domingo, 27 de abril de 2014

Capítulo 28

—Buenos días —saludó ella con energía. El la miró y sin parar su ritmo asintió con la cabeza. Durante unos minutos corrieron en silencio hasta que ella comenzó a hablar.
Sin querer escuchar su parloteo, Peter sacó de su bolsillo un iPod y colocándose unos pequeños auriculares en los oídos lo encendió y dijo:
—AC/DCA. Maravillosa música para correr y no escucharte.

—Serás grosero  —cuchicheo deteniéndose al ver aquello. Incapaz de no responder, Tras mirar al cielo y ver como diluviaba, la miró y dijo en tono burlón antes de continuar corriendo:
—No te pares, estrellita o te enfriarás. Ritmo... ritmo. Quiso decirle cuatro cositas, pero calló. No iba a entrar en su juego, por lo que cerró la boca y continuó la carrera. Cuando ya no pudo más se paró y él se alejó. Seguir su ritmo era imposible pero gritó:
 —¡Que tengas un buen día, simpático! El tercer día amaneció lluvioso. Al mirar por la ventana Lali pensó si ir o no pero al final las ganas de verle le pudieron, se calzó sus deportivas y salió a correr. Durante unos segundos trotó sin rumbo hasta que le vio y corrió hacia él. Peter, que venía de arreglar una valla en la granja de su abuelo, al verla acercarse maldijo pero prosiguió su carrera.
—Hola, buenos días —saludó con positividad.
—Buenos días. Lali sonrió. Eso era un avance. Durante unos metros corrieron en silencio hasta que ella se tropezó y él, con rapidez, frenó la caída.
—Joder, estrellita, eres un auténtico pato mareado —gruñó molesto.
—Vale, lo reconozco. Correr campo a través no es lo mío. Yo estoy acostumbrada a Jimmy, mi entrenador personal en casa y no a este campo de barrizal.
—¿Entrenador personal? Serás pija —se mofó.
Lali se molestó al ver su gesto y, corriendo para ponerse a su altura, respondió:
—Mira, guapo, yo no tengo la culpa de haber nacido en una familia adinerada, ni tampoco de ser una actriz de Hollywood.
Que todo sea dicho me lo he currado yo sólita, aunque mi padre sea quien es. Pero bueno, siempre habrá gente que piense que soy una niña de papá y mira ¡me da lo mismo! —exclamó con vehemencia—. Si estás molesto porque piensas que voy de diva, allá tú.
No voy de diva. Por norma soy una mujer normal y corriente cuando no trabajo y aunque no creas, la gente tiene buen concepto de mi y... Pero no pudo decir más. Con una rapidez increíble Peter sacó del bolsillo de su pantalón una especie de tira alargada, despegó algo de ella y sin más, se la pegó sobre los labios. Lali se quedo estupefacta.
—Te dije que te sellaría la boca si no callabas y al final he tenido que hacerlo. Sin más continuó corriendo mientras ella se quedaba de piedra en medio del campo y con la boca sellada. ¿Había algo más humillante? El cuarto día y con una nevada considerable la joven, que no quería dar su brazo a torcer, consiguió llegar hasta él campo a través. Pero a dos metros de él, pisó mal, resbaló, y se cayó de culo. Con toda la dignidad que pudo se levantó y antes de que él se mofara de la situación, con gesto de enfado se colocó unos auriculares y dijo.
—Marvin Gaye, maravillosa música para no hablarte ni escucharte.
—¿Es tu última palabra? —preguntó divertido.
—Por supuesto. Sorprendido, la vio pasar, incluso con el trasero dolorido corría delante de él sin esperarle. Senda, la perra, que ya se había acostumbrado a su visita matinal la siguió encantada y Peter suspiró.
Parecía que aquello iba a convertirse en algo habitual. Así estuvieron seis días lloviera, nevara o tronara. Cada mañana ella corría la misma ruta que él. Intentaba seguir su ritmo ya fuera por camino o por barrizal y, finalmente, cuando sus fuerzas la abandonaban desistía. Se daba la vuelta y se marchaba, mientras él continuaba tranquilamente su camino sorprendido por la cabezonería de aquella mujer.

La séptima mañana, Peter miró sorprendido a su alrededor. ¿Dónde estaba ella? Comenzó su carrera, pero inevitablemente la buscaba con la mirada, pero Lali no apareció. Corrió por el camino un buen rato, incluso más del habitual y cuando regresó a su casa una extraña decepción se apoderó de él ¿se habría ido finalmente?

No hay comentarios:

Publicar un comentario