Hola, después de mas de un mes voy a volver a subir capítulos ahora si hasta terminar la novela. Tengo un poco mas de tiempo y aunque los problemas siguen no las puedo dejar colgadas.
Eva,
en la pista
con Menchu, contoneaba
las caderas al
ritmo de Shakira
y tarareaba «Rabiosaaaaaaaaaa»
con furia al ver a Damián ligotear. No es que hubiera algo entre ellos, solo
una noche, meses atrás, que habían decidido olvidar. Sin embargo, verle allí,
sonriendo como un imbécil a aquella chica le sacaba de sus casillas.
Paula, desde su posición en el pub,
observaba con malestar al hombre con el que deseaba pasar la noche y a la mujer
que sonreía con él. Al ver que la batalla, al menos aquella noche, la tenía
perdida decidió centrarse en el Cachetón. Quería sexo y diversión y aquel estúpido
estaba dispuesto a dárselo.
Al rato, Menchu y Eva decidieron
visitar el baño. Lali, al ver donde iban, también se apuntó. Gracias a Dios no
había nadie más en aquel reducido espacio, por extraño que pudiera parecer.
—¡Averiado! —leyó Menchu en la puerta
de uno de los dos lavabos—. ¿Por qué los
baños tienen que estropearse cuando una más los necesita?
—Son como los hombres reina,
¡inoportunos! —se mofó Eva al mirar el cartel.
Mientras Menchu
entraba con rapidez
al aseo libre,
las otras dos
aprovecharon para recomponerse
observándose en el espejo, Eva, al quedar a solas con Lali la miró y comentó:
—Lo de mi sobrina Ruth esta noche ha
sido buenísimo. Te juro que porque ya sabía quién eras, porque si no, me
hubiera dado un buen susto pensando que se te había caído un ojo como al osito
Sito.
Al
recordar aquello, Lali
esbozó una sonrisa
y, convencida de que nadie
las escuchaba, contestó:
—Siento mucho haberos mentido a
todos. Me siento fatal, pero no puedo ir contándole a la gente quien soy
realmente o...
—No te preocupes por nada —cortó
Eva—, Comprendo perfectamente lo que dices, pero tienes que entender que cuando
mis hermanas o mi padre se enteren tu verdadera identidad, probablemente se
sentirán dolidos porque no hayas confiado en ellos y les hayas dicho la verdad.
—Lo sé y eso me duele muchísimo.
—Pero vamos —prosiguió Eva sacando
la barra de labios del bolso—, ni te preocupes. Cuando te vayas, Peter y yo se
lo explicaremos. Estoy segura de que lo entenderán.
Aquellas palabras «cuando te vayas»
le provocaron un pinchazo en el corazón, pero dispuesta a no amargarse la noche
la miró y preguntó:
—¿Cómo lo has descubierto?
—Soy periodista ¿lo has olvidado?
—pero al ver que aquella sonreía indicó—: Me escribió un email Yolanda Grecia,
una amiga también periodista, para decirme que había llegado la noticia a todas
las redacciones de que tú, aún continuabas en España. Y ya sabes, esta vida es
muy perra y hace unos días vi algo que me alerto y comencé a sospechar. Ni que
decir tiene que me quedé ojiplática cuando descubrí que tú realmente eras
¡Mariana Espósito! —ambas sonrieron—. Después investigué un poco y con mi
Blackberry, que siempre la llevo en mi bolso, capté imágenes tuyas que me
sirvieran de prueba para poder demostrar quién eres tú. —Al ver que aquella
abría los ojo» desmesuradamente, rápidamente aclaró—: Pero tranqui, no las
utilizaré porque se lo he prometido a Peter y si yo prometo algo, lo cumplo.
Pero que sepas que tengo más pruebas, el bombazo del año fotografiado en mi
móvil gracias a algo que encontré en la habitación de mi hermano. —Lali asintió
y aquella gritó—: Joder, que eres ¡Mariana Espósito!
En ese momento, Menchu salió del
aseo bajándose su vestido negro.
—¿Desde cuándo lo sabes?
Eva, sorprendida por la naturalidad
con la que aquella reaccionaba al escuchar el verdadero nombre de Lali, le
respondió con otra pregunta:
—Y tú pedazo de mal amiga ¿desde cuándo
lo sabes?
La joven actriz, al ver la cara de
sorpresa de Eva y de horror de Menchu, salió en defensa de la joven
recepcionista.
—Yo le pedí que, por favor, no lo
dijera. No te enfades con ella.
—La madre que te parió Menchu —gritó
Eva descolocada—. Sabiendo el bombazo que podía ser esta noticia para mí, ¿me
lo has ocultado? Joder Menchu, que una noticia así me soluciona el mes. Que
digo el mes ¡el año!
Su amiga suspiró y, lavándose las
manos, murmuró con una media sonrisa:
—Lo siento Eva, pero en mi
contrato con el parador lo pone bien clarito, confidencialidad
absoluta. Y lo siento, pero necesito ese trabajo.
—La madre que la parió —volvió a
repetir incrédula.
—¿Lo sabe Peter? —Quiso saber
Menchu.
Ambas asintieron. Eva, para desviar
la conversación, preguntó mirándola:
—Oye, ¿no te pica la cabeza de
llevar tanto tiempo esa peluca?
—Pues depende del día. Hable con
Penélope y ella, como es de Madrid me aconsejó dónde comprar pelucas de calidad
y...
—Cuándo hablas de Penélope, ¿te
refieres a Penélope Cruz?
—Sí. Es muy amiga mía.
—Ay, Dios ¡qué fuerte! —volvió a
gritar una alucinada Eva—. Si consiguiera una entrevista con ella y con Bardem
ahora que han sido padres ¡me forraba! Y si a eso le sumo una entrevista a
Mariana Espósito... uff... ¡Me compro a tocateja un adosado en Sigüenza!
—Deja el cuento de la lechera para
otro momento —rio Menchu.
Lali, entre risas, entró presurosa
al aseo mientras las otras dos continuaban parloteando.
—Por cierto Lali, me encantan tus
películas.
—Me alegro —respondió aquella desde
el aseo.
—Oye, ahora
que nos conocemos
—prosiguió Eva—, si
alguna vez voy por el
glamuroso Hollywood, espero que me presentes a varios actores que me
tienen enloquecida. Porque tengo unos cuantos en el punto de mira desde hace
tiempo. ¿Conoces a Gerad Butler?
—Sí.
—Ay Dios ¿me lo podrás presentar si
voy?
—Claro.
—Y a mí —se apuntó Menchu.
—Por supuesto. Es un tipo muy
simpático. Cuando vengáis le llamo y salimos alguna noche a cenar.
—Madre mía... madre mía —aplaudió
Eva— Cuando les enseñe las fotos a mis locas amigas de facebook van a flipar.
Ese pedazo de hombre es el objeto de deseo de muchas... ¡Muchas! Y finalmente
podré gritar a los cuatro vientos: ¡Gery es mío!
Lali salió del aseó y fue el turno
de Eva.
—Pues le prometo que cuando regreses
tus amigas, como dices tú, fliparan.
Gracias x subir cap ,aunque aún tengas problemas.
ResponderEliminarValoro mucho tu disposición .