domingo, 5 de julio de 2015

Capítulo 10

Hola, buenas noches lectores solo para avisarles que ya actualice todos los capítulos y por la paciencia les subí uno hoy. 

5
Estúpida Camiseta Ajustada


— ¿Qué demonios está mal contigo, Peter? —digo, empujándolo contra un casillero.

— ¿Qué? —dice, empujándome de vuelta.


—Te dije que llevaras a Federico a casa, no que dejaras que fuera molestado por Paula.

— ¡Él no estaba quejándose anoche! Creo que pasó un buen momento. Sacudo mi cabeza.

— ¿Qué te importa lo que él hace, Espósito? —Sonriendo, arquea sus cejas hacia mí y mira hacia mi camiseta negra.

—No me importa. Peter sigue sonriendo.

—Sí, eso es mentira. ¿Desde cuándo te pones camisetas así? Nunca podemos ver tus senos. —Lo empujo de nuevo—. Joder, Espósito, ¿te gusta este chico o algo así? —susurra, empujándome de vuelta.

Me muevo para empujarlo otra vez, pero él salta fuera del camino. Malditos reflejos de bailarina.

—Me importa mi equipo. Federico me dijo que no lo llevaste hasta tarde. No deberías estar fuera pasada la medianoche dos días antes de nuestro primer juego.

— ¿Así que él llegó a casa entonces?

— ¿Qué quieres decir?

—No me dejó llevarlo hasta su casa. Me hizo dejarlo afuera en la carretera. Fue extraño, pero pude decir que hablaba en serio. No quería que estuviera en algún lugar cerca a su casa.

¿Qué tan fea podría ser su casa? La mitad de los chicos en mi equipo viven en remolques… no puede ser peor que eso.

Miro fijamente a los ojos y la cara bronceada de Peter, que se ha llenado de granitos últimamente. Él nunca solía tener acné, pero ahora tiene un poco de éste.

— ¿Peter? —digo, agarrando su mano.

— ¿Sí? —dice él, enterrando su otra mano en su alocado cabello.

—Uhm, me estoy preguntando si todo está bien contigo. ¿Estás estresado o algo así? Suspira y se inclina contra los casilleros.

—Sí… quizás un poco.

— ¿Es Eugenia? Sacude su cabeza.

— ¿Entonces qué pasa?

Aleja los rizos de su frente y mira hacia sus chancletas.

—No sé… pasan muchas cosas… Papá nunca está en casa y mamá está más triste que nunca… estoy preocupado por la universidad. De verdad quiero ir y creo que una beca por fútbol es la única manera en que mi familia será capaz de darse el lujo.

Juzgando por sus ojos mirando alrededor y el familiar tic de su boca, puedo decir que está escondiendo algo. Pero froto su brazo de cualquier manera y le sigo la corriente.

—Lo sé. Pero eres genial… simplemente sigue jugando duro y estarás bien. Y estoy segura que puedes conseguir dinero ya que tienes buenas notas.

Se queda mirando los avisos enclavijados por todo el tablero de anuncios al otro lado del pasillo.

—Eso espero. Mi futuro está en el fútbol.

—Lo entiendo —digo, y alejando la mirada de Peter, noto que Federico viene por el pasillo. Se detiene un segundo cuando me ve con Peter, pero sólo pasa por nuestro lado y no dice nada mientras entra en el salón de arte.

Peter sonríe, sacudiendo la cabeza.

—Escucha, no le diré nada a nadie sobre que te gusta Federico. Lo prometo. Hago una mueca.

Choca su puño con el mío, luego pone un brazo a mí alrededor y camina por el pasillo hacia la clase de apreciación musical. Ahora que somos de último año y sólo nos concentramos en el fútbol, lo juro, estamos tomando algunas de las clases más estúpidas. Hoy vamos a aprender sobre cómo tocar el xilófono.

—Sólo sigue vistiendo esas camisetas —dice con un guiñó—. Con seguridad notará esos senos.

Antes de que la clase de apreciación musical/xilófono empiece, Peter y yo estamos inclinados sobre un pedazo de papel, jugando Ahorcado. Yo anoto:

_ _ _ / _ _ _ _ _ _.




—La categoría es jugadores de fútbol famosos.

Peter dice E, y dibujo una cabeza colgado de un lazo.

—A —dice, y lleno la segunda letra en ambas palabras. Luego Mery camina hasta detrás de nosotros, mira sobre el hombro de Peter hacia el Ahorcado, y dice:

—Yo lo sé.

Bufo, y Peter me codea por el costado y me lanza una mirada. La pone sobre su regazo y envuelve un brazo alrededor de su cintura. Me enderezo cuando le da un beso en los labios.

—Desearía que pudieras haber salido con nosotros ayer, Lali —dice Mery, y me encojo de hombros—. Federico estuvo preguntando por ti.

— ¿Qué? ¿Midiendo a su competencia? —le pregunto a Peter, que empieza a mirar a los idiotas tratando de golpearse con platillos al otro lado del salón.

—No —dice Mery, sonriendo—. Él quería saber en qué estás interesada. También quería que hubieras salido.

Me enderezo aún más.

—Tenía cosas que hacer.                                                                                            

— ¿Cómo va la preparación para Alabama? —me pregunta Mery mientras pone un brazo alrededor de los hombros de Peter.

— ¿Por qué quieres saber? —pregunto.

—Sé que es importante para ti —murmura. Luego se levanta del regazo de Peter y camina de vuelta a su escritorio—. Dan Marino —dice sobre su hombro.

¿Cómo diablos sabía la respuesta?

Empiezo a llenas las otras letras, y Peter susurra en mi oído:

—No todas las chicas son malas.

—No lo sabrías, porque ellas están adulándote todo el tiempo. No ves cómo Paula y Rocío tratan a las otras chicas, cómo me tratan en los vestuarios y en el baño, y antes en…

Me  callo,  no  queriendo  hablar  sobre  lo  que  sucedió  en  séptimo  grado,  y empiezo a dibujar el logo de Alabama Roll Tide.
Peter susurra:
—De verdad dudo que Mery alguna vez te haya dicho algo malo. Me encojo de hombros de nuevo.

—Dale una oportunidad —dice Peter—. Apuesto que te gustará. —Me quita el bolígrafo de los dedos, pone el papel más cerca de él, y escribe:

_ _ _ _ _ _/_ _ _ _ _.

—Dan Marino —dice con una sonrisa—. Lo supe desde el segundo en el que lo escribiste.

—Mentira —digo, y él golpea mi muslo y reímos.

—A —digo, y Peter dibuja una cabeza. Él mira hacia Mery.

Lo miro, y digo:

—Oye, Mery. Ven a ayudarme a adivinar el acertijo de Peter.                                 

Después de la escuela, Pablo y yo salimos de mi camioneta y nos dirigimos a la Choza de Pasta de “Todo lo que puedas comer” de Joe. No sé por qué Joe decidió llamar a este lugar una chabola, considerando que las chabolas no hacen que nadie piense en Italia, pero la comida es sorprendente. Antes de cada juego, Pablo y yo venimos aquí y recargamos carbohidratos por horas. Hemos estado haciendo esto por casi siempre. No sólo nos da la oportunidad de desestresarnos, sino que comemos toneladas de comida mientras hablamos de estrategia.

Tomo nuestro lugar de siempre, y Pablo se aprieta al otro lado de la cabina. Tengo que  poner  la  mesa  hacia  mí  así  él  encajará  cómodamente.  Joe  viene  y ordenamos agua y nuestros primeros platos de espagueti.

—Entonces —le digo a Pablo—, ¿listo para mañana?

—Sí… nada de qué preocuparse. Es sólo Lynchburg —responde Pablo, tomando un trago de agua. Saca un bolígrafo y un libro de crucigramas de su bolso. Hace clic con el bolígrafo y revuelve el libro. Así es como se desestresa—. ¿Estás preocupada? —pregunta.

—Diablos no, no estoy preocupada por Lynchburg.


— ¿Preocupada por algo más? —Levanta la mirada de su libro y mira hacia mi cara, luego hacia mi camiseta. ¿Por qué rayos me puse esta camiseta ajustada?


7 comentarios:

  1. Gracias x subir la nove massssss

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  2. Hay algo que no entiendo! El mejor amigo de lali que se llamaba gaston ahora es peter, y el chico nuevo que le gusta es federico? Es que me confundi un poco

    Yov (:

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  3. Te sugiero que vuelvas a leer de nuevo desde el capítulo 1, porque cambie de nombres a varios.

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  4. Massss
    Ay iba terminar con gas! Su mejor amigo, morí d ternuraaa

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  5. Con razón no entendía porque estaba tan amigable con peter , tendré q leerla otra vez

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  6. Jajaajaja,no están acostumbrados a verla con esas camisetas.

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  7. se supone que corregirías los caps anteriores y colocarias los nuevos estilo laliter y por lo visto aun no se ve que sea laliter por que siguen lo mismo al igual que este espero que los otros si sean laliters como dijiste que seria

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