¿Estaba
embarazada o no?
Lali fingía
que no la había
afectado el haberse marchado de la casa
de Peter de aquel modo.
Pero no era verdad.
Ella lo amaba, y haber hecho el
amor con él le había demostrado cuánto.
Estaba en la mesa de la cocina, revisando facturas, y sabía que tendría que usar una
prueba de embarazo. Pero lo estaba
posponiendo. Apareció Tiffany con
Amy.
—¿Os habéis bañado? —preguntó Lali.
Tiffany se ocupaba de la
niña ya con bastante eficiencia,
y Lali ocupaba
el lugar de una tía.
Ella aún
anhelaba tener un
hijo propio. Un
hijo de Peter.
Tiffany sacó algo del bolsillo del pantalón. Eran dos
billetes
de veinte dólares y uno de cinco.
—¿Qué
es esto?
—Lo que me queda,
después de pagar las cosas que necesita Amy para la semana próxima. Quiero devolverte
el dinero que has gastado.
—Tiffany,
no hace falta
que lo hagas.
—Lo sé. Pero quiero hacerlo. Tengo que empezar a ocuparme de todo lo que necesita
Amy.
—Creo que
deberías ahorrar este
dinero para algún gasto inesperado o algo así. Tendrás que llevar a Amy al
pediatra un día de éstos, ¿no?
Tiffany se
había olvidado de
ello.
—Siempre
hay gastos, ¿verdad? —dijo la chica.
—Siempre
—respondió Lali.
—El señor Lanzani dice
que cuando
Amy
empiece
a
gatear, llevará
el
ordenador a la habitación de invitados; así ya no tendré que preocuparme por las escaleras.
—Tal vez podamos hacer otro arreglo.
Por ejemplo que trabajes por la noche, de
forma que yo pueda cuidarla en casa. Así Peter no tendría que reorganizar su casa, y tú no estarías distraída.
—¿Harías eso?
Lali se
levantó y tomó en brazos a Amy.
—Por supuesto —contestó.
—Si
así
no puedo cumplir un
mínimo de horas, podría agregar los
sábados por
la mañana. Pero tú estarías atada también en ese caso.
—Ya
veremos cómo lo hacemos.
—¿Te
has peleado con el
señor Lanzani?
Quiero decir, ya
no
viene por aquí.
—Hemos tenido una diferencia de opiniones.
—Él finge que
no le importa, pero yo sé
que no es así.
—Casi
he
terminado con las
facturas. ¿Quieres
que veamos
una película después de
acostar a Amy?
—Me
parece
buena idea.
La niña empezó a llorar y Amy la tomó en brazos. Cuando ya había cruzado el pasillo preguntó:
—¿Crees que Justin va a intentar encontrarme?
—¿Quieres que te
encuentre?
—No.
—¿Quieres que Peter
lo encuentre a él?
—No.
No quiero a
mi lado un
hombre que
se
comporta de ese
modo.
—Creo que
tienes razón
—dijo Lali.
Cuando ya estaban
viendo la película, sonó el
timbre. Lali
miró a Tiffany y ésta
dijo:
—Es
posible que sea Peter.
—¿Cómo lo sabes?
—Me
ha preguntado si estarías en
casa
esta
noche.
—¿Y no me lo has dicho?
—No quería
decepcionarte, por si
él no venía. Lali se miró el
vaquero viejo que
llevaba puesto.
—Estás bien —dijo Tiffany.
Cuando le abrió vio que Peter llevaba un pantalón negro y una cazadora gris de piel. En la mano llevaba el plato de la tarta de chocolate
que había llevado ella.
—He venido a traerte esto.
—¿No podías habérsela dado
a Tiffany?
—Podría haberlo hecho. Pero en ese caso no hubiera podido decirte lo buena que
estaba.
Lali puso los ojos en
blanco.
—¿Por qué has
venido realmente?
—Quería saber si ya te habías hecho la prueba de embarazo. Ya han pasado quince días, y hay pruebas que
pueden hacerse
a los siete a diez días.
—No lo he hecho…
—Hazlo
pasar… —dijo Tiffany,
acercándose—.
Me iré
a leer a mi habitación.
—Estabas viendo una película, no
tienes que irte… —le
dijo Lali.
—Es verdad —dijo Peter y le dio el plato a Tiffany. Luego agregó—: Lali se irá conmigo ahora. Ponte una
chaqueta —le ordenó.
Lali lo miró,
resentida.
Peter respiró hondo y se corrigió:
—¿Qué te parece si nos vamos un rato? Pararemos a comprar lo que nos haga falta y luego iremos a mi casa.
Estaba hablando en un supuesto código, para que no lo comprendiera Tiffany, pero ella no
sabía si quería hacerse
el test de embarazo.
—Vete tranquila, Lali… Yo terminaré de ver el resto de la película. Luego te la cuento en
detalle —dijo Tiffany.
Lali y Peter se marcharon. Cuando estaban aparcando frente a una tienda,
Peter le dijo:
—No debiste irte
de mi casa de ese modo.
—No podría haber cenado contigo como si no pasara nada. Como si tú hubieras
querido que
estuviera allí.
—Yo no te
habría invitado a
quedarte si no hubiera querido.
—Te
sentiste
obligado,
Peter. No
quiero
que nadie esté conmigo
por obligación.
—Es
posible que cambies de
opinión si
esa prueba da positivo.
—No cambiaré
de
opinión, sobre todo
si la prueba
da
positivo —ella se
desabrochó el
cinturón
de seguridad y salió del
coche.
Lali miró a Peter. Se notaba que estaba incómodo. Compraron la prueba de
embarazo y se
marcharon
a casa de Peter.
—Voy a encender la chimenea —dijo Peter cuando estuvieron
dentro. Lali recogió la prueba
de embarazo y se
la llevó al cuarto de
baño.
Una vez
en él, siguió las instrucciones y esperó.
No sabía lo que quería. Deseaba tener un hijo. Deseaba un bebé de Peter. ¿Pero lo quería
así?
Lali miró su reloj y vio la señal
de negativo.
No sabía si
estaba contenta o triste.
Pero sabía que
Peter estaría aliviado.
Tiró todo en el cubo de la basura
y volvió al salón.
—No estoy embarazada
—lo informó. Él
no demostró su reacción.
—Ven y
siéntate —estaba sentado en
un sofá.
Estaba
tan sexy…
—¿Te
sientes aliviada?
—Por una parte,
sí.
Y por otra, realmente me
gustaría
ser
madre.
—¿Es por eso que
te olvidaste
del control?
—¿Qué
quieres decir? —lo miró,
sorprendida.
—Tal
vez quisieras quedarte
embarazada, y yo era un
medio para conseguirlo. Lali
se llenó de rabia.
—No.
Esa no era mi intención.
¿Por qué
te olvidaste
tú? ¿Querías ser padre?
—Por supuesto que no. Lo que pasó fue que por unos minutos, mi motivación sexual
superó a mi sentido común.
Ella se habría enfadado de haber sido otra
persona, pero aquél era Peter, y no iba
a admitir que los sentimientos habían
superado al
sentido común.
—Tal
vez inconscientemente lo sucedido
tenga un significado —dijo Lali.
—No intentes analizarme, Lali.
No vas a conseguir nada.
Ella
no estaba tan segura. Peter tenía una coraza muy dura, pero a veces Lali encontraba alguna fisura
en ella.
—¿Por qué has
venido a verme
esta
noche?
—Ya
te lo he dicho. Quería
saber si
estabas embarazada.
—¿Crees que no te
hubiera llamado si
lo hubiera
estado?
—Es
posible que sí,
o es
posible que no.
—Sabes que lo habría hecho. Entonces,
¿por qué
esta
noche?
—¿Qué
quieres de mí,
Lali?
—Quiero saber lo que sientes,
qué tienes en la cabeza.
La miró con
sus
ojos grises tormentosos.
Luego admitió:
—De acuerdo. No podía estar lejos de ti. No me gustó la forma en que terminó
la otra noche…
—Yo sentí que no querías que yo estuviera a tu lado, sino que era
alguien con quien
tenías que
tratar.
—¿Y no te
quedas donde no te quieren? —preguntó él acariciándole la mejilla.
—No.
—Te
quiero, Lali. He estado negándomelo, pero te quiero.
Peter la besó apasionadamente. El deseo se apoderó de ellos. Pero era un
deseo que no podía terminar en un beso. Tal vez sus sentimientos
hacia ella hubieran
crecido con
el tiempo. A lo mejor el sueño no era imposible.
Estoy tratando de adaptar lo más rápido que puedo, les dejo este capítulo y otros 3 programados hasta el viernes.
Estoy tratando de adaptar lo más rápido que puedo, les dejo este capítulo y otros 3 programados hasta el viernes.
Graciias por tomarte tu tiempo :)
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