Tras más de una hora y media en la
que desde la casa de Peter piropearon a todos los actores que entraban en el
teatro Kodak, la gala comenzó. Expectantes como nunca en su vida, ninguno quito
el ojo de la pantalla, y cuando anunciaron que en unos minutos iban a abrir el
sobre que desvelaba el gran secreto que todos esperaban, sin dudarlo Nicolás,
Lucas y Damián se dirigieron con paso firme al garaje, cogieron a su amigo
Peter entre los tres, y sin importarle los puñetazos ni las blasfemias que
aquel soltaba le sentaron frente al televisor.
—Queréis soltarme, joder —gruñó
aquel.
—Ni lo sueñes —rio Nicolás
poniéndole unas esposas que lo sujetaban al butacón.
—Petercito, hermoso deja de moverte
así o te cepillaras el butacón —dijo el abuelo Goyo con mofa.
Aturdido, explotó malhumorado:
—¡Os juro que esta me la vais a
pagar! Papá —gritó—, haz el favor de decirles a estos idiotas que me suelten.
Manuel, al escuchar aquello, se dio
la vuelta, cogió el plato de croquetas y preguntó:
—¿Quién quiere una croqueta?
—¡Papá! —vociferó incrédulo.
Como si de una comedia absurda se
tratara todos gritaron mientras cogían lo que Manuel les ofrecía y cuando por
fin callaron Peter gritó:
—Venís a mi casa, os entrometéis en
mi vida y encima tengo que soportar que me hagáis esto.
—Anda Peter, cierra el pico —se
quejó Eva—, Solo queremos que veas con nosotros si Lali gana el Oscar o no. Al
fin y al cabo la conocimos gracias a ti.
—Lucas, maldito cabrón ¡Suéltame!
—No divine —se mofó aquel—. Esta es
mi venganza por levantarme a esa preciosidad.
—Pero ¿tú estás tonto? —voceó Peter.
Y mirando a Damián insistió—: ¡Suéltame tú!
—Lo
siento colega. Si
lo hago Mariliendre y el
Bonito luego no me ajuntaran. —Al
decir aquello, Eva le miró divertida y le guiñó un ojo.
—¡Joder! Esta me la pagáis —soltó
Peter desesperado, justo antes de que su hermana Eva le pegara algo en la boca.
Incrédulo, comprobó que un trozo de
cinta americana le bloqueaba de pronto la boca. Ya no podía gritar.
—Gasti me dijo que con esto no escucharíamos tus maldiciones —dijo Eva encogiéndose de hombros.
—Psss a callar hermoso que van a
decir si nuestra muchacha ha ganado o no —exigió el abuelo Goyo levantando su
bastón nuevo.
Convencido de que nada podía hacer
rumió sus blasfemias, mientras todos los demás sonreían y cruzaban los dedos a
la espera de que abrieran el sobre y dieran el nombre de la ganadora al Oscar
como mejor actriz.
De detrás del decorado salieron
George Clooney y Sharon Stone y tras dar entrada al video de presentación de las
nominadas, George, tan guapo y sonriente como siempre, abrió el sobre, sonrió y
se lo pasó a Sharon que dijo:
—And the winner is... Mariana
Espósito.
Al escuchar aquello, la locura reinó
en casa de Peter. Todos saltaban, aplaudían y reían como cuando España ganó los
mundiales de futbol, mientras Peter esposado en la butaca ni les veía. Solo
podía mirar la pantalla de televisión, donde el realizador del programa se
centró en la emocionada y llorosa ganadora abrazada a su primo Gasti. Sin poder
demostrar su orgullo, Peter la vio saludar hecha un manojo de nervios a todos
los que estaban sentados a su lado. Entre ellos reconoció a su padre, el
gran Carlos Rice. Ella le dio un rápido beso
en la mejilla y este sonrió.
Un minuto después, la flamante ganadora del Oscar a la mejor actriz, con
su impresionante vestido de plumas negro subió al escenario en busca de su
premio.
—¡Callaos leches! que va a hablar el
gorrioncillo.
—Sube el volumen —pidió Manuel y
arrancando de un tirón la cinta de la boca de su hijo le dijo—: Peter
tradúcenos todo lo que diga.
Durante unos segundos, Lali habló en
inglés y Peter hipnotizado comenzó a
traducir. Entre lágrimas y risas Lali
dio las gracias
al director de
la película por
darle le oportunidad
de interpretar aquel papel, a sus compañeros, a todo el equipo y a su
padre. Las cámaras de televisión enfocaron Carlos Rice quien asintió y sonrió
tras su fría estampa. Las cámaras volvieron a enfocar a la emocionada
ganadora y esta, buscando
la que tenia
encendido el piloto
rojo, la miro
y, en perfecto español, dijo sin importarle las personas que estaban a
su alrededor:
—Este premio
también se lo
quiero dedicar a
una maravillosa familia
que conocí en un
encantador pueblecito de España, llamado Sigüenza...
Al escuchar aquellos todos
aplaudieron y Almudena divertida soltó:
—Aisss ya no solo conocerán
Alcobendas por Penélope. Ahora gracias a nuestra Lali medio planeta sabe que
existe un pueblo en España llamado Sigüenza.
—Psss calla que sigue... —apremió
Irene emocionada, mientras Lali decía.
—Gracias a todos vosotros por ser
como sois y haberme demostrado el cariño que me tenéis. Quiero que sepáis que
os voy a querer hoy, mañana y siempre a todos —recalcó aquella última palabra con los ojos llorosos mientras
la gente aplaudía—. Soy actriz.
Me enorgullezco de ser actriz. Me gusta
interpretar distintos papeles para hacer llorar, reír, emocionar, en
definitiva, hacer soñar. Y aunque suene a utopía lo que voy a decir, me
gustaría que alguna vez mi vida tuviera un final de película y ser yo la que
soñara. —El público aplaudió y ella mirando a cámara añadió—: Aunque si les soy
sincera una vez soñé. Conocí a un hombre especial, maravilloso e inolvidable
que con sus miradas y su cariño consiguió que lo irreal se volviera real y que
lo impensable, durante un corto espacio de tiempo fuera perfecto, maravilloso y
posible. Gracias a él, atesoro en mi corazón bonitos recuerdos que nunca, nunca
olvidaré.
Dichas esas palabras, la actriz,
tremendamente emocionada dejó de mirar a la cámara, sonrió a todos los
presentes del teatro Kodak y desapareció tras el decorado en medio de una
clamorosa ovación.
En
ese momento, todos,
incluida la propia Senda,
miraron con detenimiento
a Peter que continuaba con la mirada fija en el
televisor, alucinado y pasmado. Lo que aquella mujer acababa de hacer era la
mayor muestra publica de amor que había visto nunca y el protagonista ¡era el!
Vaya... pensó aturdido.
—Peter hermoso reacciona —gritó el
abuelo Goyo—. Que el gorrioncillo te quiere. O como dicen en su tierra
teaisloviu.
—Ay Dios... que momentazo —suspiró
Menchu todavía sorprendida.
—...
momentazo pero de los
que se recordaran toda la
vida —asintió Eva boquiabierta, consciente de que la prensa
estaría a las puertas de la casa de su hermano en pocas horas.
—En vivo y en directo ha declaro su
amor hacia ti ¡qué bonito! Y qué románticooooooo — añadió Irene.
Emocionada por lo que acababan de
presenciar Almudena miró a su hermano y dijo.
—Peter, ella te quiere por quien
eres. El resto no le importa. Solo le importas tú. ¿No te das cuenta?
Eugenia abrazándose a su marido
Nicolás le miró amorosa.
—Ay Bonito ¿tú me quieres tanto?
—Más... tesoro. Yo te quiero más
—respondió encantado.
Lucas, que estaba tan sorprendido
como el resto, al escuchar los comentarios romanticones de las féminas las miró
y dijo:
—Mira que os gustan estas
gilipolleces románticas a las mujeres.
—Ni que lo digas —asintió Damián
divertido observando la cara de tontorrona de Eva.
La cabeza de Peter no paraba de dar
vueltas mientras intentaba centrarse en lo ocurrido. Lali, su Lali, le acababa
de hacer una declaración de amor en toda regla sin importarle absolutamente
nada. Solo él.
—Esta muchacha nunca dejará de
sorprenderme —rio Manuel emocionado por lo que aquella jovencita había hecho
ante medio mundo y en especial, al ver a su hijo tan bloqueado.
—Joder... ¡pero que suerte tiene
este tío feo! —se mofó Lucas— . Si no hubiera sido por ti, estoy casi seguro
que ella hubiera hecho eso por mi.
—Mariliendre no alucines, que tú no
eres él —se mofó Nicolás.
—¡Soltadme! —consiguió decir Peter.
—Vale —asintió
Eva— Pero antes
de que la
líes parda déjame
decirte que lo
único que queríamos era que
vieras lo que has visto porque tenías que verlo. Ayer cuando hablé con Gasti me
dijo que...
—Soltadme ya —repitió lentamente.
—Oye Peter —dijo Irene al ver el
gesto de su hermano—. Haz el favor de comportarte y no liarte a guantazos con
ninguno de los presentes o te juro...
—¡Soltadme de una puñetera vez!
—insistió con voz grave.
Al escuchar aquel tono de voz,
Manuel retiró a sus hijas hacia atrás, se encaró a él y dijo:
—Ahora mismo Peter, pero tranquilito
eh...
—Papá estoy muy tranquilito —
asintió este.
Lucas, Damián y Nicolás se agruparon
dispuestos a defenderse de su ataque. Su mirada lo decía todo. Aquella mirada
oscura delataba enfado y brutalidad. Entonces Nicolás le tiró a Manuel la llave
con la que abrir las esposas, y este procedió. Dos segundos después, ya
liberado, Peter se levantó, anduvo hacia sus compañeros y dijo con voz áspera:
—Esta os la guardo a los tres.
—¡Qué emoción! —se guaseó Nicolás.
—Uisss ¡qué nervios! —murmuró
Damián.
—Acojonado estoy —se mofó Lucas
ganándose una seria mirada por parte de todas las mujeres.
—¿Pero estáis gilipollas o qué?
—vociferó aquel al escucharles.
—Ay Peter no te pongas así, hermoso
—murmuró el abuelo Goyo.
—Peter... Peter... —dijo Almudena
interponiéndose entre aquellos titanes y su hermano—, no te enfades con ellos
porque fuimos nosotras quienes les obligamos a que te cogieran por la fuerza y
te esposaran al butacón.
Jjajajajjajjaja,todos contra Peter!!!
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