AVISO: disculpas por no subir ayer, pero no estoy pasando por un buen momento les dejo dos capítulos y enserio apenas pueda seguir adaptando les subo los que falten durante la semana.
Llegó la última noche del año. El 31
de diciembre todos se vistieron con sus
mejores galas dispuestos a despedir un año y recibir con buen píe el siguiente.
Durante los días anteriores Eva intentó hablar con su hermano, pero le fue
imposible. No encontró el momento. Estaba totalmente absorbido por Lali y no
quería interferir en su felicidad. Se sentía culpable por lo que tenía que
decirle, pero era necesario.
Sobre las siete de la tarde, hora
española, Lali tras pensarlo con detenimiento, decidió llamar a su padre para
desearle a él y a su mujer una feliz noche. Si algo le había enseñado su abuela
era a comportarse con educación y decidió poner sus enseñanzas, un vez más, en
práctica. Le gustara o no aquel hombre era su padre y así sería hasta que
muriera. Como era de esperar, su trato fue frío e impersonal y Samantha, ni
siquiera se puso. Cuando colgó, emitió un largo suspiro y besó la cabeza de
Senda que estaba sentada a su lado encima de la cama.
—Que suerte tienes con tener una
excelente familia que vela por ti —le dijo,
Una hora más tarde estaba dándose
los últimos toques a su maquillaje
cuando Peter abrió la puerta de la habitación y entró. Lali se quedó sin
habla. Aquel hombre, con su porte y su estatura, estaba guapísimo con ese traje
oscuro. Él, al verla, silbó. Divertida por aquel gesto tan natural, se dio una
vueltecita ante él y posando finalmente las manos en las caderas preguntó con
chulería:
—¿Cómo me ves?
Devorándola con la mirada y deseoso
de arrancarle el vestido y hacerle el amor, se acercó a rila y susurro sobre su
boca.
—Perfecta.
Y sin decir nada
más la besó. Le mordisqueó
los labios arrancándole
oleadas de placer y cuando ella sintió que él la levantaba del
suelo y la llevaba hacia la cama, se deshizo del abrazo y dijo:
—Ah no... llevo una hora
arreglándome y ahora tú no vas a estropearlo.
Al escucharla sonrió y con una
salvaje mirada murmuró quitándose la americana:
—¿Seguro canija?
Divertida, corrió hacia el otro lado
de la cama y levantando un dedo aseveró ante la picara mirada de él:
—Te lo digo en serio. No se te
ocurra acercarte a mí. Llevo horas intentando colocar esta maldita peluca para
estar presentable en la cena más importante del año en tu casa y...
—Y estás preciosa... —afirmó él.
Pero al ver a su perra tumbada plácidamente en la cama protestó—: Por el amor
de Dios, Lali ¿cuántas veces tengo que decirte que no dejes que Senda se suba a
la cama?
—Aisss es que es tan mona —sonrió
acercándose a aquella para besarla en la cabeza—. Mírala ¿a que parece una
reina?
Peter no respondió. Se limitó a
miraría ¿cómo enfadarse con ella? Verla besuquear a su perra y hablarla con
cariño le ablandaba el corazón.
—¿Sabes Senda? Te voy a comprar un
collar con brillantes bien relucientes, simplemente porque te lo mereces.
—Estrellita... —gruñó
él—. No quiero
que me amaricones
a la perra
con collarcitos relucientes.
Aquel comentario consiguió
arrancarle una carcajada a ella.
—Ni le escuches Senda. Tú eres una
mujer como yo y estoy segura de que querrás estar guapa ante los de tu especie
¿verdad? —La perra ladró—. Pues no se hable más. Te comprare un collar de reina
para una reina como tú.
Peter la miraba embobado. Por
primera vez en su vida, una mujer tenia ocupada las veinticuatro horas del día su cabeza, cuando
estaba con ella solo quería besarla,
mimarla y hacerla feliz y cuando estaba lejos de ella, solo
deseaba regresar a su lado. Aquello le tenía desconcertado como nunca en la
vida y comenzaba a preocuparle. Ella le provocaba una ternura hasta ahora
desconocida que le estaba comenzando a gustar y eso desencajaba en su día a
día. Le encantaba despertarse y acostarse con ella. Le apasionaba bailar en el
salón a la luz de las velas, pasear en su compañía por el campo y un extraño
nerviosismo se apoderaba de él cuando pensaba que aquellos momentos,
tarde o temprano, tendrían que acabarse. Pero consciente que no era momento de
pensar en ello, si no de disfrutarla al máximo, le tendió la mano.
—Vale, cómprale a Senda lo que
quieras, pero ven aquí.
Con una candorosa sonrisa la joven
se acercó a él y tras recibir varios besos en el cuello que consiguieron
ponerle la piel de gallina él la despegó de su cuerpo y susurró:
—Tranquila, cielo. Por mucho que
desee desnudarte no lo voy a hacer. Confía en mi ¿vale? Decidió creerle, y
ambos se acercaron al espejo ovalado de la habitación.
—¿Se nota que el vestido no es de
firma?
Peter, que precisamente se estaba fijando en otra cosa que no era el
vestido, respondió tras suspirar de satisfacción:
—No
—¿Y que me ha costado muy barato?
Divertido por aquella pregunta, la
abrazó por detrás y le susurró al oído mientras ambos se miraban en el espejo:
—No, cielo. Lo único que se nota es
que este vestido te sienta muy, pero que muy bien. Estás preciosa.
Complacida por su respuesta y
encantada por cómo la abrazaba con posesión suspiró:
—Han... me gusta saberlo.
Tras besarla por el cuello, y dejar
en su recorrido cientos de anhelos, con voz ronca y sensual le susurró:
—Cuando te vean mis amigos esta
noche en el Croll, van a babear y con razón, porque serás la mujer mas sexy y
guapa del local, y yo estaré como loco por regresar a rasa para quitarte este fantástico
vestido y disfrutar de ti y de tu maravilloso cuerpo durante horas y
demostrarte una vez más que conmigo lo tienes todo incluido.
—Uooo... eso me gusta más —se mofó
ella dándose la vuelta para besarle.
Unos golpes en la puerta y la voz de
Gasti al otro lado les hicieron regresar a la realidad.
—Parejita feliz, ¿puedo entrar?
—Sí —respondió Peter separándose de
Lali.
La puerta se abrió y ante ellos
apareció un Gasti en todo su esplendor.
Llevaba un traje de chaqueta, pero si bien el de Peter era negro, él lo
llevaba azul y de seda.
—Por el amor de Diorrrrrrrr, de my
life y de todo lo habido y por haber en este mundo. Eres el hombre de mis
sueños más rosas y perversos. ¡Estás divinooooooooo! —gritó mirando a Peter de
arriba abajo. Lali, al ver que a ella ni la miraba, se quejó divertida.
—Eh... hola... yo también estoy
aquí.
Pero Gasti solo tenía ojos para
Peter y al ver la guasa en los ojos de aquel, llevándose las manos a la boca
murmuró:
—... pero por qué no conoceré yo a
un spanish como tú para que me quite las penas y llene mi aburrida life de
alegrías, gozo, sexo loco y desenfreno. —Al ver que aquel se desternillaba de
risa prosiguió—: ¿Estás seguro de que eres hetero?
—Seguro —asintió Peter.
—¿Muy... muy seguro?
—Totalmente seguro.
Gasti, retirándose un mechón de la
cara con coquetería insistió:
—No cabe la más mínima posibilidad
de que...
Lali le tiró un cojín a la cara y
grito al más estilo puertorriqueño.
—Tomaso Anthony Nández Espósito
¿quieres levantarme a mi hombre? Porque si es así, mira que tú y yo vamos a
tener problemas
—Uyyy…mira la loba como se pone por su Xmen. —En ese
momento sonó el timbre de la puerta— .
De todas formas ya sabes divine, si alguna vez quieres probar algo diferente,
no lo dudes soy tu hombre.
Tras aquello Gasti sonrió y dijo
antes de salir de la habitación para abrir la puerta:
—Por cierto, queen han llamado
Wynona, Angelina, Tommy Lee, Penélope, Salma y Jenny para desearnos feliz
salida de año. Y me han dicho que les llames o les envíes al menos un email
para ponerles al día de your life.
—Gasti ¿por qué no me los has
pasado? Me hubiera gustado hablar con ellos —protestó ella al escucharle.
—Porque temía interrumpir un momento
sexual lleno de lujuria, morbo y desenfreno hija ¡que todo hay que decirlo! —se
mofó aquel antes de desaparecer.
Peter estaba aturdido por la
verborrea de Gasti y, en especial, por la lista de nombres que este había
citado:
—Las personas que ha nombrado tu
primo, ¿son las que yo me imagino? —preguntó cuando se quedaron a solas.
—Sí cielo, son ellos —y encogiéndose
de hombros aclaró—: Son mis amigos y simplemente se preocupan por mí.
Impresionado, susurró divertido:
—Vamos... igualito que cuando a mi
me llaman el Cachetón, o el Rúcula.
Haciendo caso omiso, Lali volvió a
mofarse de las proposiciones de su primo, hasta que Peter la besó en los labios
para callarla.
—Anda... vámonos. Antes de que
empiece a planteármelo.
Cuando comenzaron a bajar las
escaleras se encontraron a Gasti abrazando a Eva, que había pasado a recogerles
con Almudena.
—Estáis guapísimas —rio Peter al ver
a sus hermanas con aquellos vestidos.
—No mientas. Aún parezco un tonel
—se mofó Almudena con su bebé en brazos.
Todos rieron, y poco después los
cinco tomaban algo en el salón de la casa. Eva, en un momento dado, logro
aproximarse a su hermano.
—¿Podemos hablar un segundo?
—¿Qué ocurre?
Acercándose aún más a él cuchicheó:
—Tengo que hablar de algo contigo,
pero a solas.
Aquello atrajo su curiosidad, pero
cuando iba a responder, Lali llegó hasta ellos, se colgó del brazo de Peter y
les impidió continuar con la conversación.
Diez minutos después y mientras
esperaban a que Almudena saliera del servicio para dirigirse todos juntos a la
casa de Manuel, Eva, volvió al ataque.
—Peter tengo que hablar contigo.
—Luego Eva, Luego.
—Pero es que necesito preguntarte
algo.
—Luego Eva. ¿No ves que ya vamos
para la casa de papá?
—Pero es importante.
—Ahora no pesada — sonrió él—.
Luego.
Al ver que era imposible acceder a
él, insistió por otra vía:
—Oye ¿sigues teniendo aquí la
cazadora vaquera que me dejé hace meses?
—Sí. Está en mi habitación.
—¿Te importa que suba a por ella?
—¡¿Ahora?!
—Sí, es que siempre que me la quiero
poner nunca la tengo a mano.
—Ya te la daré otro día, Eva. Ahora
nos vamos a casa de papá —dijo al ver a su hermana salir del baño y a Lali y
Tómi abrir la puerta de la calle.
—Dime donde está y yo subo a por
ella —insistió aquella—. Será un segundo.
—Vale pesada, sube. Está en el lado
derecho del armario de mi habitación.
Eva esperó a que su hermana se
pusiera el abrigo y saliera de la casa junto a los demás. Se encaminó hacia la
habitación, entro, entorno la puerta y recorrió el espacio con la mirada. Vio
ropa de Lali sobre una silla y sonrió al ver algo parecido a una camiseta
sobresalir por debajo de la almohada.
Sin perder mi segundo,
busco el trolhy de
Lali y lo localizó en un lateral
de la habitación
—Louis Vuitton, ¿cómo no? —susurró
para sí al verlo de cerca. Sin pararse a pensar lo abrió y tras rebuscar unos
segundos, encontró una especie de cartera pequeña, la abrió y encontró lo que
buscaba: su pasaporte, otra peluca de repuesto y varios juegos de lentillas.
Confirmado. Eres tú, pensó al
corroborar sus suposiciones.
Cerró el equipaje tratando de dejarlo
todo como lo había encontrado. Y, cuando se disponía a salir, sus ojos se
fijaron en algo que había sobre una de las librerías. Sin poder evitarlo, se
acercó hasta ese objeto. Su corazón comenzó a bombear con celeridad cuando vio
la fotografía que había dentro de aquel marco en tono gris. Alucinada, comprobó
que las dos personas que se besaban, mostrando unas alianzas y unos trajes de
novios desastrosos eran su hermano y la joven que se hacía llamar Lali.
—Copón bendito, pero esto ¿de cuándo
es?
Instintivamente sacó
su Blackberry e hizo una
foto. Pero al
mover el marco
para volver a ponerlo en su sitio se cayó un papel. Lo
cogió y al leer lo que en él ponía las manos le temblaron. Era una licencia de
matrimonio de Las Vegas donde figuraba el nombre de su hermano y el de la
actriz.
Tan ensimismada estaba
observando aquello, que no
oyó que
la puerta de la habitación se cerraba.
—Ya sabía yo que no era la cazadora
lo que le interesaba a la señorita metomentodo.
Al volverse se encontró con la
imponente presencia de su hermano y su gesto de contrariedad,
—¿Qué es esto? —preguntó la joven
con el papel en la mano.
Sin mediar palabra, él se acercó
hasta ella, le arrancó de las manos la licencia y la colocó detrás de la foto.
—Maldita sea, Eva. ¿Desde cuándo te
permites cotillear en mi vida?
—Joder Peter, llevo días queriendo hablar
contigo, pero eres más
inaccesible que el rey de España.
—Muy bien. Sorpréndeme suspiro
resignado. ¿De que quieres hablar?
—Tú sabes que ella es Mariana
Espósito y,..
—Si
—¿Y?
—¿Y qué?—gruñó él.
—Joder Peter que...
—Basta Eva —la cortó—, Y por tu
bien, no te metas donde tío te llaman. Pero deseosa de saber, sin escuchar,
volvió al ataque y preguntó.
—¿Estás casado con ella? ¿Estás
casado con Mariana Espósito?
—No.
—¿Entonces?
—Estamos divorciados —respondió
molesto.
Sorprendida como nunca en su vida,
preguntó en un hilo de voz.
—¿Pero cuando te casaste con ella?
—Mira Eva, eso ocurrió hace mucho
tiempo, y si yo no te lo he contado, y ella tampoco lo ha mencionado, es porque
no hemos querido. Eso ocurrió hace tiempo y es algo entre ella y yo. Por lo
tanto, te rogaría que olvides tu alma de periodista metomentodo, y mantengas tu
boquita cerrada para no ocasionarme problemas. ¿Me has entendido?
—Pero Peter, esto... esto es un
bombazo informativo.
—¿Has hecho alguna foto? —preguntó
enfadado al verla con el móvil en la mano.
—Sí.
—Bórrala inmediatamente.
—Tranquilo. Nadie las va a ver,
además...
—¡Bórralas! —exigió él.
—Peter estoy segura de que
la noticia y las pruebas que
tengo me asegurarían unos buenos ingresos. Incluso, si lo gestiono
bien, un trabajo en una buena redacción —susurró al darse cuenta de lo que
tenía entre las manos.
—Eva, por favor...
—Joder Peter soy periodista igual
que tú eres un geo. ¡Es mi trabajo!
—No lo hagas —le rogó.
—¿Sabes lo que me estás pidiendo?
—Sí. Lo sé —suspiró—. Ella es
importante para mí y si esto se supiera...
—Pero Peter... ella y tú, ella es...
—Sé quien es ella y también sé quién
soy yo —dijo con desesperación—. Solo espero que no olvides quién eres tú y
pienses, antes de proceder, quién soy yo para ti.
Sin mediar palabra, abrió la puerta
y la invitó a salir de la habitación.
—Que sepas que la prensa de todo el
mundo la está buscando. Lo sé porque Yoli me mandó hace días un email con la
noticia de que Mariana Espósito no había abandonado España. Cientos de periodistas la están
buscando y, tarde o temprano, llegaran aquí. Te lo aseguro.
—¡Joder! —maldijo al escuchar
aquello.
—Peter sé realista. Esto se va a
saber, comenzaran a tirar de la cuerda hasta que...
—Es imposible que nadie nos
relacione.
—Leches, Peter... que soy periodista
y sé de lo que hablo.
Espero k Eva sea razonable!!!!
ResponderEliminarCuando puedas!!!
espero que no sea nada grave cuando puedas te esperamos besos Naara
ResponderEliminarMaaasss:)
ResponderEliminarmás
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