Meses después...
La vida, para el geo español y la
actriz de Hollywood, nunca volvió a ser la que era. Cuando se confirmó su
romance la prensa se volvió loca. Todos querían información. Pero fue Eva, la
hermana de Peter, quien animada por los protagonistas de la historia, les hizo
una entrevista con fotos y firmó la exclusiva. Aquel magnífico reportaje, y ser
la cuñada de una de las mujeres más queridas de Hollywood, reportaron a Eva un
buen trabajo en una agencia de noticias y mucha credibilidad.
La boda se celebró en julio, en la
catedral de Santa María de Sigüenza, y esta vez la actriz sí que pudo reservar
todo el parador. Manuel, el abuelo Goyo, Gasti, las hermanas y los compañeros
de Peter estaban felices por el acontecimiento. Aquella era una verdadera boda
por amor y eso era lo que importaba.
En
el parador se
alojaron los invitados.
Actores y directores
venidos de todo
el mundo saludaban a las personas
y a la prensa que copaba las calles a su paso. Solo faltaron Carlos Espósito
Rice y su mujer. Su padre, por una vez en su vida, no se comportó como un
hipócrita y se negó a acudir a una boda que no aprobaba. Aquella noticia
sorprendió a todo el mundo excepto a la novia, quien encogiéndose de hombros,
aceptó su negativa a acudir al evento. Así habían sido siempre las cosas con su
avinagrado padre y así lo seguirían siendo.
Gasti actuó como padrino de boda y
Rocío, la sobrina de Peter, como madrina. Fue una boda maravillosa donde todos
fueron felices e incluso comieron perdices, los novios estaban guapísimos y
Sigüenza, por unos días, se convirtió en la capital del mundo. El enlace entre
la estrella de cine Mariana Espósito y el policía español, fue la gran noticia
del año y copó todos los noticieros.
En septiembre, Lali tuvo que
marcharse a Los Ángeles. Tenía una película que rodar y el trato era que
ambos continuarían con
sus vidas y
así lo hicieron.
Pasó octubre, noviembre
y con diciembre regresó Lali.
Peter, nervioso y deseoso por ver a
su mujer, llegó al aeropuerto de Barajas acompañado por varios de sus amigos.
En aquel tiempo había aprendido cómo
funcionaba la prensa y sabía que aquella
mañana, en el aeropuerto, necesitaría a sus colegas.
Durante la espera, rio con Lucas,
Damián y Nicolás, y aunque parecía relajado, por dentro estaba como un flan. El
hombre autosuficiente y que siempre había controlado su vida, se deshacía al
pensar en la joven que tenía que salir por aquella puerta de un momento a otro.
La había añorado cada segundo del día y de la noche y aunque había hablado con
ella todos los días por teléfono o enviado cientos de correos electrónicos,
ella por fin iba a regresar a casa. Su casa.
Los periodistas, al ver a Peter
llegar a la terminal 4, le rodearon y comenzaron con sus incesantes y a veces
impertinentes preguntas. Con paciencia, Lucas y los demás se los quitaron de
encima al tiempo que aprovechaban para ligar con alguna que otra reportera. Las
preguntas seguían poniendo muy nervioso a Peter. ¿Cómo podían ser tan
indiscretos? Pero con humor y paciencia aguantó estoicamente el momento. Por su
mujer era capaz de soportar lo que fuera. Ella se lo merecía.
Emocionado por ver a su canija,
portaba en su mano un bonito ramo de flores multicolores mientras observaba con
las pulsaciones a mil cómo la puerta de salida de pasajeros se abría y cerraba.
Aquel encuentro era muy especial, y solo los dos sabían el porqué. Con
curiosidad disfrutó y observó cómo la gente, al ver llegar a sus seres queridos,
sonreía para luego abrazarse, algo que él estaba deseando de hacer.
Diez minutos, después la puerta se
abrió, y allí estaba ella.
Tan preciosa como siempre
vestida con unos vaqueros, una camisa
blanca y su bonito pelo cayéndole sobre los hombros.
Sus miradas se encontraron y sin
importarles los continuos flashes y los cientos de ojos que los observaban,
corrieron a su encuentro para besarse. Por fin... Durante unos segundos se
besaron sin hablarse, hasta que Peter separándose unos milímetros de ella
murmuró.
—Hola canija. Te he echado mucho de
menos.
—Hola cielo —sonrió ella feliz.
Sin separarse ni dejar de demostrar
el amor que sentían a pesar de los cientos de flashes y de las miradas indiscretas
de todo aquel
que reconocía a la actriz Mariana Espósito,
Peter preguntó entre susurros:
— ¿Cómo está mi preciosa mujercita?
—Deseando verte —asintió encantada.
Y, separándose de él, preguntó dándose una vuelta para que la observara—: ¿Cómo
me ves?
Recorriendo su cuerpo con verdadera
pasión, Peter suspiró.
—Maravillosa —y tras abrazarla para deleite
de los fotógrafos le murmuró al oído—.
¿Te encuentras bien cariño?
Ella asintió. Hacía dos meses que
sabía que estaba embarazada y nadie, a
excepción de él, conocía la noticia. Era su secreto y esperaban que así fuera
durante algún tiempo más.
El barullo que se organizó a su alrededor era tremendo.
Fotógrafos, pasajeros y periodistas intentaban acercarse a ellos, a
pesar de que Lucas, Damián y Nicolás se lo impedían. Les protegían.
Tras muchos empujones y cientos de
preguntas sobre sus vidas, caminaron hacia el aparcamiento cogidos de la mano.
El mundo no existía. Solo existían ellos dos y sus ganas de demostrarse su amor. Cuando llegaron al aparcamiento, era
tal la nube de periodistas que les rodeaban, que Lali y levantando la mano dijo
mirando con una sonrisa a todos aquellos:
—De acuerdo... de acuerdo, contestaré
a algunas preguntas. Pero recuerden, ni mi marido, ni sus amigos responderán a
nada de lo que se les pregunten por su trabajo ¿entendido?
—La artista es ella —añadió Lucas
haciendo reír a todos.
Peter, tras soltarla a regañadientes
de la mano, metió las maletas en el coche y antes de que comenzaran a preguntar
los periodistas, se acercó a ella y acercándose a su oído le preguntó.
— ¿Estás segura cielo?
Ella asintió. Conocía cómo
funcionaba aquello y lo mejor era responder a algunas preguntas y así todos
quedarían contentos.
—Mariana ¿cuánto tiempo tiene
pensado quedarse de nuevo en España?
—Varios meses. No sé si serán tres o
siete... pero de momento voy a descansar. El rodaje de la película de aventuras
que acabo de terminar me ha dejado agotada —respondió con una preciosa sonrisa
que a Peter le hinchó de orgullo.
—La promoción de la película que
acaba de rodar ¿es cierto que comenzará en España?
—Sí.
— ¿Por qué? —insistió el reportero.
Encogiéndose de hombros sonrió y respondió:
— ¿Y por qué no? Ahora vivo en
España ¿por qué no comenzarla en este precioso país? Los periodistas sonrieron
por la respuesta.
—Hemos sabido que usted ha exigido a
su representarte hacer menos películas al año ¿es cierto?
—Sí —asintió sorprendiendo a Peter—.
Como máximo haré dos películas. El resto de mi tiempo se lo quiero dedicar a mi
marido y a su maravillosa familia, que ahora es también la mía.
Aquello dejó le boquiabierto. Cuando
le había comunicado lo del embarazo él no lo había exigido nada. Pero ella, una
vez más, había vuelto a sorprenderlo. Orgulloso y feliz por ver como aquella
pequeñaja manejaba las cámaras y sus respuestas sonrió y se apoyó en el coche.
—¿Es cierto que ha firmado con
Miramax para hacer una película sobre la vida de la que fue primero actriz y
luego princesa, Grace Kelly?
—Oh sí. El rodaje comenzará a finales del año que viene y estoy muy
emocionada con ese proyecto.
Así estuvieron durante más de quince
minutos. Los periodistas preguntaban y la actriz Mariana Espósito escoltada por
aquellos cuatro gigantes, a pesar del cansancio por el jet lag y el embarazo,
respondía. Una vez se dio por terminada aquella improvisada rueda de prensa,
los cuatro hombres y la actriz se montaron en el coche de Nicolás mientras la
prensa se alejaba.
—Hola, preciosa —saludó Lucas
dándole un beso en la mejilla—. ¿Qué tal por esos mundos?
—Genial, pero
ahora que estoy aquí
con vosotros, mejor —sonrió
saludando con cariño a aquellos hombres que tanto la cuidaban y en
especial cuidaban a su marido—. Por cierto Nicolás, espero que no te pongas
nervioso, pero a tu Bonita le traigo recuerdos de Vin Diesel. Dice que se
divirtió muchísimo con ella en la boda y que espera volver a verla.
—Ese alucina. A ver si al final le
voy a tener que sobar los morros —se mofó Nicolás divertido.
—Por cierto ¿dónde está nuestro
Gasti? ¿No venía contigo?—preguntó Damián. Lali soltando una risotada miró a
los cuatro hombres que la observaban y soltó.
—Lo siento chicos, pero está en
Hawaii con su man.
—Por el amor de Diorrrr —se guaseó
Lucas—, ¿Nos ha cambiado por ese inglés escuchimizao?
—Os manda muchos recuerdos y me ha
dicho literalmente que os diga que muere por sus Xmen preferidos pero que su
men le hace vivir en las nubes y que mientras pueda no se quiere bajar.
Aquello provocó una risotada
general. La amistad que Gasti había logrado con aquellos rudos hombres era
magnifica, y se demostraba en el cariño y en el respeto que se tenían. Peter,
que hasta el momento había permanecido callado, descoso de tener toda la
atención de su mujer, la agarró de la barbilla y susurró ante todos sin
importarle.
—¿Te he dicho ya que estas preciosa
y que te he echado mucho de menos cariño?
—Joderrrrrrrr qué pasteladaaaaaa —se
mofó Lucas tapándose los ojos al escuchar aquello.
—Eso es amor Mariliendre —rio
Nicolás, y mirando al rudo de Lucas, señaló—: El día que llegue la mujer que te
descoloque la vida, ya verás, auguro que serás el más pasteloso de todos.
Recuérdalo.
—Tú lo flipas hombre —se mofó aquel
al escucharle.
Sin importarles las mofas, ni los
comentarios de sus amigos, Peter atrajo a su mujer y volvió a besarla con
devoción. Llevaba meses deseando hacerlo y ahora que la tenía junto a él no
pensaba reprimirse. Damián que iba sentado en el asiento de atrás con ellos
protestó divertido:
—Joder macho. Espera a llegar a tu
casa para hacer eso. Que uno no es de piedra.
Una vez el coche se puso en marcha,
entre risas y burradas, llegaron hasta el lugar donde Nicolás debía introducir
el ticket para salir del parking. De nuevo los periodistas rodearon el coche.
—¿Pero qué les pasa otras vez a
estos? —protestó Nicolás.
Sorprendida por aquella nueva nube
de periodistas, la joven actriz suspiró y, tras pedirle a su marido un segundo
con la mirada, le besó y bajó la ventanilla. Dos segundos después, uno de los
periodistas metió la alcachofa dentro del coche y preguntó:
—Nos acaba de decir un pasajero de
su vuelo que la vio tomando hierro en las comidas ¿es posible que esté
embarazada?
Peter y Lali se miraron y sonrieron.
Aquel era su mundo a partir de ahora, y tras entenderse con la mirada, ambos
miraron al periodista y con una gran sonrisa respondieron justo en el momento
en que la valla del parking se abría y Nicolás pisaba el acelerador:
¿Y a ti qué te importa?
Jajajajjajaja,y respondió Peter al mismo tiempo k ella ,lo mismo.
ResponderEliminarMe encantó la novela.
La disfruté muchísimo.
Espero k todo t vaya bien ,y k encuentres huequito para publicar una nueva novela.Aunque sea un solo día a la semana,o cuando puedas.
me encanto la nove espero vuelvas pronto besos Naara
ResponderEliminarSigo entrando para ver si subiste una nueva novela.
ResponderEliminarBesos
Terminé de leer está historia hoy me encantó una de lad mejores que he leído
ResponderEliminarAcobo de leerla y me encanto..
ResponderEliminar