerte, caído al río, y caminado dos millas en una tormenta. —Probó Peter y después sonrió en la más dulce de las formas que mostraba sus hoyuelos.

Paula era una chica afortunada. Lali deseó tener una oportunidad con Peter.

Al instante se reprendió. ¿No era algún tipo de pecado el codiciar el novio de alguien más?


De cualquier manera, ¿sabes qué hora es? Peter observó el reloj.

Un  cuarto  para  las  doce.  Oficialmente  es  el  veinticuatro  de Diciembre, Nochebuena.

Es tarde. No es de extrañar que esté cansada. Miró alrededor de la habitación, preguntándose cómo iban a arreglárselas para conseguir dormir.  Sin  duda  no  podían  usar  lodormitorios  con  laventanas abiertas. Peter debió haber leído sus pensamientos o al menos notado la incertidumbre en su rostro.

—Vamos a sacar la mesa de café del camino. Puedes dormir en el sofá y yo me pondré en el suelo.

Lali  sabía  que  debería  ofrecerle  el  sofá,  pero  ldoa  todo  el cuerpo y dormir en el frío suelo sonaba horrible.

—¿Estás seguro? Me siento terrible haciéndote dormir en el suelo. — Pero el sofá no aguantaría a dos personas a menos que se pusieran juntos como el regaliz rojo.

Está bien. A menos… Miró el sofá marrón con el tapizado estampado de hojas. Levantó el cojín central—… ¡es un sofá cama! — Quitó los otros cojines para revelar un mango y el colchón escondido dentro.  Se  giró  hacia  Lali  con  una  sonrisa  malvada  y  preguntó—:

¿Quieres dormir conmigo?

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