¿Dónde estaba
Tiffany?
Cuando Lali volvió
del trabajo el lunes, no la encontró. No sabía a quién llamar. Cuando había traído a la chica del
hospital, aún estaba débil y cansada, pero el día anterior estaba mucho mejor.
Ese día habían
hablado del juicio que tenían en el juzgado. Tenían que ser realistas, pero con
un trabajo esperando y un lugar donde vivir, tenían posibilidades.
Pero Tiffany temía
que el juez le quitase el bebé. Se lo había dicho a Lali. Cuando estaba a punto
de llamar a la familia de acogida de Amy, oyó la puerta
de entrada.
—Estaba preocupada
—le dijo Lali, intentando hablar con calma. Era su primera experiencia como
madre sustituta.
Tiffany se sentó en
el sillón. Parecía cansada.
—Lo siento, iba a
dejarte una nota, pero no quería que te disgustases.
—¿Y por qué iba a
disgustarme? Tiffany se quitó la chaqueta.
—Fui a ver a Amy
—dijo rápidamente, como si Lali fuera a interrumpirla—. Tenía que verla, ¿no lo comprendes? Tal vez
no vuelva a verla después del juicio. ¿Y si
el juez me encarcela? ¿Y si se la da a una familia extraña que no la cuida?
—había una acusación en los ojos de Tiffany—. Yo quería
que ella se quedara contigo —agregó.
—Antiguamente se
podía hacer eso. Si querías que alguien se ocupase de tu bebé, podías dárselo.
Pero ahora no es así. Hay que hacer mucho papeleo y un proceso judicial.
—Yo sabía que tú
ibas a cuidarla bien.
—Lo sé. Y me siento
honrada. Pero tu caso va al juez porque todo el mundo quiere defender los
intereses de Amy.
—¡Tengo tanto
miedo…! —susurró Tiffany
entrelazando fuertemente sus dedos, y mirando hacia abajo.
—Lo sé. Pero creo
que la visita de la asistente social el viernes fue bien.
La asistente social
había ido a ver las condiciones en que vivía Tiffany y a conversar con ella.
Lali siguió:
—El sheriff no puso
cargos contra ti después de que Walter hablase con él. Y Walter tiene mucha
experiencia. Espero que el juez lo escuche y siga su recomendación —agregó
Lali.
—¿Estás segura de
que el señor Lanzani va a estar allí? —preguntó Tiffany, preocupada—. No lo he
visto…
No, Peter no había
estado por allí.
—El señor Ludlow me
dijo que había notificado al señor Lanzani para decirle la hora a la que debía
estar mañana. Y Peter ha dicho que estará allí.
—La gente no
siempre hace lo que dice —murmuró Tiffany.
—No todo el mundo
es igual.
Cuando sonó el
teléfono, Lali palmeó el brazo de Tiffany. Era Candela. Lali sabía por qué la
llamaba.
La familia de
acogida había llamado a Candela para informarla de que Tiffany había estado
allí porque temía no volver a ver a la niña.
—¿Se ha metido en
algún problema yendo allí? —preguntó Lali.
—No. No se ha
tomado ninguna decisión en el caso todavía. Ella sigue siendo la madre de Amy.
Si acaso, el juez verá su visita como algo a su favor.
—Todo esto es muy
nuevo para mí —admitió Lali, mirando a Tiffany.
—Lo sé. Acuérdate
de cuando traje a Timmy a casa. Yo tampoco había pensado en transformarme en
madre de la noche a la mañana. Te va a ir bien, ya lo verás.
—Tiffany tiene
dieciocho años. No sé si necesita una madre.
—Yo tengo
veintinueve. Todavía echo de menos a mi madre y me gustaría que estuviera aquí.
Candela había
perdido a su madre a los diez años. Y ella la había perdido a los seis. Lali
sabía que su amiga tenía razón.
—¿Estarán mañana
los padres de acogida? —preguntó Lali.
—Ellos no tienen
parte en la audiencia. Se trata de saber si Tiffany puede tener la custodia de
su hija. Pero sé que el juez quiere que vayan, porque quiere que esté Amy. Se
me ocurre que quiere ver cómo actúa Tiffany con ella. Probablemente le pedirá
que la tenga en sus brazos.
—Ella no ha estado
nunca con niños.
—Según me has
contado, Lali, hoy ha hecho un buen trabajo. Lo que tiene que hacer es actuar
de forma natural y decir la verdad. Creo que la madre de Tiffany no va a ir a
la audiencia.
Walter había
notificado a la mujer, pidiéndole que se presentara. Pero ésta había rechazado
ir.
—A la madre de
Tiffany le da igual lo que le pase a su hija. Tiffany ha conseguido aprobar
todos los cursos gracias a su esfuerzo, estudiando con amigas, fuera de casa.
Ella sentía que su madre no quería que estuviera allí, sobre todo cuando su
madre tenía nuevos novios. Así que no iba mucho a su casa, y a su madre le
parecía bien que fuera así.
—Te rompe el
corazón todo esto, ¿verdad?
—Sí. Me siento
identificada con ella.
—¿Qué piensa Peter
de que tú te hagas cargo de todo esto?
—No sé lo que
piensa. Y realmente da igual.
—Oh, creo que sí
importa. Tú no lo admites. ¿Haces esto para que la relación con Peter sea más
difícil?
—¡No seas ridícula!
Una cosa no tiene nada que ver con la otra. Han ocurrido simultáneamente, nada
más. Que Peter y yo nos veamos o no, no tiene nada que ver con la familia que
quiero construir con Tiffany y Amy.
—¿No quieres que él
sea parte de la familia? —le preguntó su amiga.
—Me encantaría que
lo fuese. Me encantaría que Peter fuera un modelo masculino para Tiffany y Amy,
si él lo deseara. Pero él lleva años guardando sus sentimientos. Una sola vez
me mostró quién era realmente, pero luego lo lamentó.
—Necesitáis tiempo
para aceptar todo esto. Es posible que él necesite tiempo para bajar la guardia
contigo, y tú tienes que aprender a volver a confiar.
—Eso es lo que
pasa, Candela. Que Peter es un hombre en el que puedo confiar. Inspira confianza.
Cuando quiere, es
protector y cariñoso
—respiró profundamente—. No puedo equivocarme dos veces, ¿no?
—Eso depende.
Tienes que fijarte en las cosas profundas. ¿Estuvo casado antes?
—Sí.
—Intenta averiguar
cosas. Mira cómo reacciona. Entérate de por qué se separó. Los matrimonios
pasados pueden darte mucha información.
—Peter no me dejará
averiguar mucho. Ése es el problema. Y de momento, sólo puedo concentrarme en
la audiencia de Tiffany. Quiero ayudarla a ser una madre para Amy y luego
dejarla que siga sola su camino.
—Tendrás que
decidir si quieres ser «tía Lali», o «abuela Lali». Lali se rio.
—Es una decisión
que tendré que tomar.
—No te compres
gafas de abuelita todavía… —bromeó Candela. Hubo un silencio y luego Lali dijo:
—Gracias por
ocuparte del caso de Amy como lo has hecho.
—Es mi trabajo. Es
por ello que envié a alguien imparcial a la visita del viernes.
—¿Puedes decirme
algo del informe?
—Está en un sobre
sellado para que lo vea el juez. Él te dirá lo que pone. Relájate esta noche,
Lali, e intenta que Tiffany haga lo mismo. Es posible que sea la última noche
que ambas podáis dormir sin el llanto de un bebé.
—¡Ojalá! —exclamó
Lali, seriamente.
—Sólo una futura
madre que desea mucho tener hijos podría decir eso. Por cierto, Dylan ha puesto
en el coche la ropa que escogiste. Si todo va bien, no tienes más que llamarlo
y te las llevará. Lo único que tienes que comprar es una cuna.
—Eso no es
problema. ¿Realmente crees que voy a poder dormir con todo esto en la cabeza?
—Bueno, siempre
puedes entretenerte aprendiendo a tejer.
—A lo mejor lo
hago. Después de todo, seré su primera niñera.
—Cuando Kylie tenga
el bebé, haremos un trío —bromeó Candela.
Pero Lali sabía que
Tiffany se iría a vivir sola cuando pudiera. Y en lo profundo de su ser, Lali
deseaba un hijo propio, aunque no tuviera marido.
Siguieron hablando
un rato y cuando Lali colgó fue a ver a Tiffany.
—¿Qué te parece si
preparo sándwiches de pavo y queso con una ensalada? —
dijo Lali.
—No tienes que
cocinar para mí —dijo Tiffany—. Puedo hacérmelos.
—Algunas noches
tendré que trabajar hasta tarde y tendrás que hacerte la comida. Pero esta
noche creo que sería agradable que comiéramos juntas, ¿no crees?
Tiffany tragó
saliva y miró a Lali con lágrimas en los ojos.
—Me gustaría mucho
—dijo.
Lali se sentía muy
unida a aquella chica. Y eso le daba tanto miedo como lo de Peter.
Se había acabado.
Todo el mundo había salido feliz del juicio.
El juez le había
dado la custodia a Tiffany y le había dicho que la controlaría y que en los
siguientes seis meses le harían visitas esporádicas, y que Tiffany tendría que
hacer un informe todos los meses a las autoridades. Después de los seis meses,
él evaluaría su caso nuevamente.
El brillo en la
cara de Tiffany y de Lali le hizo sentir a Peter que él había sido parte de
algo importante aquel día, como cuando rescataba a un niño. Pero en aquel caso
su sentimiento era más personal, y eso era lo que más lo molestaba.
Ahora habían
resuelto el caso,
y él sentía
ganas de celebrarlo.
Realmente debería conocer a Tiffany un poco más antes de que empezara a
trabajar para él.
Así que…
Fue a un gran
supermercado y preguntó por la sección de niños. Al pasar por delante de una
silla de comer, se agachó para verla más de cerca.
Un carrito rodeaba
el rincón de unos estantes, y él se sorprendió al ver a Lali y a Tiffany. Esta
llevaba a Amy en una mochila y Lali llevaba el carrito de la compra con una
caja enorme que sobresalía de él. Estaba intentando empujar con una mano y con
la otra sujetar la caja.
—El empleado
ha dicho que es
la última. Tenemos suerte. Ahora
sólo nos queda ver cómo se arma
—la oyó decir.
Cuando Peter se
levantó, Lali se detuvo repentinamente.
—¡Qué sorpresa
verte aquí! —dijo él.
—La sorpresa es mía
—dijo Lali.
—He pensado
celebrar el juicio comprándole algo a Amy.
—¡Oh, no hace falta
que lo haga, señor Lanzani! —exclamó Tiffany—. Ya ha hecho suficiente. Sin
usted, sin su trabajo, no sé si el juez me hubiera dado a Amy — agregó
tímidamente con sinceridad.
—Creo que Lali y tú
vais a tener ahora otro trabajo… Estaba pensando en comprarle una trona para Amy.
He oído decir que los bebés crecen muy rápido.
Tiffany se rio y
miró a su hija.
—No lo sé. Creo que
será mejor que lea un poco sobre ello. La señora Malloy me ha regalado algunos
libros que ella ha usado con Timmy.
Lali había estado
observando su conversación, y de pronto Peter se acercó a
ella.
—¿Quieres que te
ayude con esto?
—¿Te refieres a
llevarlo o a armarlo?
—A ambas cosas.
Anoche trabajé hasta tarde, así que hoy tengo tiempo libre.
—Como quieras,
Peter. Si quieres ayudar, por nosotras no hay problema. Lali hablaba como si le
diera lo mismo que la ayudase o no.
—Te seguiré con el
coche a tu casa. Nos llevará un rato armar la cuna y la trona.
—¿No tienes nada
más interesante que hacer esta tarde? —preguntó Lali.
—Es posible que sí
lo tenga. Pero Tiffany se siente un poco incómoda conmigo.
Y he pensado que
sería bueno que nos conociéramos un
poco antes de trabajar juntos.
—Es verdad —dijo
Lali asintiendo.
Cuando estuvieron
en casa de Lali, Peter se volvió a sentir embriagado por su fragancia, por la
atmósfera de su casa…
Tiffany estaba
con Amy. La
niña no paraba
de llorar. Lali
las miraba, preocupada, desde el
otro extremo del salón.
—Es difícil saber
cuándo ayudar y cuándo no —dijo Peter mientras Lali y él desarmaban las cajas y
trataban de ver cómo iban las piezas.
—Sí, lo es. Me ha
dicho que quiere encargarse ella de Amy. En teoría está bien. Pero la verdad es
que hasta las madres maduras necesitan ayuda.
—Sujétame esto —le
dijo él.
Lali se acercó a él
y lo ayudó. Tenerla tan cerca era una tortura, pensó Peter.
—Peter, ¿estás
seguro de que quieres que Tiffany y Amy trabajen en tu casa?
—Le dije al juez
que lo harían —respondió él sin mirarla.
—Sí, pero eso no
quiere decir que eso sea bueno… para ti. Peter se incorporó.
—¿Lo dices porque
crees que me va a afectar tener un bebé en casa y saber que no es el que podría
haber tenido? Sí, no será fácil. Pero también soy un hombre práctico.
—¿En qué piensas cuando
buscas a un niño? —preguntó Lali.
—No pienso. Actúo.
Peter decidió que
era hora de usar la broca. Ella repitió la pregunta en medio del ruido. Él
resopló y contestó.
—Vale. Intento
imaginar lo que está pensando el crío. Luego visualizo que lo encuentro o algo
así. ¿Satisfecha?
—¿Por qué te
enfadan mis preguntas?
Peter no solía
alterarse. Estaba acostumbrado a controlarse, pero con Lali no podía hacerlo.
—Peter, no intentes
rehuir mi pregunta…
Él no podía
controlar los sentimientos con ella.
—Dime. Dime qué
estás sintiendo…
Peter cerró los
ojos y respiró profundamente.
—Ya te he dicho que
me siento culpable. Perdimos el bebé por mi culpa.
Lali no le dijo
nada. Se quedó allí, mirándolo, sujetando una pieza de la cuna como si quisiera
abrazarlo.
Eso le llegó a él
más que nada.
—Cuando Cheryl me
dijo que estaba embarazada, me gustó la idea de ser padre. Pero sabía que
tendría que dejar el FBI. Y en el fondo, no quería hacerlo. Cheryl quería que
yo me involucrase totalmente en la vida de nuestro hijo… Y el trabajo empezó a
convertirse en un problema entre nosotros…
—¿Significaba más
para ti que tu familia?
Ella no lo estaba
acusando. Simplemente quería saberlo.
—No sé cómo
explicártelo. Tú eres enfermera. Te involucras en tu trabajo, y veo que
disfrutas con él. Te involucras más de lo normal para ayudar a tus pacientes…
Pero tu vida está separada de tu profesión. Tu profesión no te define. A mí sí
me definía.
—No comprendo
—estaban armando el fondo de la cuna.
—Cuando tenía nueve
años, secuestraron a un amigo y jamás apareció.
—Oh, Peter… —Lali
trató de hacer memoria y de pronto recordó que en Wild
Horse había habido un caso así—. Su nombre era Cliff Barstow.
—Exacto. Lo
buscaron semanas, meses, y jamás lo encontraron.
—Debió de ser
horrible para su familia…
—Yo quería ser
mayor desesperadamente para poder conducir y buscarlo solo. Creía que si era
mayor habría podido hacer algo… No sé por qué… Ya sabes las cosas que piensan
los niños… Y desde entonces supe qué trabajo quería hacer de mayor.
—¿Y por qué te casaste?
—Yo amaba a Cheryl
tanto como yo sabía amar. Ella me necesitaba… Empezamos a salir, conoció a mi
madre, yo conocí a su familia… El matrimonio parecía lo lógico…
—Si te digo que no
fue todo culpa tuya, no vas a creerme, ¿no?
—No.
—Igualmente te lo
voy a decir. No fue todo culpa tuya. Si hubieras sido mayor, si tu esposa
hubiera sido diferente…
—Si existieran los
elefantes que vuelan…
—Tú eres un hombre
diferente ahora…
—No, no lo soy. He
cambiado lo que hago. Pero no soy un hombre diferente.
—¿Realmente quieres
estar solo toda tu vida?
Peter se sintió
incómodo. Lali no le preguntaba por ellos. Sólo se refería a él.
—No voy a estar
solo. Tiffany y Amy estarán en mi oficina. Dame ese destornillador, ¿quieres?
Me acabo de dar cuenta de que voy a necesitar otra cuna para mi casa…
—Estás rehuyendo la
conversación….
—No, sólo me he
acordado de algo…
Él no estaba
acostumbrado a examinar su vida. Y con Lali aquello ocurría muy fácilmente.
Amy empezó a llorar
y Peter dijo:
—Ve a ayudar a
Tiffany. Quiere hacer las cosas sola. Pero alguien tendrá que enseñarle.
Lali se levantó y
le dijo:
—Me alegro de que
me hayas contado eso.
Él la miró. Estaba
hermosa, sexy, y su corazón empezó a estremecerse. Y su cuerpo a recibir las señales
del deseo.
Peter no pudo decir
nada.
Lali se dio la
vuelta y se marchó de la habitación.
Pero aquella
conversación había sido
más íntima que
hacer el amor.
Y
evidentemente hacer
el amor era más fácil y más divertido para él.
Haz una maratón por los días que no subiste porfa!
ResponderEliminarmassssssss haz un maraton por favor
ResponderEliminarSube más me encanto
ResponderEliminarSubí más!!!!
ResponderEliminarmás más más
ResponderEliminarCuando subes d nuevo!!
ResponderEliminarSubeeee plis
ResponderEliminarCuando volverás a subiiiir!
ResponderEliminarRegresa por favor
ResponderEliminarVolveeeeee
ResponderEliminarRegresaaaa
ResponderEliminarQue seria de ti regresaaa
ResponderEliminarVolvee
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