—Me
gustaría
que mi madre
fuera
como tu —dijo Tiffany.
Acababan de cenar y Lali
miró a la adolescente. Tenía lágrimas en
los
ojos.
A lo largo del día,
la muchacha parecía haberse encontrado más cómoda con Peter. Habían estado conversando, y aunque él dijera que era
un
solitario, había demostrado una satisfactoria habilidad
social. Peter se acercó a Tiffany y agarró su
hombro.
—¿Qué
sucede?
—¿Qué
te ocurre? —preguntó Lali también.
—Tú
preparas la cena como si no tuviera ninguna importancia… Aun si mi madre me hubiera dejado entrar en mi casa, se habría estado quejando del llanto del bebé, y de que hubiera un invitado más… Y nunca hubiera hecho un
postre de
chocolate —señaló el postre
que había sobre
la encimera.
Lali la rodeó con su brazo.
—Tal
vez cuando tu madre
se acostumbre
a la idea de ser abuela,
vuelva en sí. Tiffany agitó la cabeza con
lágrimas en los ojos.
—Ella no es así. No quiere
tenerme si
eso
significa más trabajo.
—Yo no te
veo a ti y a
Amy como más trabajo. Tú agrandas mi familia, y eso me
gusta mucho —contestó Lali.
Tiffany miró a
Peter y dijo:
—¿Y si
no hago bien el trabajo? ¿Qué
pasa si hago un lío?
—Mi oficina ya es un lío. Es por ello que te necesito. Lo arreglaremos juntos. No
voy
a dejarte colgada. No voy a dejarte sola hasta
que sepas cómo hacerlo.
El rostro de
Tiffany se llenó nuevamente
de emoción.
—Voy a
ver
a Amy antes de comer el postre —murmuró y se
marchó a la habitación.
—¡Mataría a su madre!
—exclamó Lali.
—Pero en lugar de eso, vas a hacerte cargo de su hija y de su nieta, como si fueran tuyas —respondió Peter y se acercó.
—Necesita
recuperar su
autoestima. Es toda
una madraza con Amy, pero cuando las
cosas se estabilicen un poco, le sugeriré que haga el curso de padres
jóvenes en el instituto.
—Vas a tener problemas para
desprenderte de todo esto…
—Llevo practicando el desprenderme de las cosas toda mi vida… —respondió ella.
—Eso es lo que te gusta hacer creer a la
gente. Pero cada vez que se va alguien,
se
rompe una parte de ti. ¿Te has planteado alguna vez por qué elegiste a un prometido que
no tuvo garra
para quedarse?
—Elegí a Pablo porque
era
un buen hombre. Era fisioterapeuta y se preocupaba por la gente. Estábamos en una profesión similar, y creí que éramos una buena
pareja.
—¿Por qué dices que
lo creíste? ¿Cómo es que no lo sabías?
—No
había mucha excitación, había pocas sorpresas. Era todo predecible — respondió Lali.
—¿Y las chispas?
—Pablo me gustaba como persona… Pero la verdad es que cuando rompimos,
pensé que era posible que él estuviera enamorado aún de la mujer
con la que había
salido antes. Ahora están
casados… —respondió Lali,
dando un rodeo.
—¿Simplemente
no se
presentó a
la boda?
—Pablo me llamó al móvil cuando ya estaba vestida de novia y del brazo de mi
padre. Candela oyó el timbre del teléfono, que sonó en la habitación donde nos
habíamos cambiado.
—¿Sufriste un
shock cuando te llamó?
—Fue un shock que Pablo esperase hasta el último momento… Por lo demás, estoy acostumbrada a
que
la gente me abandone… Supongo que debe de haber algo
negativo en
mí…
—No, Lali. Tú no tienes nada de negativo.
A veces simplemente es el destino el que
actúa…
¿Tendría
razón
Peter?
—Tu padre
no te ha abandonado —le recordó
Peter.
—Es como si lo hubiera hecho. Cuando volvía del instituto y
lo encontraba en el sofá,
yo
no sentía que tenía padres…
—Ahora se ha recuperado. Y tengo la impresión de que quiere ser el padre que
no ha podido ser antes.
—¿Has hablado de
esto con él?
—No.
Pero hablamos en el granero el
día del baile.
—¿Se
arrepiente?
—Nadie llega a esa edad sin arrepentirse de algo.
Lali sabía que
Peter se refería no sólo a
su
padre sino a sí mismo.
Se oyeron unos pasos y apareció Tiffany en
la cocina, con
Amy en brazos.
—Estaba despierta —sonrió—. He pensado que podía estar
con nosotros mientras
tomábamos el postre.
¿O
debí dejarla
en la cuna?
—No hay reglas fijas. Creo que debemos disfrutar de ella cuando está contenta y satisfecha.
Lali miró a la muchacha con su hija, y volvió a desear fervientemente tener
un hijo. Y deseó que
Peter
fuera el padre.
—Iré
a ver a Amy —dijo Lali
después de
ver
la televisión.
Peter había estado armando la trona mientras
Tiffany y Lali miraban la televisión.
Aunque habían estado usando un monitor para oír al bebé, Tiffany había ido
cada tanto a ver a
la niña.
Lali había querido estirar las piernas y por eso se había ofrecido a echar un ojo a Amy. Además necesitaba un poco de distancia de Peter, a quien no había dejado de mirar de
lado mientras miraba la tele.
Lali observó a la niña dormida. Tocó su suave pelo,
del mismo color que el
de su madre…
Era preciosa.
Lali sintió una punzada
en el corazón.
—¿Está
durmiendo? —preguntó Peter, con
la trona en la mano.
—Sí —respondió Lali
cuando él se acercó a la cuna.
Lali lo miró y vio su cara de tristeza.
—Esto te pone triste, ¿no? —le
preguntó.
—Sí. Pero se me
pasará. El hecho de tener a Amy y a Tiffany conmigo me
ayudará a superarlo —miró el reloj—.
Tengo que
irme.
—¿Tienes una
cita
tarde?
—No.
Tengo que
ver
a alguien en el Silver Dollar. Clint
necesita que lo asesore en un
asunto de
seguridad…
—No hemos
hablado de cuando Tiffany esté trabajando contigo. Tiene que sentirse cómoda con Amy cuando empiece a trabajar contigo. Pienso tomarme unos días
de vacaciones para ayudarla. La dejaré un
par de horas por la tarde para que
pueda sentir que
es capaz de cuidar a su bebé sola.
—Los primeros días intentaré estar con ella —le comentó Peter—. Aunque no creo que le sirva de mucha ayuda…
¿Qué te parece si esperamos al lunes para que empiece? Mañana tengo que marcharme de la ciudad y no sé cuándo volveré, el sábado o el domingo…
El domingo probablemente.
—¿Es un asunto de rescate
o de negocios?
—Negocios. Tengo que ir a
D.C.
Lali sabía que D.C. no estaba demasiado lejos de Virginia, donde vivía su
exmujer.
Debió de notársele
la curiosidad porque Peter le aclaró:
—He presentado un proyecto al gobierno para desarrollar un programa de software.
—¿Haces muchas cosas de ésas?
—Trabajé una vez con ellos
hace tiempo —miró a Amy y agregó—: Te llamaré
cuando regrese.
En aquel
momento Peter bajó la
cabeza
e inesperadamente la besó.
Ella sintió una sensación eléctrica
corriendo por su interior. Su
cuerpo se
estremeció al sentir su lengua,
el calor de sus manos en su cintura, en su pecho…
Peter dejó de besarla
y murmuró:
—Quiero llevarte
a la cama, pero tienes
carabinas…
—Te
alegras de ello, ¿verdad?
Peter la rodeó con
sus
brazos y le dijo:
—Lali,
no sé
bien qué hacer contigo.
Ella se apartó y puso los brazos en
jarras.
—Bueno, si
no sabes,
entonces no me
mereces.
—No es verdad —él se rio.
—Apareciste en mi
vida, y ésta empezó a cambiar Y no sé si estoy conforme con ello —le
dijo serio.
A mitad del salón, se
dio
la vuelta y dijo:
—Pero ¡maldita
sea!,
me gustas.
Mientras oía los pasos de Peter por el
vestíbulo, Lali supo que sus
sentimientos hacia él eran más profundos. Pero también supo que había algo más que
atracción entre
ellos.
Lali sonrió a Amy y dijo:
—Le gusto…
Eso era
suficiente por ahora.
NOTA: Lo sé me desaparecí por completo. Les pido disculpas a quienes leyeron la adaptación y se quedaron a medias, voy a terminar de subirla en esta semana, les dejo un capítulo y para mañana dejo programado 2.
Mucho sin saber de tii,ni para saber que vives jajaj. Ahora me pongo al dia con los que subiste:)
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