viernes, 29 de mayo de 2015

Capítulo 6

Peter prefería conducir a través de la nieve y llegar por la noche, en lugar de esperar hasta que la nieve se detuviera, pero sentía que también debería escuchar los pensamientos de Lali.


—¿Qué piensas? ¿Do Drop Inn o conducción a cuatro ruedas?

—¿Qué tan lejos? —preguntó ella, aparentemente considerando las opciones.

Peter se preguntó si se preocupaba más en pasar la noche con él en una habitación de hotel o en no llegar a casa para ver a su madre por la noche.

—Si es realmente malo, cuarenta y cinco minutos, quizás una hora como mucho.

—¿Te das cuenta de que vas a tener que quedarte en la noche? Mi madre nunca te dejaría seguir conduciendo con un tiempo como este.

Te  refieres  a  quedarme  con,  ¿cómo lo llamaste?  ¿El  no  novio, Nicolas? No lo sé. —Por un lado, si le afectaba, tendría que ser capaz de posponer la ruptura con Paula. Una noche en un bungalow con un montón de extraños sería completamente malo. Además, Lali parecía muy agradable y de poco drama.

Brillantes luces iluminadas aparecieron en el exterior, seguidas de un enorme quitanieves.

Mira, hay un arador. —Lali señaló hacia afuera de la ventana.

—Y va dirigido en la dirección correcta. ¿Qué dices? ¿Quieres ir por ahí? —preguntó Peter, ansioso por regresar a la carretera.

Totalmente. Sin tripas, sin gloria. —La cara de Lali se iluminó. Sostuvo en alto la mano y Peter le cho los cinco.

Chicos, ¿tenéis suministros de emergencia en caso de que tengais problemas? —preguntó el anciano.

Sí, tengo arena en la parte trasera y una pala de nieve.

—¿Qué hay de agua y mantas? —preguntó el dependiente.

Tengo la mitad de mi guardarropa en la bolsa de ropa sucia, pero llevaun par de botellas de agua.

—No se preocupe. Estaremos bien. No estamos lejos de nuestro destino —expli Peter.

Estoy seguro de que estaréis bien, pero nunca hace daño estar preparado. —Aparel ordenador del mostrador.

Mientras Lali pagaba, Peter escaneó los estantes de la tienda por algún regalo de último minuto para su prometida. Estaría molesta si le daba un bolígrafo iluminado con un Santa Claus vestido en un jersey de Empaquetador. El  dulce de leche no estaría en sdieta o un  bote gigante de palomitas. De cualquier manera, una vez que rompiese su compromiso, probablemente ella le arrojaría el regalo en la cara. Siguió a Lali fuera hasta la camioneta.

El arado apartaba los altos centímetros de nieve de las carreteras. El avance aún era lento, pero Peter se sentía satisfecho porque pronto dejaría  a  Lali  en  su  destino.  Divisó  el  giro  gracias  a  una  luz  en la intersección.

—La buena noticia es que encontramos River Road. Estamos acercándonos dijo Peter.

—¿Y las malas noticias? Con lentitud tomó el giro.

—River Road no ha sido arado. —La camioneta patinó mientras él tomaba la curva.

¡Oye, no hagas eso! —Lali se agarró el salpicadero.

—Lo siento. —Peter miró fuera al abismo, la intacta nieve ante ellos. Alguien había conducido desde la otra dirección hace no mucho; usó las cadenas de neumáticos para ayudar a guiar el camino.

Entonces,  ¿dónde  está  el  rio?  —Lali  miró  a  la  oscuridad  con nada más que la nieve volando alrededor.

—No lo sé. Nunca antes he estado en este camino. Por todo lo que sé, podría estar justo a nuestro lado. Apenas puedo ver la carretera. Peter se aferró al volante y miró a través de la cautivante nieve.

—A este paso, vas  terminar pasando la noche conmigo en el disfunciona campamento.  ¡Ja L provocó  ella,  sonando  más nerviosa mientras se acercaban a su destino.

—¿Eso te gustaría, verdad? ¿Hacerme sufrir a tu lado? —No le podría importar quedarse en casa de ella. Cuanto más se acercaba a llegar a casa, más temía lo que seguía.

Cualquier cosa para salvarme de enfrentar a mamá y al No Novio. Siento como si fuera a condenarme a la muerte, no a celebrar la Navidad. ¿Qué tan desastroso es eso?

Muy desastroso, pero ¿no es eso para lo que son las vacaciones? Familias forndose a pasar tiempo juntos y que puedan recordar lo extraños que son todos. —Así es como él se sentía con Paula. Ella solía ser guapa y divertida, pero ahora iba por caminos que no eran buenos.

Interesante teoría. Siempre pensé que mi familia era muy normal. Pero ahora que lo mencionas, tengo a Tía Liz. —Rió con nerviosismo.

—¿Qué? Miró por encima para ver el rostro de ella iluminado por las luces del salpicadero.

Cada vez que Tía Liz se hospedaba en Navidad, durante el postre sacaba esa vieja jarra llena de lo que parecía un oscuro y mugriento zumo de manzana. Ya ves, después de que mi abuelo muriera, encontraron tres jarras en la bodega de cuando él hacía licor casero. Tía  Liz  ponía  pequos  vasos  de  alcohol  y  vertía  a  todolos  que quisieran  un  trago.  Un  par  de  ellos  y  estaban  perdidos.  Es  muy estresante.

Peter  habívisto  a  sus  padres  achispados  unas  pocas  veces  y también se les unió en un par de ocasiones.

—¿Alguna vez has probado el licor de tu abuelo?

Una vez di un sorbo. Sabía a estanque sucio. Pen que seguramente iba a quemarme la pared del estómago.

—¿No eres una bebedora?

En realidad no. he estado en unas pocas fiestas en la universidad, pero todos beben muy rápido. Es divertido en ese momento, pero el día siguiente es horrible, juro que nunca beberé de nuevo.

Hasta la próxima fiesta añad Peter.

Exacto.

Lali recordó su primer año y todas las diabluras que hizo.

¡Oh, a Tía Liz le gusta desnudarse! —Lali volv a reír.

—¿En serio? Peter deseó que no estuviese atrapado conduciendo en una tormenta de nieve. Hubiera preferido centrarse en Lali, ¿sabía ella como se iluminaba su cara cuando recordaba viejos tiempos?

Elimina lo visual que estés pensando, porque estás equivocado. Tía Liz es una mujer muy grande y de cincuenta años. Canta en alto, canciones crudas y finge que es del doble de tamaño, de una cabaretera de las Vegas dijo Lali.

Peter rió y sonrió a Lali. Ella sonrió y se encog de hombros, después miró hacia adelante.

¡Cuidado! —gritó.

Él levantó la cabeza hacia el frente. Un ciervo permanecía en medio de la carretera, mirando paralizado a los faros. La camioneta viró bruscamente hacia adelante.

¡Mierda! —Pisó el freno. Incapaz de conseguir alguna tracción, la camioneta se deslizó, girando a un lado. El impulso a cuatro ruedas fue inútil en la profunda nieve.

Peter giró el volante para mantener los neumáticos puestos hacia adelante. Pulla bocina. El ciervo sal huyendo. Se esforzó por tener la camioneta bajo control.

Un segundo ciervo atravesó el camino. Este no fue tan suertudo. Peter no tuvo opción. La camioneta golpeó los cuartos traseros del ciervo y los env girando.

La camioneta viró como un auto loco, y con la pesada nieve cayendo, no tenía ni idea de que dirección estaba adelante, o si estaban a punto de chocar con un árbol.

¡Aguanta!

La camioneta sal de la carretera, de regreso al final del principio, después giró a un lado. Él estaba seguro de que la camioneta daría la vuelta. Alargó el brazo derecho para mantener a Lali en su lugar. Cada nanosegundo pasó en lento movimiento.

La camioneta rebotó en un empinado terraplén, girando hacia adelante y finalmente deslindose hasta detenerse.

Entonces Lali gritó como él nunca había escuchado gritar a nadie antes.


Los faros revelaron salpicaduras de agua deslindose frente a la camioneta.

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