sábado, 27 de julio de 2013

Capítulo 21

—¿Marcharte? ¿Por qué? ¿Porque has estado a punto de darme un beso? ¿O porque casi te he dejado hacerlo? Admito que ha sido un poco inesperado, pero... Peter, ¿te encuentras bien? Estás muy pálido.
—¿ Te importa si me siento en el sofá?
—No, claro — murmuró ella, sentándose a su lado—. ¿Quieres que llame a Clovis? Es enfermera.
—No, por Dios. No necesito una enfermera. Solo tengo que calmarme un poco —dijo Peter entonces—. Lali, creo que deberíamos...
Allegra soltó un grito entonces y se lanzó hacia  él como si quisiera abrazarlo.
—Quiere que la tomes en brazos. No tienes que hacerlo...
—¿Por qué no? Me gustan mucho los niños.
—Ten cuidado. Es un torbellino.
—Como su madre —sonrió él.
—¿ Tú crees? Mi marido pensaba que era aburrida.
—Por eso lo pisaron los bueyes... Perdona, no sé por qué he dicho esa barbaridad.
Lali sonrió.
—La verdad es que ha tenido gracia. No debería, pero...
La niña estaba en los brazos de Peter, tirando del cuello de su polo.
—Hola, pequeñaja. ¿Cómo estás?
Allegra le regaló una sonrisa desdentada y luego le sacó la lengua.
—¡Allegra!
—Ah, vaya. Me lo merezco.
—Clovis le ha enseñado a hacer eso. Es horrible.
—¿El sargento? No me sorprende —sonrió Peter. Entonces Allegra le tiró del pelo y acercó su boca como si quisiera darle un mordisco en la cabeza.
—Tienes que perdonarla. Es que le están saliendo los dientes —le explicó Lali—. O eso o hay algún caníbal entre los antepasados de los Esposito.
—Hablando de los Esposito, ¿qué te parece? ¿ Ves lo mismo que yo?
—Si te refieres a un hombre intentando salvar su cuero cabelludo, sí.
—No, me refiero a eso.
— No te entiendo.
—Allegra y yo... Míranos. ¿No ves el parecido? Quizá entre Allegra, yo y otra persona a la que tu querías.
 —¿De qué estás hablando?
—¿ Quieres decirme que no ves el parecido entre la niña y yo? Lali, míranos bien.
—Tenéis el mismo color de pelo y de ojos, pero nada más.
—¿Nada más?
—Yo no veo más parecidos. Hay muchos niños de ojos verdes y pelo castaño. Ah, ya entiendo, quieres que en Southwood la gente crea de verdad que es tu hija, ¿no?
—Sí, pero me refería a algo más.
Perpleja, Lali se cruzó de brazos.
—¿Por qué no me lo dices? No entiendo nada en absoluto.
Peter respiró profundamente para darse valor.
 —¿Cómo era tu marido?
—¿Mi marido? —repitió ella—. Ah, ya veo. Qué tonta he sido. Allegra se parece un poco a ti, así que quieres saber si tú te pareces a mi marido.
—Sí, me temo que sí.
—Pues no sé qué decirte, excepto que no veo por qué eso tiene importancia. Solo estamos hablando de un fin de semana, ¿no?
—Es posible — murmuró Peter—. Mira, Lali, no quería...
—No, déjalo. Voy a decirlo yo. Entre nosotros hay algo más que ese fin de semana, ¿no? Al menos, espero que lo haya o me sentiré como una idiota.
—Yo creo que hay algo más, sí.
—Está claro que te da un poco de miedo. Y a mí también — sonrió ella —. Pero el asunto de sí te pareces o no a el ... yo creo que es un poco prematuro. No nos conocemos, Peter. Y deberíamos dejar el tema hasta que nos conociéramos un poco más. ¿No te parece?

Tenía razón, desde luego. Y él era un idiota. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario