viernes, 8 de enero de 2016

Capítulo 3

Peter no sabía qué iba a hacer con Lali Espósito. Sólo sabía que no podía dejar de mirar el movimiento de sus caderas mientras caminaba, sus largas piernas envueltas en un pantalón violeta, la suspensión de sus pechos mientras buscaban una mesa. 

Vieron una y se dirigieron a ella.

El Silver Dollar estaba bastante lleno. Era un restaurante decorado estilo rancho.
¡Maldita sea! Aquella mujer tenía un efecto en él que Cheryl jamás había tenido. Era más decidida, más sincera, que su exmujer. Y quea saber más sobre ella, y eso era un gran error. Si se ocupaba de aquel caso, era mejor que se mantuviera alejado de ella.

¿Si se ocupaba de aquel caso?

Si ya se estaba ocupando de él, se dijo Peter.

«Mantente alejado de Lali Espósito», se repea una y otra vez.

Se apartó del perfume de Lali, que olía a fruta y flores, y se sentó frente a ella. Entonces se dio cuenta de que sus rodillas casi se rozaban por debajo de la mesa. Y era mejor no rozarla, se dijo Peter.

Antes de que abriese la carta, los ojos marrones de Lali se fijaron en los de él y ella pregun:

¿Cuánto cobras?

—No cobro cuando busco niños.

—Como has dicho antes, esto no es un niño.

—Es lo mismo

—No puedo permitirte

Tú no me estás permitiendo hacer nada, y como te he dicho antes, es posible que no la encontremos.

Si esto te quita tiempo de otros trabajos, tengo que compensarte… con algo.

—No tengo demasiado trabajo ahora mismo. Ella se inclinó hacia adelante.

—El artículo que leí decía que te dedicas a servicios de seguridad. ¿Qué es eso exactamente?

Vaa mucho.

Ella lo mi. Y él recor su determinación, y supo que le haa otra pregunta.

Desarrollo programas a prueba de piratas informáticos, además de instalar alarmas y mecanismos físicos para necesidades especiales.


¿Tú haces que los sitios web sean seguros? ¿De manera que si, por ejemplo, yo uso mi tarjeta de crédito, nadie pueda usarla?

Algo así.

¿Es eso lo que hacías para el FBI?

Ahora ella se estaba metiendo en terreno prohibido.

—Las habilidades que usaba en el FBI eran variadas.

Si sólo se hubiera dedicado a la seguridad en Internet, tal vez Cheryl no se haba divorciado de él Quizá no haba perdido el bebé.

Hizo una pausa y agre:

Digamos que es un tema del que no quiero hablar. Pero ella no dejó de insistir.

¿Por razones personales o profesionales?

Era hora de que ella dejara de hacer preguntas. Ahora le tocaba a él. Ella no tenía alianza en el dedo y se preguntó si tenda alguna relación.

—Esta conversación no tiene nada que ver con Amy, y es de ella de quien hemos venido a hablar.

De acuerdo respondió ella, reacia—. ¿Qué vamos a hacer ahora?

Cuando  miraba  los hermosos ojos marrones de  Lalicassolvidaba  del motivo por el que estaban allí.

Se me ocurre que la pareja no estuvo aquí más de un día. El hecho de que comprasen productos en la tienda de la estación de servicio en lugar de en la droguería me indica que debían de estar de paso.

Pero, si no era de aquí, ¿por qué ha querido dejar al bebé conmigo? ¿Cómo sabía quién era yo?

Peter la miró como si sospechase algo, pero quea estar seguro.

Lali agarró el menú y se mordió el labio inferior. Aquel gesto era muy sexy, lo supiera ella o no, pensó Peter.

Suelo dar talleres en otros pueblos. Algunas veces escriben algún artículo en los periódicos sobre ellos. Pero no creo que nadie haya decidido dejarme un bebé por eso.

—Eso depende. Está claro que eres una enfermera especializada en obstetricia. Eso supone tener cualidades para cuidar a una criatura. Se me ocurre que si la chica no es de Wild Horse Junction, te ha conocido en algún taller de ésos. Quiero que hagas una lista de las jóvenes con las que has hablado en el último o.

¿Bromeas?

—No.

—Normalmente no conozco sus apellidos.

—No me importa. Intenta apuntar nombres y, si puedes, intenta recordar caras con nombres.

De pronto, Lali sonr al ver a alguien entrar en el bar. Era una pareja con un bebé de unos ocho meses.

En cuanto la vieron fueron hacia ella. La mujer la abrazó mientras el hombre las miraba con paciencia.

¡Qué alegría verte! —exclamó Lali—. ¿Habéis colocado todo?

—Casi  todo  respondió  la  amiga  de  Lali—.  Nos  queda  decorar  algunas cosas. Estamos usando muchas de las fotos de Dylan, por supuesto, pero necesito algunos candelabros y adornos.

Son imprescindibles, realmente —dijo el hombre, tratando de reprimir una sonrisa.

Su esposa le pellizcó en el brazo.

Antes de que la conversación siguiera, Lali los presen.

—Éste es Peter Lanzani. Me está ayudando a encontrar a la madre de Amy. Peter, ésta es Candela y Dylan Malloy, y su hijo Timmy. Candela es la asistente social de la que te hablé.

Peter, al oír el nombre de Dylan comprendió. Había leído un artículo en el periódico local acerca de una exposición en la Gallea Flautas y Tambores y el éxito que había tenido. El hombre era un excelente fotógrafo de la vida salvaje. Peter también había leído que su hermana y su cuñado habían muerto en un accidente de coche en febrero. Timmy había nacido inmediatamente antes de que muriese su madre.

Peter les dio la mano. Timmy era un hermoso niño de pelo rubio y ojos verdes. Y se estaba impacientando en brazos de Dylan.

—Bien, muchachos. Compraremos la cena y nos marcharemos —dijo Dylan.

—Llevaremos la comida a casa de Kylie —explicó Candela a Lali.

—Hab con ella anoche —dijo Lali—. Estoy preocupada por ella. Desde el funeral de Alex ha estado trabajando el doble, y no creo que sea bueno para su embarazo. Está de cinco meses, y debea dejar de trabajar a ese ritmo.

—Lo sé… Ese maldito accidente no sólo arrui la vida de Alex, sino que dejó a
Kylie con un peso demasiado grande para llevarlo ella sola.

—Es por eso que vamos a ir a Saddle Ridge —interrumpió Dylan—. Tiene una valla rota y Dix no ha tenido tiempo de ocuparse de ella. Yo no soy un experto, pero puedo hacer una chapuza.

Cuando se dieron cuenta de que habían mantenido a Peter al margen de la conversación, Lali se dirig a él:

Tenemos una amiga que se quedó viuda en julio. Se ha puesto a trabajar en el rancho con su capataz, y es mucho para ella, sobre todo porque está embarazada.

El cajero que estaba cerca de la puerta hizo una seña a Candela y a Dylan y empaquetó la comida para llevar.

Como Timmy seguía quejándose, Dylan le dijo:

Ya nos vamos, ya nos vamos

Después de despedirse de los Malloys, Lali le explicó:

Se casaron en julio. Son aún recién casados.

Me imagino que debe de ser difícil ser recién casados con un bebé —dijo
Peter.

Timmy ha unido mucho a Candela y a Dylan —comentó Lali.

¿Timmy era el hijo de la hermana de Dylan?

Sí. ¿Eres de aquí? ¿Conocías a Julia, la hermana de Dylan?

—Nací aquí, pero me fui cuando era adolescente. Desde que he vuelto, no me relaciono mucho con la gente. No conocía a su hermana.

¿Cuánto hace que has vuelto?

¿Siempre haces tantas preguntas? Ella sonrió.

¿De qué otro modo voy a saber lo que quiero, si no es haciendo preguntas? Peter agitó la cabeza.

—Hace cinco os. ¿Cuánto tiempo hace que sois amigas Candela y tú? —ahora era su turno.

Candela, Kylie y yo éramos compañeras de colegio.

¿Su esposo ha muerto recientemente?

Poco después de la boda de Candela y Dylan. Queremos ayudarla, ¡pero es tan independiente! Quiere hacerlo todo sola. Cuando avance su embarazo no sé qué va a hacer.

—No sé si comprendo ¿No puede contratar a alguien para que la ayude?

¿Has do hablar del rancho Saddle Ridge?

—No en los últimos tiempos. Jack Warner era el dueño cuando yo era pequo. Criaba caballos, ¿no?

Sí, pero su hijo Alex… —Lali se interrumpió bruscamente—. No debo decir nada más.

Así que Lali no era una cotilla y era leal a sus amigos. Eso le gustó. Se acercó la camarera y pidieron.
Cuando les sirvieron el filete con puré de patatas y verdura, Peter notó que
Lali se comía casi todo.

¿Haces deporte?

Lali se limpió con la servilleta y dejó el tenedor en la mesa.

Sí, en el Wagon Wheel Fitness Center. ¿Por qué? Él no pudo reprimir una sonrisa.

Porque hace mucho tiempo que no veo a una mujer terminarse el puré de patatas.

Ella se puso colorada.

Supongo que es una de las ventajas de hacer deporte, que puedo comer lo que me apetece.

Peter no pudo evitar mirar su suéter lila, la redondez de sus pechos… Y se excitó.

Ahora que Malloy se ha casado, me pregunto qué pasará con su carrera dijo Peter.

Sabía por experiencia que el matrimonio no resisa ciertas profesiones. Primero su padre, luego él. El caso era que él se había hecho agente del FBI por una razón. A los nueve os su mejor amigo había sido secuestrado, y desde entonces había querido ayudar a enderezar el mundo.

—Ha hecho algunos cambios en la forma de trabajar —admit Lali—. Lo han contratado para que escriba un libro sobre la vida salvaje, uno acerca de las ballenas en Alaska. Dylan no quiere que su trabajo interfiera en su vida familiar.

—El trabajo puede interferir, es verdad.

¿Tu trabajo se interpuso en alguna relación?

Mi trabajo terminó con mi matrimonio.

Era la primera vez que lo decía en voz alta. Y no sabía por qué se lo había dicho a ella.

Peter agarró la cuenta que había dejado la camarera y dejó una propina. Luego se dirig a la caja.

Yo me encargaré de esto —le dijo a Lali—. Quiero hacerle unas preguntas a la camarera.

El local se había vaciado, y la cajera estaba sentada en una banqueta, leyendo una novela de amor. Los romances se hacían realidad en los libros, pero en la vida real eran imposibles, pensó Peter yendo hacia ella.

Cuando la cajera cerró el libro y se puso de pie, Lali ya estaba a su lado, con su perfume fresco y dulce, embriagándolo. Él se resist a aquel magnetismo que le producía aquella mujer. Era una verdadera distracción.

Después de pagar la cuenta, Peter empezó el interrogatorio. Y para su sorpresa,  la  chica  describ con  bastantes  detalles  a  la  pareja  de  jóvenes  que buscaban. Luego los remit a la camarera que los había atendido. Se acercaron a la otra camarera. Ésta los recordaba.

—La chica pidió sopa y el chico una hamburguesa. No dejaron propina, es por eso que los recuerdo tan bien. Eso es todo lo que sé. Preguntaré, sor Lanzani. Me pondré en contacto con usted si alguna de las chicas tiene alguna novedad o recuerda algo.

—Estupendo —le dijo él, dándole su tarjeta—. Te agradecemos toda la ayuda que puedas darnos.

La chica pestañeó seductoramente a Peter y dijo:

—A ver si la próxima vez que viene se sienta en una de mis mesas.

De acuerdo —dijo Peter con una sonrisa.

Lali no había dicho nada durante la conversación. Pero cuando estaban saliendo dijo:

¡Quién habla de encanto!

Probablemente hace lo mismo con todos los clientes.

Tú no has hecho nada para desanimarla.

A Peter le gustó aquella reacción de Lali.

—Necesitaba la información que pudiera darme la camarera. Y tal vez averigüe algo más. Nunca se sabe…

Peter se detuvo y agarró el brazo de Lali.

¿Y por qué te molesta que la chica coquetee conmigo?

—No me molesta protestó rápidamente—. Pero la chica es muy joven e impresionable, y si le das esperanzas

—El Silver Dollar no contrata a nadie de menos de dieciocho os, así que no es tan joven… De todos modos, yo no animo a nada más que a que me respondan las preguntas.

Lali se quedó mirándolo. Y entonces él no pudo más y preguntó:

¿Tienes alguna relación con alguien?

—No contestó ella.

¿Tuviste un matrimonio que fue mal también? —preguntó Peter. Después de un momento de vacilación, Lali contes:
—No llegué tan lejos. Mi prometido me dejó esperando en el altar.

¿El día de la boda? —preguntó Peter, perplejo.

—El día de la boda. Y no pienso dejar que me vuelva a suceder nunca. No volveré a depender de un hombre para que me haga feliz, ni confiaré en ninguno como confié en Pablo.

Lali se sint incómoda por haberle revelado aquello. Y camb de conversación señalando la pegatina del coche.

¿Qué es eso?

Pertenezco a una red de pilotos que ayudan en rescates. Ése es nuestro logo.

¿Eres piloto? Él asintió.

¿Tienes tu propio avión?

—He heredado el de mi padre.

¿Has perdido a tu padre? —preguntó ella con comprensión.

Él recor que ella también conocía la pérdida, aunque de forma diferente.

Sí. Hace siete os. Por un lado parece que fue ayer, y por otro parece que hiciera siglos.

Cuando sus padres se habían divorciado se había ido a vivir con su padre. Le faltaban dos años solamente para la universidad, y el juez había accedido al deseo de mudarse a Los Ángeles con su padre en lugar de a Wisconsin con su madre. La muerte de su padre por cáncer había sido un golpe inesperado.

¿Vive tu madre aún?

Sí. Vive en Wisconsin ahora. Hablamos todas las semanas.

Peter notó una nube de tristeza en los ojos de Lali. ¿Sea la referencia a la madre que había hecho él?

Pero antes de que pudiera averiguarlo ella comentó:

—Eres un hombre complicado.

—No más complicado que tú.

Antes de que la conversación se adentrase en más asuntos personales, Peter preguntó:

¿Adónde vas ahora?

Al hospital nuevamente. Me apetece estar con Amy un rato.

Peter de pronto se la imaginó con el bebé en brazos y sint una tormenta de sensaciones.

Iré contigo. Una enfermera iba a ver si encontraba la ropa de Amy.

—No comprendo por qué no se llevó la ropa el sheriff. La vio pero no la recog —dijo Lali.

—El sheriff está próximo a jubilarse… No sé si pone el empeño necesario en su trabajo. He tenido algunos problemas con él, así que intento no crurmelo. Pero tal vez tenga que hacerle una visita.

Estaban al lado del coche de Peter.

El aire agitaba los rizos de Lali. Él los tocó instintivamente. Hubiera sido mejor no hacerlo.

Sus ojos cobraron brillo y profundidad. El deseo de besarla fue tan intenso, que casi pudo masticarlo. Lo sena en cada parte de su cuerpo, especialmente en sus partes bajas.

Peter se acercó más, bajó la cabeza y

En aquel momento el sol, que había estado nublado, salió e iluminó la cabellera roja de Lali.

Aquel brillo parec aclarar mentalmente a Lali, que dio un paso atrás y sonrió.

Amy me está esperando. Tal vez te vea en el hospital.


Cuando Peter abr la puerta de su camioneta, pensó que sea mejor no verla. Sea mejor que encontrase él solo a la madre de Amy.

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