viernes, 12 de junio de 2015

Capítulo 20

Con canciones navidas sonando suavemente de su portátil y la chimenea parpadeando, verdaderamente se sentía como Noche Buena. Lali experimentaba el mismo entusiasmo como si fuera una niña pequeña, solo que en lugar que fuera por los regalos, este año esperaba con interés un tipo de Navidad con Peter. 

—¿Podrías pasarme el aceite de oliva? Gracias. Cogió la botella y formó una espiral con él sobre la sartén que había calentado sobre el fuego. Su cara estaba roja de trabajar tan cerca de las flamas, pero no le importaba. Nunca se había divertido tanto preparando la cena y a Peter le gustaba ayudar, lo cual hacia esto mucho mejor.

Está bien, ahora pon la pasta.

Peter estaba encargado de preparar la pasta, lo que resultó ser complicado. El  agua apenas  había hervido, pero finalmente estaba cocida. Se acercó a Lali y puso los fideos pegajosos en su sartén. Ella disfrutó de los mechones de pelo asomando por su playera, el aroma de su piel y la forma en que su pelo se rizaba cerca de sus oídos.

—¿Qué es lo que estas preparando? —Preguntó él mientras mezclaba los fideos, con el aceite de oliva y agregaba hojas secas de perejil de un bote con especies.

—Se llama salteado, salvo que le falta la mayoría de los ingredientes. Si  tuviéramos  algo  de  pollo  o  cebolla,  eso  ayudarímucho.  Espolvoreó ajo y cebolla en polvo por encima y suavemente sacudla sartén para sofreír la pasta. Las especias del armario fueron un bono—. ¿Quieres voltear de nuevo el pan con ajo?

ClaroUsó  las  pinzas  volt cada  piezde  pan.  Ella  roció aceite de oliva sobre el resto de las rebanadas de pan junto con el ajo en polvo y pimienta roja.

Eso huele estupendo, le dio una sonrisa hambrienta.

Es el ajo. Me encanta el ajo. Muy bien. Creo que está listo. —Pael salteado de pasta a un gran tazón y lo puso en la mesa de centro que había decorado para la cena de Navidad. Una bana blanca del armario sirv como mantel. Encontró una canasta de pinas en una esquina y las arregló con ramas de pino de fuera. Y su casi consumada vela en el centro de la mesa.

—¿nde quieres que ponga el pan?

—Aquí. —Le tend un plato pequeño y él deslizó las rebanadas de pan ahí.

—Se ve muy bueno, dijo Peter, y ella no pudo más que estar de acuerdo con él.

Ambos se sentaron y miraron su pequeño banquete.

—Oh, casi lo olvido. tomó la lata de queso parmesano y la sacudió hasta que el queso se soltó. Lo espolvoreó sobre la pasta. Ahí está.

Lali  regreso  para  que  sonara  la  canción  de  Navidad  de  Josh Groban, Believe.

—No es una mala elección considerando nuestra situación. Peter llenó cada vaso con vino de una botella recién abierta.

Esta es una de las más frías Navidades que he pasado. Creo que nunca la olvidare. Probablemente le cuente a mis nietos sobre la Noche Buena en la que quede atrapado con una hermosa chica en una cabaña y que cocinamos nuestra propia cena sobre el fuego.

La cara de Lali se ruborizó y no fue por el calor de la chimenea.

Este brindis es por los dueños de la cabaña. Gracias por dejarnos comida. —Y levantaron los vasos.

Brinda por eso, Peter dio un sorbo de su vino.Me muero de hambre.

Llenaron los platos con la cena creativa de Lali. El pan tostado y crujiente de ajo. La pasta estaba un poco pegajosa, pero la combinación del aceite de oliva y las especias sabían bien.

—Lali,  sabe  delicioso,  dijo  Peter,  enrollandla  pasta  en  su tenedor.

Es por que estas realmente hambriento. Pero estoy de acuerdo, en que resultó bastante buena, considerando que no tenemos una estufa real.

—Si esta fuera una Noche Buena normal, ¿q harías?, —preguntó él, Nicolasando otro bocado.

Ella se limpió la boca con una toalla de cocina.

Estaría solo con mi familia más cercana. No vemos a nuestros abuelos y primos hasta el día de Navidad. Es cuando tenemos una gran cena  con  pierna.  Mi  madre  tendríaperitivos  como  a  las  cuatro  y media de la tarde y haríamos juegos. Cuando éramos pequeñas jubamos a las cucharas. Los últimos años hemos jugado a “Oh, diablos.

¡Oh, diablos! Peter río—. ¿Qué tipo de juego es ese para jugar en Navidad?

Es  un  juego  de  cartas.  —Sonrió,  recordando  todas  las  horas jugando con su familia—. Puede llegar a ser un juego muy frustrante, es por eso que se llama así. —Y luego se dio cuenta que su familia nunca celebraría otra Navidad de esa forma.

Estas frunciendo el co. ¿Qué pasa? —preguntó él.

—No es nada, estaba pensando como todas las tradiciones con mi familia se han ido.

Bajo su tenedor y se acercó tomando su mano.

—Sé que apesta que todo tenga que cambiar, pero no siempre se sentirá a de horrible. Dio un apretón a su mano y la soltó. Ella deseó que no lo hiciera.

—Gracias, forzó una sonrisa, —pero no lo creyó. Extrañaba a su padre, pero no quería hacerlo. Estaba segura de que él era el causante de la repentina separación.

—Y puedes empezar con nuevas tradiciones. Como cocinar sobre una fogata y dormir con un chico extraño que acabas de conocer.

El brillo travieso en sus ojos la hizo reír.

Eso podría ser un poco difícil de organizar cada año. —Sacudla cabeza, imaginando repetir esto cada año.

Bueno y ¿q hace tu familia en Noche Buena?, pregun Lali, para dejar de pensar en meterse en la cama con Peter esta noche. Ahora que la había besado y que sabía que no estaba planeando casarse, no estaba  segura  de  comsentirse  sobre  meterse  bajo  las sabanas con él.

Vemos el  Show  de villancicode los Muppets  y nodamos  un atracón con galletas. Mi madre hornea como loca toda la temporada, pero solo podemos comer esas galletas durante la fiesta o en el día de Navidad. Eso siempre me vuelve loco.

Lali tomó otro pedazo de pan.

Mi madre hace una casa de pan de jengibre cada año. Se ve muy cursi, pero hace un gran esfuerzo. Yo soa hacer una también, pero no lo  he  hecho en el  último  par de años.  No  estoy  segura  del  por qué.

—Nosotros tenemos una tradición llamada esconde el pepinillo. Lali lo miró escépticamente.

Es una broma, ¿verdad?

—No, —se río. Es una antigua tradición alemana del lado de la familia de mi padre. Tenemos un adorno en forma parecida a la de un pepinillo y mi padre lo esconde entre las ramas de los árboles. En la mañana de Navidad, el primero que encuentre el pepinillo obtiene un regalo extra.

—Suena divertido.

—Lo es, excepto que mi hermano casi siempre lo encuentra. Es muy astuto el desgraciado.

Eso es un fastidio.

—No, el regalo siempre termina siendo algo que se comparte para toda la familia, así que todos ganamos a final de cuentas.

Lali masticó su pan de ajo y lo tragó.

—¿Qué le compraste a Paula como regalo de Navidad? Él le dio una mirada sarcástica.

—¿Qué? ¿Se supone que debo adivinar?, dio un sorbo a su vino y un segundo después, lo comprendió—. Oh, Dios. No le compraste nada.

Hizo una mueca.

Estoy a punto de pedirle que me devuelva el anillo. Creo que darle un regalo podría ser contraproducente.

—¿Le pedirás que te devuelva el anillo? —su boca cayó abierta—. Eres un completo intransigente.

—No. Ella me mintió sobre estar embarazada. Además, el anillo pertenec a mi abuela. No hay forma que le permita quedárselo. Lali sirvió dos vasos más de vino para ambos.

Cierto. Creo que necesitas beber un poco más. Creía que mi Navidad apestaba, pero la tuya suena peor. Él sonrió y tomó un sorbo. Lali dejó la botella en la mesa—. ¿Realmente crees  que vamos a poder salir de aquí mañana?


Sí. toma tiempo despejar los caminos y por qué oscurecerá temprano antes de que pare de nevar, va a ser difícil de detectar mi camioneta o tu bufanda. Con suerte mañana, cuando esté más claro, no va a tomar mucho tiempo. Sé que mi familia, con seguridad estará buscándonos. Pero para estar seguros, deberíamos caminar hacia la carretera y tratar de hacer sas a alguien.

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