miércoles, 27 de mayo de 2015

Capítulo 4

Nota: Voy a tratar de subir diario, o a lo mucho interdiario puesto que ya tengo casi la mitad de la novela adaptada. 


Viajaron en silencio afable y escucharon la música natal de Peter. Una media hora más tarde, comenzaron las ráfagas, y dentro de unos minutos, la nieve ligera se transformó en grandes copos, lluvias azotaron el parabrisas.

—Aquí vamos. Peter deslizó su refresco de nuevo en el soporte de vaso y se sentó un poco más erguido mientras se enfocaba en ver con la visibilidad reducida.

Lali tiró de sus piernas debajo de ella y vio la nieve, llenando las calles que estaban todavía limpias.

—Ya es hora de que tengamos una Navidad blanca. Había algo excitante en una gran nevada. En los últimos años, las fuertes nevadas habían sido pocas y distantes entre sí. Pero ahora el viento giraba la nieve salvajemente en oleadas, como el agua en un mar embravecido.

Mi hermano, Pablo, tiene que estar amando esto. Tend su arado aparejado y listo para funcionar. Es como un niño pequeño cuando se trata de la nieve —dijo Peter.

—¿Conduce un camión también?

Peter  inclinó  la  cabeza  y  la  comisura  de  su  boca  se  levantó.  Le brillaron los ojos mientras sonreía de una manera que solo se podía describir como sexy.

En el norte todo el mundo conduce un camión.

A Lali le gustó este lado más ligero de Peter. Parecía educado, pero preocupado antes, especialmente después de su llamada telenica.

—Pablo se muerde las uñas para salir a arar y sacar los coches de la zanja. Es el mejor regalo de Navidad que podrías pedir.

Ella  apostó  que  a  Peter  le  gustaba  la  nieve,  tanto  como  a  su hermano.

—¿Y qué es lo que quieres para Navidad?

Él la miró y luego de vuelta a la carretera. La nieve comenzó a acumularse. Resopló.

—¿Yo? Quiero una nueva vida.  Él se pa una mano por el pelo y miró fijamente al material blanco arremolinada.

Lali se preguntó, ¿q quería decir? ¿No podía esperar para casarse? Parecía perdido en sus pensamientos mientras conducía.

Él podría querer una nueva vida, pero más que nada, Lali quería su antigua vida. Nuevo no era como se pintaba. Quería pasar las fiestas y las vacaciones de invierno en su antigua casa, con sus dos padres y su hermana pequeña, Aleli. No con nuevas personas obligada a verlas.

La estación de radio crujió. Peter le ec una mirada.

—¿Quieres encontrar una nueva estación?

—Por supuesto. Ella se estiró sobre la chaqueta y equipaje para ajustar los diales. Se dio cuenta de lo bien que olía él, como loción después del afeitado o tal vez un muy buen desodorante.



—No vas a encontrar mucho tan al norte. Puede que encuentres una estación de Minocqua o de Park Falls.

Lali rodó lentamente la perilla del radio de la vieja camioneta, escuchándose una ruptura en la estática. A pocos centímetros a su izquierda, la mano de Peter sostenía casualmente el volante. Notó un par de vellos en sus largos dedos. Tenía las uñas recortadas. La manga de la sudadera con capucha estaba gastada en el borde y un poco sucia.

—Regresa. Pasaste algo. —Peter señaló con su dedo índice.

Se  volvió  y  captó  una  estación  de  radio  tocando  Navidad  en Sarejvo de Trans-Siberian Orchestra. Era  una canción muy navida, pensó que a Peter le gustaría también. Lali se ec hacia atrás en su asiento.

Peter subió el volumen y dio unos golpecitos con el dedo sobre el volante mientras la música sonaba a través de los altavoces.

Me encantan estos chicos. Son tan impresionantes. ¿Los has visto alguna vez en concierto? le preguntó ella.

—Ni siquiera sabía que tuvieron uno.

Todos los años hacen una gran gira de Navidad a partir de noviembre hasta principios de enero. Este es el primer año desde que era pequeña que no he ido. Ella igno el giro en sus entrañas recordándole que la tradición familiar sencilla había terminado para siempre.

—¿Por qué no fuiste este año? —Su cabeza se balanceaba al ritmo de la canción.

Ella suspiró.

—La ruptura.

Eso apesta.

Sí. Nada es lo mismo. Mamá me está arrastrando a un lugar en medio de la nada. Sin ánimo de ofender. —Le miró por el rabillo del ojo. No quiso ofender la casa de su infancia.

Peter la miró y sonrió.

—No te preocupes.

—Ahora tengo que pasar cuatro días, incluyendo la Navidad, con un tipo que nunca he conocido. Mi madre ni siquiera sabe cómo llamarlo. Dice que no es su novio.

Peter levantó una ceja.

¡Lo sé! —Lali alzó las manos en el aire—. ¿Qué demonios es eso? ¿Cuán estúpida cree que soy? Y después de esa pesadilla, me tengo que ir a la nueva casa de mi padre y celebrar la Navidad con él, su nueva novia, Marie, y sus tres hijos pequeños.

—Auch. —Peter se encogió.

—Lo que yo daría por correr y saltarme las vacaciones.

Tú y yo, ambos murmuró.

La canción terminó y el locutor habló.

Esa fue Navidad en Sarejvo por Trans -Siberian Orchestra. Luego vamos a oír más música de navidad, pero ahora escuchemos una actualización del tiempo.

Lali se inclinó hacia delante mientras Peter subió el volumen.

Toda la región del Norte está bajo una advertencia oficial de clima y a partir de las siete de esta tarde va a cambiar con el paso de las ventriscas durante toda la noche y hasta mañana.

Lali lanzó una rápida mirada a Peter. Él escuchaba con atención, pero no parecía demasiado preocupado.

—Se esperan fuertes vientos con nevadas esta tarde de seis a diez metros, y una adicional caída de nieve durante la noche de ocho a doce metros, terminando por la tarde. Las temperaturas bajarán, llegando a meros negativos, junto con viento importante y acumulación de nieve.

Mierda. Supongo que mamá tenía razón en un cambio. —Lali miró con los ojos abiertos a través de la cabina del camión. Una blanca Navidad era una cosa, una tormenta de nieve era otra.

—Así que, amigos. Si  no tienen que salir, no lo hagan. Y si  estáis fuera, regresad a casa tan pronto como podáis. Este es el momento perfecto  para  acurrucarse  y  disfrutar  de  un  ponche  caliente  y  una blanca Navidad. Y con esa información, he aquí  Bing Crosby.  Las cadenas empezaron a tocar y la voz de Bing Crosby cantando White Christmas so en la cabina.

—Lo bueno es que he puesto un peso extra en la parte trasera del camión la última vez que estuve en casa. Esto va a tardar más en llegar de lo que pensaba.

Lali se retorció en su asiento para ver los dos grandes cubos de plástico a cada lado del camión, nieve acumulándose a su alrededor y en su bolsa de lona de lienzo.

—¿Cnto tiempo tomará?

Diría que una hora, tal vez una hora y media.

—Probablemente debería llamar a mamá y así me da una actualización. —Sacó el teléfono de su bolso y lo encendió. La luz pulvarias veces en busca de una sal, pero no había ninguna.

—¿No hay servicio? —preguntó Peter.

—Ninguno.

Imaginé que esto iba a pasar. Hay servicio de telefonía aquí, y con la tormenta, la única cosa que funcionará es un teléfono fijo.

Lali dejó caer el teléfono en el bolso, sin estar segura de si estaba decepcionada de no hablar a su madre o aliviada.

Bueno,   eso   m deja   sin   e chequeo   de  mamá  sobre tu conducción, las condiciones de nieve actuales, y si he usado hilo dental en los dientes.

—Nunca puedes usar el hilo dental lo suficiente —brom Peter.


Lali le lanzó un Cheeto. A pesar del hecho de que estaba conduciendo, Peter agarró el Cheeto y se lo metió en la boca. Él le dirig una sonrisa arrogante. Lali sonrió y ne con la cabeza.

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