Ambos sonrieron y se dieron un corto
beso en los labios, mientras, el abuelo Goyo le daba un codazo a Gasti para
llamar su atención sobre el beso, y ambos sonreían complacidos.
Sobre las tres de la mañana, tras
jugar con los abuelos en casa al bingo, los más jóvenes se marcharon de fiesta
al Croll.
El dueño había contratado a
una banda de salsa y todo el mundo bailaba a su son divertido. Si algo le
gustaba bailar a Lali era la salsa y Peter se quedó muerto cuando la vio menear
las caderas con su primo. Se notaba que habían bailado mucho aquella música, no
solo por lo bien que bailaban, si no también por la sincronización de sus
movimientos.
—Uooo. ¿De dónde te has sacado a esa
jamba? Madre mía que culito más sabrosón que tiene — rio el Cachetón
acercándose a Peter, quien sonrió al
comprobar que este no la
relacionaba con la jovencita que conoció
años atrás en Las Vegas.
—Es una amiga muy especial, por lo
tanto ahórrate tus comentarios —respondió este sin quitarle ojo. Todavía no se
había repuesto de la declaración en toda regla que Lali le había hecho en el
cuarto de baño de la casa de su padre. ¿Le quería? ¿Ella estaba enamorada de
él?
El Cachetón, al ver como su colega
miraba a la joven, clavó dio un largo trago a su cubata y silbó.
—Joder macho, eres mi héroe. Yo de
mayor quiero ser como tú. Te tiras a Paula, Rebeca o
Azucena cuando quieres y ninguna se
enfada contigo. ¿Cómo lo haces?
Durante un buen rato los dos amigos
mantuvieron una animada charla sobre mujeres, donde al Cachetón, como siempre,
nada le quedó claro. Poco después llegaron el Rúculas, Lucas, Damián y varios
amigos más.
Media hora después, Peter constató
que el Cachetón visitaba el baño con demasiada frecuencia y al ver sus ojos
cargados, le pillo del hombro y le susurro en confianza:
—Controla tío, que los ojos le
delatan.
Al escuchar aquello, el Cachetón
sonrió y sacó un botecito del bolsillo del pantalón.
—Pero si solo he fumado maría —y
tras echarse una gotitas en los ojos aclaró—. Eso sí, de cosecha propia. Yo no
fumo cualquier mierda. Por cierto, tengo en casa unos cogollitos buenos...
buenos.
En ese momento llegaron Nicolás y
Eugenia, acompañados por un grupo de amigos entre los que estaba Paula vestida
con un sexy y atractivo vestido rojo pasión.
—Uf... como
me pone esta burraca —cuchicheó
el Cachetón al mirarla y ver su contoneo de caderas—. ¿Te molesta si la entro?
—No —respondió Peter, divertido tras
cruzar una mirada con Lucas e Damián.
—Vale. Porque viene vestida para
matar. Por cierto ¿crees que me hará caso? Peter, con una sonrisa, miró a su
amigo y respondió seguro de lo que decía.
—Eso se lo tienes que preguntar a
ella.
Paula que, en el mismo instante que
había entrado en el Croll había localizado a Peter, se acercó a él sin dudarlo.
Deseaba pasar la noche en su compañía y, sin importarle la mirada de aguilucho
del Cachetón, le pasó la mano por la cintura, apoyó la cabeza en su hombro y le
susurró en tono melosote:
—Hola forastero. Cuánto tiempo sin
verte. —Y acercando sus labios al cuello de Peter susurró
—: Últimamente no me llamas y te
echo de menos.
Lucas, que estaba al lado de Peter,
reaccionó al escuchar aquello.
—Paulita... Paulita... cuando
quieras un hombre de verdad ¡llámame!
—Cierra el pico Mariliendre —se mofó
Damián ganándose la mirada jocosa del ofendido.
En la pista, Lali
bailaba salsa con Gasti.
La banda contratada
era muy buena, y cuando comenzó a sonar la canción O tú o nadie de su amigo Marc Anthony, no
pudieron contenerse y disfrutaron a tope del tema, hasta que ella se fijó en
quien estaba hablando Peter. Sin apartar la vista de su objetivo, vio como
aquella odiosa mujer se acercaba a su posesión más de lo normal, y él no hacía
nada para retirarse. Su enfado fue creciendo por segundos, y cuando vio que
ella le echaba los brazos al cuello quiso gritar. Aquella escena le calentó la
sangre y Gasti al intuirlo y ver lo que ocurría la cogió de la mano para
tranquilizarla.
—Ni se te ocurra hacer lo que me
estoy temiendo, lady.
—Oh... tranquilo. No pienso hacer
nada. —Pero sin poder remediarlo confesó en un arrebato de sinceridad—: Hoy he
cometido un terrible error; le he dicho que le quiero.
—¡¿Qué le qué?! —gritó su primo al
escucharla.
—Lo que has oído.
—Oh
my God vamos derechitos
al desastre. —Y quedándose
quieto en medio de la pista preguntó—: ¿Y que te ha dicho el Xmen?
Tirando de él para que volviera a
moverse, la joven gruñó:
—Nada.
—¡¿Nada?!
—El Xmen, no me dice que me quiere
ni por equivocación.
Durante unos minutos más continuaron
bailando, pero la tranquilidad de segundos antes se había acabado. Gasti,
observando cómo Paula se contoneaba delante de Peter sin poder remediarlo
siseó:
—Esa no es una mujer. ¡Es una
víbora!
Lali no contestó. Desde su posición
vio que Nicolás y Eugenia se acercaban a ellos y todos parecían mantener una
animada charla. De pronto la música paró, las luces bajaron de intensidad y
sonó música para enamorados. Malhumorada, pero armada con todo el aplomo que
pudo reunir, la joven se encaminó hacia donde estaba el grupo, cuando de
pronto, Gasti gritó al ver a Lucas junto a Peter.
—¡Por el amor de my life, de tu life
y de la life de todos! Pero si está aquí mi Batman preferido y yo no me había
dado cuenta.
Lali, sonrió al unirse al grupo,
aunque a Paula la había taladrado con la mirada. Incomoda por como todos la
observaban fue a decir algo, cuando Gasti cuchicheó:
—Mírale... pero si está cuadrado.
Peter viendo que Lali mantenía las
distancias, se dirigió a Gasti y, divertido, preguntó:
—Eh... ¿ya no soy tu preferido?
Gasti, acercándose con descaro, se
interpuso entre Paula y él, y, tras conseguir apartarla, sonrió ampliamente y
murmuró con complicidad:
—Tú eres lo más. Pero contigo no
tengo futuro y con él todavía no se sabe. Aquello provocó una carcajada
general.
—Lo siento Gasti, pero ya te dije
que a mi me van las mujeres. Nuestro amor... es imposible —
dijo Lucas. Y se llevó la mano al
pecho con comicidad soltando un lánguido suspiro.
—Que sepas osito mío, que me acabas
de partir mi lindo y bello corazoncito en millones de pedacitos —respondió
Gasti, resignado.
Nicolás dio un pescozón a Lucas y
cuando este miró indicó divertido:
—Desde luego Mariliendre, ya te
vale.
No me gusta como no se separa Peter d Paula,sabiendo lo k Lali siente x él.
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