Hola a todos, bueno solo avisarle que ya no queda muchos capítulos y pues solo leí una novela se llama "NO ESTABAS EN MIS PLANES" pero esta inglés, tendría que traducirla y adaptarla, les voy a subir la Sinopsis mañana a ver si les gusta.
Un estruendo fuerte perturbó el sueño
de
Lali. Odiaba las
mañanas y odiaba despertarse temprano, especialmente cuando
estaba
disfrutando de ese grandioso sueño. Le dolía
la cabeza por
beber demasiado
vino y su boca
sabia asquerosa. Alcanzó su nariz para rascarse. El aire enfrió su cara. Metió de regreso su mano bajo las sábanas y se acomodó entre las suaves
mantas con
el tibio cuerpo a su costado.
Los ojos de Lali se abrieron.
Peter estaba acostado frente a ella,
un brazo bajo la
almohada,
el otro sobre su cintura.
Su cara, relajada y
hermosa,
puso a su corazón a
dar
volteretas. Se tomó
un minuto para disfrutar la
vista
de su pelo
despeinado y la forma perfecta de su boca. Durante el día, trataría
de no mirarlo para que no se diera cuenta, pero ahora… ah. ¡La forma en
la que ese hombre tenía de besar! Sonrió recordando su sesión liándose
y movió los dedos de sus pies.
Escuchó un ruido. Sonaba como la puerta de un coche cerrándose.
¡Oh,
Dios! ¿Habían
llegado a rescatarlos? Se sentó y el brazo de Peter se
deslizó sobre sus piernas desnudas. ¿Eran los dueños? Miró alrededor hacia las botellas vacías, las envolturas de los chocolates y los platos de la cena de Navidad. En lugar de botas colgadas sobre la chimenea, estaba rodeada de ropa secándose sobre sillas. Habían
desordenado el
lugar.
—Peter. Alguien está aquí. —Le dio un codazo.
Él
se movió.
—¿Qué?
Alguien tocó la
puerta en la cabaña. Lali se sobresaltó.
—¡Despierta! —movió a Peter de vuelta.
Repentinamente la puerta se abrió y un joven entró. Usaba un sobrero tejido, un abrigo grueso y no
traía guantes.
—¿Hola? ¿Hay
alguien aquí? —Sus ojos escanearon la cabaña e inmediatamente aterrizaron en Lali, la cama y la espalda de Peter—.
Oh.
—Apartó la mirada—. Siento interrumpir. Estoy tratando de encontrar
a mí…
—¿Pablo? —Peter se giró y
se
sentó, despertando inmediatamente. El joven sonrió ampliamente.
—¡Peter! ¡Hijo de puta! —sacudió sus botas para quitar la nieve y cruzó la habitación. Peter, usando nada más que su bóxer, se
encontró a medio camino con Pablo. Se dieron un abrazo de oso y
palmearon sus
espaldas.
Lali
miró sus largas piernas, su delgada cintura y su musculoso pecho.
No podía creer que se hubiera acurrucado cerca
de él toda la
noche. Se alisó su playera y deseó no haberse
quitado el pantalón
anoche cuando
hacía demasiado
calor. El cuerpo de Peter irradiaba calor
como un horno. ¿Qué pensaría de ella su hermano?
—¿Por
qué
no
me sorprende
que
hayas aparecido?
—preguntó Peter. Ambos hombres sonrieron y Lali
vio el parecido de los hermanos.
—Nuevas llantas, quitanieves y la más grande tormenta en años, ¿Cómo podría no estar aquí?, además ver a mamá comerse las uñas, tratando de no llorar y poner un freno a las vacaciones. Realmente
arruinaste la Navidad.
—Lo
lamento —Peter se rascó la cabeza, desarreglándose a un más
el
pelo—. Oh, mierda. Lo siento. Lali,
este es mi hermano, Pablo. Te dije
que le encanta jugar en la nieve.
—Hola —dijo,
avergonzada de ser encontrada en la cama con su
hermano. Su cabeza palpitaba y sabía que lucía como el infierno. Ciertamente se sentía
así.
—Hola —le contestó él.
Notó que Pablo trataba de ocultar una sonrisa,
mientras se daba
cuenta del desorden de
la
habitación. Parecía que habían
hecho más de lo que realmente había sido.
Pablo se giró hacia
su
hermano.
—Peter, debo advertirte…
Peter lo
interrumpió antes de que pudiera terminar de hablar.
—Pablo, Lali hizo la más increíble cena anoche.
—Peter —Pablo comenzó de nuevo, preocupado.
—No
creerías lo que puede cocinar sobre el fuego.
—¡Peter!
—gritó en voz alta
para captar su atención.
—¿Qué? —contestó distraído.
—No
vine solo —dijo en voz baja y señaló con su cabeza hacia la puerta.
—¡Oh!
—sus
ojos se desorbitaron y volteó hacia Lali con expresión de dolor.
¿Qué? ella deseaba poder leer su mente.
La
puerta se abrió y repentinamente una chica apareció. Vestida
con
un abrigo blanco, el filo de la capucha forrada en piel, podría
haber sido modelo para
un anuncio de las botas Ugg que llevaba. Pelo
rubio, sedoso, brillo de labios rosa y largas pestanas oscuras
enmarcaban sus ojos.
Paula.
Lali
miro estupefacta,
al
pequeño pastel de crema que había
invadido su secreta Navidad bajo la tormenta
de nieve.
—¡Peter, Dios mío! —se lanzó inesperadamente a sus brazos—. Oh,
bebé. Estaba súper preocupada. No tienes ni idea. Anoche, de la
preocupación, por
poco no abro mis regalos de
Navidad. —Lo
abrazaba y besaba repetidamente, mientras él trataba de zafarse.
Lali
quería evaporarse en el aire, pero no podía dejar de
ver
a Peter y al tornado blanco envuelta alrededor de él.
Él
la sostuvo fuerte, poniéndola sobre sus pies. Se limpió la boca y
miro
a su hermano.
Pablo se encogió de hombros.
—Cuando escuchó que estaba por salir al amanecer para buscarte, insistió en venir. No aceptó un
no
por respuesta. Sabes como es.
—Estaba tan asustada. Lloré toda
la noche —exclamó.
Lali
lo dudaba, basada en
el
brillo de sus ojos y en su apariencia de
porcelana.
Peter quitó
los brazos de Paula
de
su cintura, pero ella se colgó
de
su brazo. Miró a Lali, claramente avergonzado. Ella apartó la mirada y Nicolasó sus jeans de una silla cercana.
¿Podría alguna vez sacar de su
menta la imagen del sexy Peter en ropa interior y de la muy pulcra Paula?
¿Por qué tenía que estar aquí?
—¿Cómo nos encontraste? —le preguntó a Pablo.
—La
policía llamó anoche cuando encontraron tu camioneta en el rio. De seguro sabes cómo asustar a la
gente.
—Debiste haber estado en
la camioneta. No fue exactamente un
paseo en trineo, ¿cierto? —Peter se giró hacia
Lali.
Lali lo miró mientras se subía
los jeans
por la
cadera.
Paula finalmente la notó por primera vez y
se sorprendió como si Lali fuera una espinilla en la punta
de
la nariz.
—¿Quién eres tú? —preguntó.
—Paula, ella es Lali. La estaba llevando con su madre, para pasar
Navidad.
Los ojos de Paula viajaron sobre la apariencia descuidada de Lali, haciéndola sentir más incómoda que si un grupo de chicos de fraternidad le lanzaran miradas lascivas.
—¡Dijiste que estabas llevando a un amigo, pero nunca dijiste que
ese amigo fuera
una
chica!
Paula notó las
mantas desordenadas en el sofá cama.
Miró
a Lali, quien ya
se
estaba abotonando los jeans, hacia Peter en bóxer.
—¡Dormiste con ella!
—No es lo que parece. —Sus ojos fueron directos hacia Lali.
Y vio
tanto en la profundidad de su conflicto. ¿Era culpa, arrepentimiento o vergüenza
a secas por
ser encontrado de esta
forma?
—¿Me has engañado? —preguntó, su cara inundada de asombró.
—No, y de todas formas, no seria que te haya engañado, ¿verdad? —preguntó intencionadamente.
Ignorando
su comentario, Paula vio los restos de la pequeña fiesta. Frunció el ceño
ante las botellas de vino vacías,
luego con su uña con manicura francesa movió la envoltura plateada y las envolturas de chocolates. Lali
no quería
que
Paula estuviera
cerca
de
sus cosas,
donde podría ensuciar los recuerdos de su noche especial.
El labio
inferior de Paula
sobresalía, haciendo
un puchero con brillo
rosa.
—¿Me
compraste
chocolates y
luego dejaste que ella se los comiera?
Peter puso
los ojos en blanco.
—No. No todo es acerca
de
ti, Paula. Lali los compró y los compartió conmigo.
Paula hizo un pequeño resoplido. Se acercó para alcanzar la
vela de canela, usada hasta
la
mitad en el frasco.
—Esto también es mío. —A pesar de
que Lali lucía como una
persona sin hogar y probablemente oliera igual que
una, cogió la vela.
No iba a permitir que esta mimada, “quiero ser una Kardashian” tocara
el regalo que le dio
Peter. ¿Y por qué tenía tanto maquillaje? Estaban en un pueblo alejado en el norte de Wisconsin, no en una alfombra roja de
premier en Los Ángeles, por amor de Dios.
—No parece que hayas sufrido
mucho —Paula
se quejó—. Te imaginaba acurrucado en alguna
cueva, en ninguna parte, solo. Pero parece que me perdí de pasar un
buen tiempo. ¿Cómo pudiste?
—Paula, déjalo
—dijo Peter.
mas mas mass :)
ResponderEliminarK intensa k es Paula ,una pesadilla.
ResponderEliminarK se pierda ella.
Jjajajajaja,Lali protegiendo sus regalos.
ayy como odio a paula!!
ResponderEliminarmaass
más más más
ResponderEliminarMás!!
ResponderEliminarQue antipatica Paula cree q todo gira en torno a ella
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